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Santa Fe puede convertirse en un polo productor de biodiésel de la Argentina. Por un lado, cuenta con el beneficio de ser la principal provincia fabricante de aceite de soja y, por otro, está en la mira de la empresa nacional pionera en producir el denominado "combustible del futuro", con aquella oleaginosa como materia prima. En efecto, Oil Fox encara gestiones para reactivar una planta en Chabás que se desmanteló en 2001 y, además, analiza en el mediano plazo la instalación de una fábrica en San Lorenzo. En este caso, la competencia está planteada con la ciudad bonaerense de San Nicolás.
Con el precio del barril de petróleo por las nubes y las exigencias ambientales que alientan el reemplazo de los combustibles fósiles, la industria pone cada vez más la mira en nuevas alternativas renovables y poco contaminantes. El biodiésel ya ha demostrado sus potencialidades al respecto: reduce las emisiones de monóxido de carbono ye hidrocarburos no quemados y tiene entre un 45 a 71 % menos de emisiones de CO2 (causante del calentamiento global) en comparación con la gasolina. Además los cultivos de semillas de aceite vegetal -como la soja- absorben el CO2 mientras crecen, por lo que en el balance no hay aumento en las emisiones.
En los países centrales ya hay legislación específica para alentar el uso del biodiésel, como el caso de la Unión Europea, donde cada litro de gasoil debe contener un 2 % de biodiésel. Para el 2010 el aporte deberá estar en el 5,75 %.
Ese fue el nicho de negocios que quiere aprovechar Jorge Kaloustian, propietario de la pyme Oil Fox y metido en el tema desde mediados de los `90. Por lo pronto, asumió un compromiso de exportación de 12 mil toneladas anuales hacia Alemania. Ese volumen es el piso, pero no hay techo. En estos momentos el límite está puesto por la insuficiente capacidad de producción. Y es allí donde hace su aparición la provincia de Santa Fe.
Días atrás Kaloustian acompañó a una delegación de la Comunidad Económica que se reunió con la intendenta de San Lorenzo, Mónica de la Quintana. La jefe comunal puso a disposición de los inversores un terreno en lugar privilegiado. "Los europeos estaban asombrados, dijeron que es como tener la estación de servicio al lado de los pozos de petróleo", señaló el empresario a Rosario/12. Sucede que el espacio disponible para la posible fábrica está a pocas cuadras de una aceitera, que le proveería a Oil Fox el derivado de la soja, y de la refinería de Petrobrás, de donde recibirían el metanol necesario para el proceso industrial. Las contras están planteadas en que el terreno carece de servicios básicos necesarios, como luz ni agua. "Es un área industrial, no un parque industrial donde tendríamos todo dispuesto", dijo Kaloustian. Justamente, las facilidades que ofrece la ciudad bonaerense de San Nicolás a la hora de evaluar la posible inversión. "Tenemos las dos posibilidades en la mesa de arena para decidir lo antes posible", indicó el industrial.
Mientras analiza la conveniencia de San Lorenzo -la actual planta de Oil Fox está en San Luis-, Kaloustian trata de reflotar la sociedad que entre 1997 y 2001 lo ligó con el titular de Aceitera Chabás, Ricardo Baravalle. "Teníamos mucho entusiasmo, y entre 1997 y 2001 llevamos adelante la primera planta certificada de la Argentina destinada a fabricar biodiésel", recuerda el presidente de Fox Oil. Con la crisis, se desarmaron los reactores que ahora volverían a funcionar gracias a las posibilidades que abre la exportación. La reactivación de la planta de Chabás significaría además 36 nuevas fuentes de trabajo.
Por el momento, Kaloustian no fue contactado por funcionarios del Ministerio de la Producción de Santa Fe aunque las autoridades ya saben de su existencia: el viernes recibió una invitación oficial para concurrir, ese mismo día, a los actos por el aniversario del Combate de San Lorenzo.
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