El próximo domingo los argentinos tenemos la responsabilidad de decidir nuestro futuro como Nación, no sólo por los 4 años del perÃodo presidencial, sino por un tiempo indeterminado dada las perspectivas polÃticas que se desprenden del pensamiento y acción de los candidatos.
El procesado jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, representa los intereses geopolÃticos de Estados Unidos y, por supuesto, los polÃticoeconómicos. De esto se desprende de qué tenor serán las acciones de gobierno si llega a la presidencia de la Nación.
Para entender a Macri es esencial conocer el proyecto de EE.UU. para la región: retomar la alineación genuflexa a su polÃtica exterior, fracturar la integración latinoamericana y caribeña lograda desde Unasur, Celac y Mercosur, abrir la puerta a tratados de libre comercio, una fuerte devaluación de nuestra moneda para favorecer a los sectores que concentran el movimiento económico de nuestro paÃs y un retorno a la economÃa de producción primaria. Esto implica retornar a las privatizaciones, la pérdida de valor de compra de los argentinos, el empobrecimiento de los trabajadores, sectores medios y humildes, más concentración de las riquezas para los más ricos. Es pérdida de soberanÃa. Es instalación de bases militares de EE.UU. en nuestro suelo. Es renunciar a la soberanÃa en Malvinas. Es represión a las luchas populares que confronten con el modelo polÃtico, económico y cultural que intentará imponer. Es aplicar la Ley Antiterrorista a quienes luchen en defensa de los derechos conquistados. Este es el escenario que ofrece Macri.
Por otro lado está la propuesta de Daniel Scioli, que anuncia continuar con lo bien hecho en 12 años de kirchnerismo y hacer lo que falta para el desarrollo polÃtico, social y económico de los argentinos. Scioli no es lo mismo que Cristina ni que Néstor, pero sà tiene una mirada que contempla la posibilidad de sostener el comportamiento de nuestro paÃs en lo geopolÃtico y en lo polÃticoeconómico. En esta puerta abierta a la esperanza que ofrece Scioli está lo que nos queda por lograr: la recuperación del Comercio Exterior, la Ley de Servicios Financieros (para derogar definitivamente la ley de la dictadura que aún rige), la Ley de MinerÃa y Recursos Naturales, la creación de una nueva Junta Nacional de Granos y de Carnes, el apoyo a la creación del Banco del Sur; una reforma agraria que garantice la soberanÃa alimentaria y una reforma constitucional que garantice la felicidad de los argentinos en reemplazo de la reformada en 1994, bajo la mirada de Washington.
Con Scioli está la puerta abierta al crecimiento de la producción nacional, al mejoramiento en términos reales del salario, a la soberanÃa nacional, a la independencia económica, al fortalecimiento como bloque latinoamericano y caribeño ante la profunda crisis de EE.UU. y Europa, a continuar con la recuperación de nuestra identidad histórica que comenzó hace más de 200 años cuando los lÃderes latinoamericanos y caribeños unieron sus voces y fuerzas para luchar contra el colonialismo y que renació en este tiempo de la mano de Néstor Kirchner, Hugo Chávez, Rafael Correa, Lula Da Silva, Evo Morales, Daniel Ortega y Fidel Castro que interpretaron las necesidades urgentes de nuestros pueblos para lograr un mundo mejor.
Es por esto y mucho más que los comunistas votamos por Scioli para que sea el nuevo presidente de los argentinos.
* Miembro del Comité Provincial del Partido Comunista Argentino.
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