El tema surgió en el debate que protagonizaron esta semana dos de los tres principales candidatos a concejales en Rosario. Con el peronista Osvaldo Miatello ausente, el socialista Horacio Ghirardi y el arista Carlos Comi; se enfrascaron en una discusión más técnica que polÃtica sobre proyectos para la ciudad en el debate que organizó el Centro de Estudiantes de la Facultad de Derecho. En ese ámbito el tema del transporte público tuvo un largo espacio y, sobre todo, surgió una propuesta que viene de larga data: ¿Por qué Rosario no puede recuperar sus lÃneas de troles?.
La ciudad supo tener unas ocho lÃneas de trolebuses de las que sólo queda una: La "K". Pero concretamente, la última que se perdió hace 14 años -la lÃnea "M"- es la que despierta el interés alrededor de la posibilidad de recuperación.
La inversión calculada para reponer la estructura de la lÃnea (cableado, postes, transformadores, etc.) está valuada en unos 35 millones de pesos. La cifra es el cálculo exacto, en todo caso, de lo que la municipalidad se dejó sustraer por el último concesionario de ese recorrido que dejó caer el sistema para reemplazarlo por los tradicionales colectivos a gasoil. Aún hoy se recuerdan las denuncias en el Concejo Municipal y también en la Justicia del entonces edil peronista Osvaldo Turco contra el empresario AgustÃn Bermúdez. De nada sirvió, hoy el mismo empresario es el más poderoso de la ciudad en el rubro y lo perdido, perdido está.
La reinstalación de trolebuses no es un capricho de antiguos conservacionistas del patrimonio urbano o vial de la ciudad; sino un hecho de incontrastables beneficios. Para quien haya viajado en los últimos tiempos en la lÃnea "K" no sólo notará lo mucho más confortables que son las unidades comparadas con el colectivo, sino también el escaso nivel de ruido en el desplazamiento, como asà también la iluminación interior de esos coches durante la noche. Eso sin tener en cuenta el bajÃsimo nivel de contaminación y el uso de energÃa a través de un recurso renovable.
Claro que es una inversión importante para la ciudad, pero deberÃa figurar entre las prioridades. Aunque otra dificultad la presenta el costo de una unidad 0km. de trole: Unos 450 mil dólares. Pero para esto hay una alternativa, ya que hay paÃses como Canadá dispuestos a vender sus viejas unidades -que podrÃan ser recarrozadas en Rosario- a un costo de entre 800 y 1.000 dólares la unidad. Está también el costo del flete y ahà es donde Comi a través del ARI hizo una propuesta a la municipalidad de la ciudad de Córdoba para intentar hacer una compra conjunta de troles usados y disminuir asà los costos de traslado.
Pensar en los modernos troles que circulan silenciosamente por las calles de algunas ciudades de Europa, sin cables y montados sobre una lÃnea en la calle que es leÃda por un software desde la unidad, serÃa pensar en un proyecto que evidentemente no está al alcance del presupuesto municipal, pero la reposición de la "M" no deberÃa salir de agenda en los próximos meses aunque ésta no figure en el pliego licitatorio que ya está en marcha para el reconcesionamiento de todo el transporte urbano de pasajeros en Rosario.
Este es sin duda uno de los puntos pendientes para una administración que logró mantener a flote un servicio que se caÃa en muchas partes del paÃs, a un tarifa que sigue siendo la más baja de Argentina; pero que de ahora en adelante tiene buscar cumplir con su cometido de que menos autos particulares sean usados para llegar a las zonas céntricas de la ciudad. Y la única manera de lograr este objetivo es mejorando el servicio de transporte público y también -en un capÃtulo aparte- el servicio de taxÃmetros de Rosario que hoy transita por un camino conflictivo y que sólo se fue acomodando en base a un aumento tarifario. Es decir, no con regulaciones del estado, sino con las reglas de mercado.
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