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Domingo, 23 de octubre de 2005
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La verdad, confieso que he mentido

Por Germinal H. Terrakius*

Dormía la siesta, que debía ser breve, pero no tanto. La interrumpe el sonido del timbre, es Victoria Odi, mi amiguita. En verdad, debería estar agradecido, soñaba que estaba en el dentista. No obstante, aprovecho la oportunidad para sentirme víctima y rezongo un poco.

Me pongo a escribir esta nota que llegará al lector en la edición del domingo.

El dentista en mi pesadilla era Reviglio.

Victoria me pide nísperos para ella y para sus no sé cuántos hermanitos.

Cuando alguien decida leer esta nota, tal vez ya estén llegando los primeros datos surgidos del "boca de urna".

¿Se interrogará el lector en ese mismo momento acerca de cómo se verá modificada su vida a partir del triunfo de su candidato?.

¿Se interrogará el candidato acerca de cómo hará para cambiar la vida de ese votante?.

Lo que sí hará seguramente el candidato casi electo será preguntarse cómo cambiará su propia vida a partir de su llegada al concejo, o al congreso pongámosle.

En el último de los casos pensará: tengo que mudarme. Viajaré semanalmente a Rosario. Veré a mi familia y/o a mi amante. Al perro también lo dejo, ¿o lo llevo conmigo?...

Yo lograba escapar del dentista (Reviglio), pero a la salida me esperaba un amenazante cuidador de autos, que no era otro que Vernet.

Al poco tiempo de residir en Buenos Aires nuestro candidato se sentirá como si hubiera nacido allí. El mozo del bar cercano al Congreso lo llamará por su nombre y sabrá que su cortado sale con edulcorante. Se sentirá como en casa.

Incluso mejor que en el edificio de departamentos en el que vive aquí en Rosario, donde muchos de los del consorcio se enteraron que él era él por las gigantografías de la campaña.

¿Y yo?... ¿Y por casa cómo andamos?...si no hubiera denunciado el surgimiento de esa nueva sub-especie humana, la de los Taxistas Enanos de Riña (57 cmts. de estatura), nacidos de la relación mantenida por dos taxistas de sexo masculino en el vientre del monstruo gestado por la mutación de un sapo en las aguas podridas de un natatorio de la zona sur. El monstruo había tragado a la pareja de taxistas en la parada del Buenos Aires y Ocampo, y al insistir en que debía ser eliminado me puse en contra a todo el movimiento ecologista.

Si no hubiera puesto a consideración del electorado la propuesta de convertir a Venus en un canal de aire, como paso previo a apertura de la cátedra de Pornografía Didáctica en todos los establecimientos escolares de todos los niveles.

Si hubiese moderado todo mi discurso otra sería nuestra acumulación hoy, hablo del Partido Alegría al Poder y del Movimiento Coyotista y sería yo el que ahora estaría haciéndose preguntas.

Anuncié nuestro triunfo anticipadamente para que pudiéramos festejar el viernes pasado en el Centro Cultural El Tala. Confieso que he mentido. Esgrimí el argumento de una tendencia irreversible en la intención de voto a nuestro favor.

Y festejamos.

Cuando lleguen los primeros cómputos se comprobará que hemos perdido otra vez, pero quién nos quita lo bailado. La ingesta de empanadas y cerveza bien fría ya está hecha, eso sí que es irreversible.

No me arrepiento.

Ladra la perra, me asomo por la ventana y compruebo que Victoria y sus hermanitos han decidido dar cuenta de la bolsa de nísperos en la puerta de casa y ametrallan con carozos a Berta que trata de atraparlos en el aire entre ladrido y ladrido.

*Candidato a Intendente por el Partido Alegría al Poder en las próximas elecciones (octubre de 2007).

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