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Fue otro día de idas y vueltas. Temprano, tras denunciar ocho robos durante el fin de semana, los taxistas improvisaron una asamblea en el Parque Independencia y decidieron interrumpir el servicio. Una llamada del Ministerio de Seguridad y una posterior reunión con el titular de la cartera quien se comprometió a reforzar los controles con 30 móviles patrullando las calles de la ciudad, desactivó la medida de fuerza y los coches volvieron a circular. El paro nocturno anunciado la semana pasada no se concretará "para verificar" si se cumple la promesa oficial, aunque de producirse nuevos incidentes el parate será un hecho. "El tema es serio y lo quiero combatir. El gobierno tiene voluntad de trabajar y acepta críticas y sugerencias, pero en un contexto de paz y sin violencia", señaló el ministro Daniel Cuenca. Se creó una comisión de seguimiento de la temática que se reunirá semanalmente integrada por peones, titulares de licencias, el municipio y la provincia.
A primera hora los taxistas empezaron a manifestar su malestar por los incidentes ocurridos el fin de semana, que de acuerdo a cifras por ellos proporcionadas habían sido ocho. Sin embargo, sólo hubo cuatro denuncias policiales. Inicialmente, en una pequeña reunión en la zona de la Terminal, los taxistas decidieron trasladarse hasta el Parque Independencia. A las 7.30 comenzó la asamblea, lo que trajo aparejado un virtual corte del servicio. Otra vez los ánimos estaban exacerbados.
Al término de una acalorada discusión los tacheros anunciaron nuevas medidas de fuerza, aunque en realidad pretendían adelantar los plazos de las reuniones con las autoridades fijadas la semana pasada. Un llamado
desde la Gobernación obligó a un cambio de planes.
Cuenca recibió a los taxistas y logró tranquilizarlos con anuncios para el corto plazo. El ministro de Seguridad garantizó la presencia de 30 móviles patrullando las calles de la ciudad, más la colaboración de las Tropas de Operaciones Especiales (TOE) y de la Guardia Rural para contribuir a la seguridad en el transporte.
En ese marco, Cuenca expuso sobre la política de seguridad del gobierno provincial, diferenciando las acciones de fondo de las de coyuntura. "Nuestra política es la de trabajar por zonas, de acuerdo a lo que vamos planificando y atendiendo a los mapas delictuales de la ciudad y a las urgencias. No tenemos todavía una estructura total para que estos planes se masifiquen en Rosario, pero esa es nuestra idea", explicó.
"De todos modos será así prontamente, a partir de la incorporación de autos, personal y tecnología en cuanto a comunicaciones. Nuestra idea es estar con la policía cerca de la gente y ya estamos trabajando en varios barrios de la ciudad en ese sentido", aseguró.
El ministro explicó que en el tema seguridad hay cuestiones de fondo para trabajar y otras de todos los días, que necesitan respuestas coyunturales. "La inseguridad es un tema que hay que trabajarlo a nivel social y no a nivel de un gremio en particular y los planes que estamos desarrollando son para toda la sociedad, no para un sector solamente".
Por la tarde, la cúpula de la polícia rosarina recibió nuevamente a un grupo de tacheros, oportunidad en la que volvió a analizarse la forma en que se iban a implementar las medidas anunciadas.
"Estamos satisfechos, nos han prometido algunas cuestiones que veníamos reclamando y tenemos que darle cierto crédito a las autoridades para ver si esto se cumple. Por esa razón decidimos no realizar, por ahora, ninguna medida de fuerza", confió a Rosario/12 el secretario general del Sindicato de Peones de Taxis, Horacio Boix.
"De todas formas -continuó el dirigente gremial- estamos en alerta, esperando que no pase nada, pero si hay un incidente vamos a volver a reunirnos y decidiremos qué hacer".
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