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Lunes, 16 de febrero de 2009
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La justicia penal santafesina acepta a víctimas como querellantes

El cambio copernicano largó su primer tercio

Más allá del derrotero legislativo de los cinco proyectos que el Poder Ejecutivo envió a principios de febrero a la Legislatura, para que se traten en Extraordinarias, el gobierno puso en marcha una parte del sistema. "Lo que hicimos fue analizar cuánto podía ponerse en marcha con la actual estructura, y cortamos el 30 por ciento que podía implementarse", ejemplificó el funcionario. Para la sociedad civil, lo más importante es la aparición de la figura del querellante, es decir, la víctima o sus representantes, hasta ahora los grandes ausentes del proceso penal. Para que esto no signifique un sistema penal aún más elitista, el gobierno también implementó los Centros de Asistencia Judicial, a los que define como un "hospital jurídico".

Con cierto fastidio por tener que explicar lo obvio, Superti subraya que la incorporación de la querella tiene un valor fundamental. "Esto significa que la víctima ya no va a ser más un espectador sino que si quiere, podrá participar del proceso", indicó el ministro. Para atender a los sectores más vulnerables estarán los CAJ. De hecho, en la conflictiva ciudad de Santa Fe, ya comenzó a implementarse uno de emergencia. "La semana pasada convocamos a las víctimas y sus familiares a una reunión de formación cívica comunitaria en el nuevo sistema. Fue la primera vez que los citamos nosotros y no vinieron a reclamar", dijo satisfecho. Un dato: como la mayoría de los familiares de víctimas son mujeres, que tienen niños, los edificios de los CAJ contemplan un lugar para atender a esos chicos, mientras las madres consultan con los operadores de Justicia.

La totalidad de la reforma del sistema penal en la provincia significa -en palabras de Superti﷓ "un cambio copernicano". El ministro de Justicia repite una y otra vez que el actual sistema escrito es ineficiente y que está basado en el expediente, que lo hace burocrático, mientras el oral se asienta en las audiencias, que le da humanidad al proceso. Superti ejemplifica, para los legos. "Si un juez en el actual sistema ve llorar a un imputado, y lo toma en cuenta en su resolución, es nulo, porque sólo vale lo que está en el acta. En el sistema de audiencias, desaparece la mediación que significa el acta entre los jueces y los hechos", afirmó. Hasta ahora, según agregó, el sistema penal era binario, ya que sólo quedaban las perspectivas de la condena o la prescripción, y sin participación de la víctima. Los trámites de los juicios eran escritos, y la investigación de los delitos estaba a cargo del juez de instrucción. Todo eso va a cambiar. En principio, la incorporación de la querella, así como los acuerdos reparatorios, a partir de la mediación penal, que se realizará dentro de los CAJ, y la suspensión del juicio a prueba, forman parte del cambio en la persecución penal. "El nuevo sistema ya no será binario, sino que tendrá multiplicidad de posibilidades, con participación de la víctima", puntualizó.

El otro aspecto que ya se puso en práctica -y el más llamativo﷓ es la obligatoriedad de los juicios orales -no en todo el proceso sino en el plenario﷓ para cuatro delitos, a partir del sábado pasado. Es decir que desde ahora, los homicidios calificados, las torturas seguidas de muerte, los enriquecimientos ilícitos de funcionarios públicos y los abusos sexuales seguidos de muerte se resolverán en una audiencia oral. Según explicó Superti, esos delitos no sólo se escogieron porque la cantidad de juicios previsibles no es importante, y por ende la actual estructura podrá soportarlos. "También porque son de alto impacto social", indicó.

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