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Lunes, 18 de agosto de 2008
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Llegan los fondos para las bibliotecas populares

Una deuda que se paga

Después de 17 años, la provincia empezó a cumplir la ley que protege a estas instituciones de la sociedad civil. Son 270 en toda Santa Fe, pero hay 140 que deben adecuarse a la ley.

Por Paula Kearney
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La labor de las bibliotecas populares se sostiene con el voluntariado de la sociedad civil.

Santa Fe es la segunda provincia del país -después de Buenos Aires- en cantidad de bibliotecas populares funcionando. Sin embargo, recién ahora, después de 17 años de incumplimiento de la ley a través de cual el Estado las protege, estas instituciones de la provincia comenzaron a recibir fondos del Estado para su mantenimiento. Sin embargo, sólo 140 de las 270 bibliotectas reconocidas por la Comisión Nacional Protectora de las Bibliotecas Populares (Conabip) tienen los papeles en regla. "El resto está acomodando toda la parte legal y administrativa para gestionar los aportes previstos en la ley", afirmó el delegado gubernamental de la provincia ante la Junta Representativa de la CONABIP, Norberto Coppes.

La larga espera de las bibliotecas populares comenzó en 1990. "Mediante la ley 10.572 -promulgada en 1990 y reglamentada en 1991- deberíamos haber recibido un porcentaje del Fondo de Asistencia Cultural (FAC), que el Estado provincial no otorgó nunca, hasta este año, cuando lo hizo por primera vez", explicó Coppes, quien aclaró que "en otras oportunidades hemos recibido dinero de la Provincia, pero esporádicamente y desde otros organismos que no tienen nada que ver con esta ley. Esto significa que cuando hay voluntad política se cumplen las cosas".

La primera cuota, de 1.300 pesos, está cobrándose, mientras que el mes próximo recibirían una segunda cuota de 1.460 pesos y el mes siguiente cobrarían otra cuota de igual valor por biblioteca. El dinero será destinado al pago de sueldos, arreglos edilicios y compra de libros.

"Las bibliotecas se están multiplicando, sobre todo en la parte centro-norte de la provincia, lo cual es un buen indicio", señaló Coppes, aunque aclaró que "lo difícil es justamente ponerse en regla porque son organizaciones que se construyen con voluntariado, y eso complica la demostración de que es una organización conformada, en funcionamiento, con sus papeles contables en regla, que son los requisitos fundamentales para obtener la personería jurídica".

Esta dificultad, sin embargo, puede verse como algo positivo: "Esto es único en el mundo, porque en otros países las bibliotecas no existen o son totalmente solventadas por el Estado. En nuestro país, las bibliotecas populares se autogestionan y reciben el apoyo y la protección de la Nación y de la provincia en la que estén. Es una ONG más, por eso es tan importante la participación ciudadana, porque es la que las sostiene", explicó.

El representante de Conabip indicó que "en las poblaciones más pequeñas, la biblioteca popular prácticamente suple al área de cultura de las comunas, porque es la que realiza toda la actividad cultural de los pueblos a través de los propios vecinos, que son los que en una Comisión Directiva administran la biblioteca". En las ciudades más grandes, en cambio, "es más difícil porque hay una competencia muy importante, respecto de los usuarios, con las bibliotecas públicas, las bibliotecas especializadas de las universidades y las de los gremios", apuntó Coppes y amplió que "al tener que autogestionarse, las bibliotecas populares pierden competitividad porque necesitan de una cuota societaria que los usuarios prefieren no abonar porque pueden obtener la misma información en otras bibliotecas que son casi gratuitas".

De cualquier manera, destacó la importancia que tienen estas bibliotecas que "en muchos barrios carenciados hacen un importante trabajo social", por lo que consideró que "el ideal sería que haya por lo menos una biblioteca popular en cada pueblo y en cada barrio de las grandes ciudades".

En este sentido "se está trabajando mancomunadamente en diez núcleos en toda la provincia, que son redes cooperantes de bibliotecas y lo que se está haciendo desde el gobierno es abrir el juego para que todos aquellos que quieran colaborar puedan hacerlo".

En esta línea, adelantó que se está trabajando sobre la capacitación porque "como las bibliotecas populares trabajan autogestionándose normalmente no tienen bibliotecarios profesionales y apelan al voluntariado o a bibliotecarios idóneos. Entonces la idea es hacer algunas pruebas piloto durante este año para ir capacitando a este otro pilar, el técnico, que es el que hace funcionar la biblioteca, y el año que viene tener un programa de capacitación dirigencial y bibliotecológico que se aplique en diferentes puntos de la provincia".

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