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El gobierno provincial buscará esta semana acelerar las negociaciones en torno de un tema que realmente preocupa a la administración de Hermes Binner, y que intentará superar lo más rápido posible: La Reforma Tributaria, que está resultando mucho más desgastante de lo que el oficialismo esperaba. En primer lugar porque la oposición detectó rápidamente que es obvio decirlo se trata de un tema impopular, una grieta por donde pude mellar la hasta ahora sólida relación del gobierno con la gente. Y, en segundo lugar, porque es una oportunidad valiosa para mostrar a un peronismo sólido y unificado ante un embate que es crucial para el Ejecutivo. Es como si estuvieran diciendo "si esto les cuesta sacar la reforma impositiva, imaginen lo que será reunir consenso para una reforma constitucional".
Con todo, el PJ ya mostró que está dispuesto a hacer grandes sacrificios internos a la hora de abroquelar voluntades disímiles como las que pueblan la Cámara alta y la baja en la provincia, donde los viejos caciques siguen teniendo su peso y en donde los referentes no han decidido aún jubilarse. Ni Reutemann ni Obeid piensan hacerlo, por más quietos que se los vea. Ambos siguen siendo puntos equidistantes del kirchnerismo por lo que Agustín Rossi debe hamacarse para contar con tropa si mantiene aspiraciones concretas en Santa Fe. Que así es, a no dudarlo. O como le dijo un experimentado dirigente a este cronista: "Sin acuerdo con los senadores, los diputados peronistas valemos menos que el diario de ayer". Corto y contundente, peronismo explícito que le dicen.
Por eso es que mañana, una reunión clave en la sede del Partido Justicialista en Santa Fe determinará la postura oficial de los legisladores en ambas Cámaras en torno a la Reforma Tributaria. El principal escollo está en los Ingresos Brutos, ya que no habría problemas en sumar una alícuota más del Inmobiliario Urbano y aumentar el monto del Inmobiliario Rural, aunque sin modificar la valuación fiscal de las tierras como le pidieron el sábado a Binner chacareros de Federación Agraria en Rosario y en Casilda.
Pero antes de dar a conocer la postura pública de sus bloques en Senadores y en Diputados, el socialista que más dialoga con los peronistas entregará un borrador del dictamen que viene trabajando el oficialismo. Efectivamente, el titular de Diputados Eduardo Di Pollina, sea quizás el único que comprenda la necesidad de desplegar un escenario de negociación con el PJ que permita al Ejecutivo avanzar en temas clave en la Legislatura, y no encallar a cada intento donde se gana en la Cámara baja pero se sufre la mayoría opositora en el Senado. Un rol que muchos pensaban cumpliría el ministro Coordinador Antonio Bonfatti, pero a esta altura queda claro que no es así.
Pero antes de conocer los pronunciamientos sobre la reforma tributaria, los legisladores peronistas tienen una nutrida agenda de reuniones con quienes serán los directamente afectados por las modificaciones impositivas: El mismo martes se reúnen en el poderoso Centro Comercial e Industrial de Rafaela, mientras que el miércoles habrá un cónclave en la Bolsa de Comercio de Santa Fe, donde además habrá representantes de Fisfe, Federación Agraria, y otras cámaras industriales de la provincia.
El Ejecutivo hará su intento de acelerar el tema esta semana, pero por más que obtenga un despacho y mayoría ajustada en Diputados -donde aún hay algunos aliados díscolos-, en Senadores habrá por lo menos 30 días de trámite antes de obtener una respuesta. Y si hay modificación, volverá a Diputados con lo que los tiempos se acortan y fin de año está cada vez más cerca.
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