El gobernador Hermes Binner y el intendente Miguel Lifschitz dejaron inaugurada ayer una obra urbana en homenaje a la convivencia entre árabes y judÃos. Por iniciativa de la Municipalidad de Rosario, la obra denominada "Un lugar en el mundo", es una intervención artÃstica realizada en bronce e instalada en San Luis y Dorrego, para rendir tributo a la convivencia de las comunidades históricamente asentadas en una zona caracterÃstica del comercio mayorista de la ciudad. "Gracias, Rosario, por este ejemplo que echamos a volar desde esta ciudad generosa, este paÃs generoso", señaló Lifschitz, quien agregó que "hoy en el mundo los paÃses se cierran sobre sà mismos, cierran sus fronteras, no quieren recibir inmigrantes. Sin embargo, Argentina recorrió el camino inverso, abrió sus puertas a todos los hombres y las mujeres de buena voluntad que quisieran venir a trabajar en nuestra tierra".
La emoción dominó el acto realizado ayer en la intersección de las calles San Luis y Dorrego. Luego, de los discursos de Daniel Hanono, por la colectividad judÃa, y del presidente de la Asociación Empresaria de Rosario, ElÃas Soso, por la colectividad árabe, el intendente señaló que "Rosario, más que nadie, como ciudad portuaria, como ciudad cosmopolita, hospitalaria, abrió sus puertas y les dio oportunidades a muchos hombres y mujeres que llegaron desde distintos rincones del mundo".
El intendente agregó: "Muchos se asentaron en estos lugares, edificaron sus comercios y sus instituciones deportivas, culturales, religiosas, educativas. Eran hombres y mujeres que venÃan de Siria y de LÃbano y de Europa, árabes y judÃos; de distintas religiones, musulmanes, católicos ortodoxos, católicos apostólicos romanos, una mezcla de culturas, de religiones, de tradiciones, que pudieron lograr una sÃntesis de paz y de convivencia".
Lifschitz también expresó su agradecimiento a los que promovieron la iniciativa, comerciantes de ambas colectividades, "con quienes nos reunimos tres o cuatro años atrás y una idea tirada al viento en una mesa de amigos, finalmente fructificó" en la obra que ayer se inauguró. El titular del Palacio de los Leones destacó el compromiso con la iniciativa del director del Museo de la Memoria, Rubén Chababo, del de Imagen Urbana, Dante Taparelli, y del propio autor de la obra, León Carpman, "un joven egresado de mi colegio, el Politécnico", apuntó el intendente.
Por su parte, el gobernador Hermes Binner, indicó que la inauguración de la señal urbana es "la sÃntesis de lo que ha sido nuestra ciudad, que también ha tenido el reconocimiento de la UNESCO cuando distinguió a Rosario como ciudad de la paz", para agregar que "organismos internacionales han reconocido que la historia de Rosario, el comportamiento de sus vecinos, han dado siempre como resultado una ciudad de la paz y por la paz".
Tras los discursos, se descubrió una placa recordatoria y de inmediato alumnos de ambas colectividades descubrieron la señal urbana, que reúne en un mismo diseño las letras bet (segunda letra del alfabeto hebreo) y ba (segunda del alfabeto árabe). Ambas iniciales, en cada uno de los respectivos idiomas, dan origen a la palabra hogar.
Participaron del acto la mayorÃa de los integrantes del gabinete municipal; el presidente de la comisión de Derechos Humanos del Concejo Municipal, Carlos Comi; el arzobispo de Rosario, José Luis Mollaghan; el obispo metodista Federico Pagura, representantes de las colectividades judÃa y árabe y alumnos de los colegios Bialik y San Jorge.
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