Cuando faltan menos de dos meses para las elecciones de octubre, la intendenta Mónica Fein afronta una vez más una embestida de la oposición que puso fin a la tregua que planteó la explosión de calle Salta. En pocas horas, los ediles de distintas bancadas le solicitaron las renuncias de al menos dos funcionarios: El jefe de inspección Gregorio RamÃrez y la directora de Obras Particulares MarÃa Funes. El primero está relacionado con la tragedia del International Park donde murieron dos nenas al desprenderse una de las canastas de la rueda gigante. Si bien nadie apunta personalmente a RamÃrez --al que la mayorÃa destaca como un buen funcionario al frente de un área sensible-, sà hay coincidencia en que la manera de reparar, aunque sea en parte, que tiene la polÃtica frente a un hecho tan dramático es la salida del responsable del área. Más allá incluso de cómo avance el sumario interno y la propia investigación judicial que lleva adelante el juez Juan Carlos Curto.
A la otra funcionaria en cuestión, cuyo señalamiento apunta a la polÃtica de habilitaciones en la construcción, le endilgan haber actuado mal por acción u omisión al estampar su firma al pie de un permiso que derivó en la construcción de una torre del doble de altura habilitada en bulevar Rondeau y Juan B. Justo. La concejala Fernanda Gigliani (PPS) no sólo justificó el pedido de renuncia sino que aseguró que tiene más materiales comprometedores sobre el accionar de esa oficina municipal.
La intendenta Fein venÃa prácticamente sin respiro antes de la fatÃdica jornada del 6 de agosto donde ya nada volverÃa a ser lo mismo en Salta y Oroño. Incluso las primeras horas del desastre fueron duras para la jefa del Departamento Ejecutivo donde el dolor y la desesperación derivaron en cuestionamientos al voleo. Pero con el correr de las horas, la presencia permanente de la intendenta en la zona cero, su genuino dolor y su mensaje contenedor pusieron a Fein en un lugar de consideración diferente para la ciudad. Un espacio que se coronó el sábado con el emotivo acto de agradecimiento en el monumento.
En medio de tan singular emergencia no sólo se vio a una intendenta a la altura de tan difÃciles circunstancias, sino que se vio a un equipo entero en coordinación sobresaliente con la provincia y la nación.
Por supuesto, salvando el contexto de cada situación, muchas veces en la administración cotidiana eso es lo que no se termina de ver: un equipo de gobierno coordinado y aceitado. O se la nota a Fein muy sola en las batallas o una avanzada del gabinete plantea temas de agenda que deberÃan ser encabezados por la propia intendenta.
A esta altura, y en el proceso de redireccionamiento de las campañas polÃticas que todas las fuerzas están haciendo de cara a octubre; se presupone que la intendenta Fein tendrá un rol mucho más protagónico del que ocupó en las PASO donde su foto en los carteles recién apareció en los últimos dÃas y porque su ausencia ya era señalada por los candidatos de la oposición. Claro, no depende sólo de ella sino de quienes ya deben haber calculado que la figura de Hermes Binner no alcanza para todo. La campaña bien nacional que planteó para la lista de diputados que encabeza le dio buena cosecha, pero dejó al Frente Progresista en Rosario muy despegado de los asuntos locales. En el medio, todo parecÃa una puja para filtrarlo al ministro Miguel Cappiello por donde sea. Es claro que la estrategia no le sirvió de mucho al candidato y tampoco a la intendenta. El Frente Progresista se alzó con la primera minorÃa pero el resultado esperado era otro mucho más holgado.
Fein va a cumplir dos años de mandato y está en un momento clave de su gestión. No sólo para consolidar su administración sino para conservar su aspiración a ser reelecta al frente de la ciudad. Aunque no lo diga abiertamente, será ese su objetivo polÃtico al mediano plazo. Tal como lo fue para todos los intendentes desde la recuperación de la democracia. Dicho sea de paso, todos lo lograron.
Para muchos sigue siendo difÃcil de entender cómo a nivel provincial se alcanzan acuerdos profundos con una Legislatura controlada por la oposición, mientras que aquà en Rosario parecen dinamitados todos los puentes con una oposición a la que no se podrÃa tildar de irracional u obstruccionista. Sólo por momentos Fein y su equipo han logrado establecer ciertos equilibrios entre el Palacio de los Leones y el Palacio Vasallo. Los ataques que vienen de Córdoba y 1º de Mayo sólo parecen contrarrestados por la indiferencia hasta que después, fuera de control, estallan en la opinión pública.
Hay que señalar también que a la intendenta le toca jugar con el desgaste natural de tantos años de gestión socialista. Es difÃcil sorprender con proyectos nuevos y ha llegado el momento de exhibir obra pública que es el punto más difÃcil y oneroso para cualquier municipio que no cuente con una ayuda importante desde la Nación
Asà como ahora se pide una mayor participación del gobernador Antonio Bonfatti en la campaña de cara a octubre, hay sectores que creen que es un buen momento para que Mónica Fein también ocupe el centro del ring polÃtico en una elección en la que el 2015 juega para todos y en todos los niveles.
La preocupación es para todos. Asà como Miguel Del Sel se alzó con muchos votos del peronismo tradicional a nivel provincial; en Rosario los votos del Pro parecen cosechados en sectores que han votado sin problemas al socialismo en contiendas electorales anteriores.
El GPS de la polÃtica está recalculando para aumentar los votos después de las PASO. Aquà en Rosario serÃa lógico que la principal jugadora tenga un rol destacado dentro de la cancha, por más que sea el turno de las categorÃas legislativas.
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