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Lunes, 7 de octubre de 2013
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Siete Días en la Ciudad

Veinte días de octubre

La campaña electoral entra en su face final de cara al 27 de este mes. En Rosario se han recortado las principales listas de candidatos a concejales, pero tras las PASO ¿quién crecerá más y quién dejará votos en el camino?. El peso de las referencias nacionales. Menos listas para las 13 bancas en disputa en el Palacio Vasallo.

Por Leo Ricciardino
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Los últimos sondeos realizados en Rosario muestran que habrá un poco más de movimiento en las listas de candidatos a diputados nacionales, que en las de concejales respecto del resultado de las primarias abiertas. Para el 27 de octubre, la tendencia es de voto consolidado y con escaso crecimiento de alguna de las nóminas tanto nacionales como locales. El ministro de Salud de la provincia y primer candidato a concejal Miguel Cappiello aseguró el fin de semana que ya no sólo polariza con la lista que encabeza Héctor Cavallero, sino que también comenzó a terciar Anita Martínez "que tuvo una buena elección por el PRO en las PASO", explicó el referente del Frente Progresista Cívico y Social.

Claro que la afirmación tiene su grado de intencionalidad política: Al igual que en las primarias abiertas, el verdadero enemigo en estas elecciones para el oficialismo municipal se llama Jorge Boasso. El radical sigue siendo quién más irrita al Ejecutivo, no sólo por sus posturas, sino porque su estilo beligerante ha logrado penetrar en ciertas capas medias de la ciudad.

Aunque en los últimos tiempos la dupla del Frente para la Victoria que componen Roberto Sukerman y Norma López (sólo esta última es candidata, detrás de Cavallero en la nómina), ha logrado jaquear el Ejecutivo con temas que -más allá del marco de la campaña política- merecerían alguna explicación. Como por ejemplo por qué se contrató a la empresa de seguridad privada Mercosur SRL para otorgarle contratos por más de cuatro millones de pesos para custodiar al Cemar, al Heca, al SIES y otras dependencias sobre todo del área de salud. No parece ser un dato menor que el comisario Rodolfo Romero, investigado por presunto enriquecimiento ilícito, se encuentre al frente la firma. Como tampoco es información para soslayar que el abogado de Mercosur SRL. sea el doctor Fabián Medizza, ex asesor de la intendenta Mónica Fein y actual colaborador del senador provincial Miguel Lifschitz. Por lo menos, se está allí ante una desprolijidad manifiesta que debería ser subsanada. Pero por lo visto, la costumbre de la actual administración en estos casos es dejar que el escándalo crezca hasta ser incontenible y recién después tomar las decisiones. No es un camino recomendable en política por más que cada denuncia tenga el contexto preelectoral que nadie niega, pero que no alcanza por sí sólo a dar explicaciones satisfactorias sobre determinados temas.

Boasso ocupa de tal manera el centro del ring político local que hasta el gobernador Antonio Bonfatti ensayó una explicación de por qué a él le va mucho mejor que a Fein, a la hora de alcanzar acuerdos con los opositores: "No me quiero meter mucho en Rosario, pero acá el problema es una astilla del mismo palo", dijo el mandatario en referencia al concejal del radicalismo que en algún momento integró la lista de candidatos a concejales que encabezó el propio Bonfatti, y que ahora rompió definitivamente el Frente Progresista en Rosario llevándose consigo a María Eugenia Schmuck y Sebastián Chale, entre otros. Es más, hay radicales aún dentro del Frente Progresista que aseguran que "si Boasso tuviese más convicción para conducir un proceso dentro del radicalismo, terminaría por sacar del frente a toda la UCR de la ciudad", dijo a este periodista un radical con mucha proyección en la política rosarina.

Con todo, la preocupación de Jorge Boasso hoy debería ir más allá de la disputa visceral que mantiene con los socialistas. Porque el crecimiento del PRO en la ciudad no se explica sólo por el acierto -en términos de resultados- de candidatear a la ex periodista Anita Martínez. El partido de Mauricio Macri viene creciendo en la ciudad en las últimas elecciones y tampoco es Miguel Del Sel el que empuja solo esos votos. Hay una porción de la sociedad rosarina que ha comenzado a sentirse cómoda con ese sufragio más hacia el centroderecha. Si la propuesta se impuso en una ciudad enorme como Buenos Aires con vastos sectores altos y medios en crecimiento, ¿por qué no debería empezar a tener algo de arraigo en esta Rosario que en lo últimos tiempos también ha agudizado sus brechas y contradicciones?

Y no son votos del peronismo no kirchnerista que, todos dicen, son de los que se alimenta el cómico a lo largo y a lo ancho de la provincia. Acá el peronismo ni siquiera pudo levantar la cabeza en los mejores momentos del kirchnerismo, con lo cual su crisis es de una profundidad tal que nadie se anima a pronosticar cuándo podrá revertirla. Los votos hacia el PRO en Rosario parecen salidos de las alforjas del propio socialismo y del sector del radicalismo que encarna Boasso. Capas medias-altas que comienzan a mirar un cambio aunque no saben bien hacia dónde. Martínez sacó la mitad exacta de los votos que obtuvo el candidato a concejal del oficialismo, con todo el apoyo y sumando los aparatos provincial y municipal. No parece ser poca cosa semejante cosecha.

Algunos analistas empezaron a observar que las referencias nacionales comenzaron a tener su peso. Hermes Binner crecerá de cara al 27 de octubre más que Cappiello, pero un poco lo arrastrará. Anita Martínez se pegó a Del Sel en la campaña y puede tener réditos por esa acción. Distinta es la situación de Cavallero, que si bien es candidato por el Frente para la Victoria, es visualizado -y él mismo exacerbó este perfil- casi como un postulante de un sector vecinalista. Por su lado, Boasso está huérfano de referencias nacionales y no ha tenido contactos con nómina alguna de candidatos a diputados nacionales. Confía en su altísimo grado de conocimiento en la ciudad y a su larga experiencia como concejal para tratar de sumar sufragios por encima de los que obtuvo en las primarias abiertas de agosto.

También es verdad de que para octubre se ha despejado un poco el panorama para el cuarto oscuro o, mejor dicho, para el box que se utiliza para marcar la Boleta Unica. De las 32 listas que había para concejales de Rosario en las PASO, sólo quedarán 14 lo que hará un poco más sencilla la tarea. Con todo, aún falta el análisis de lo que ha sucedido en esta oportunidad con la cantidad de votos anulados que se registraron en las mesas. Cifras que están siendo analizadas desde la dirección provincial de la Reforma Política y Constituticional del ministerio de Gobierno de Santa Fe. Datos que seguramente se despejarán para su análisis tras los resultados del 27 de octubre.

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