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La inauguración del Museo de la Memoria de Rosario volverá a postergarse. El municipio tiene prácticamente decidido otorgarle a los
empresarios que explotan el bar temático Rock & Fellers un permiso especial para poder seguir funcionando hasta fin de año en el inmueble que fuera sede del Comando del II Cuerpo de Ejército durante la última dictadura, ante el inminente vencimiento del contrato de alquiler que operará el 30 de mayo. Los privados pretenden continuar ocupando hasta diciembre la esquina de Córdoba y Moreno, ya que aún no tienen cerrado el lugar donde se trasladarán y, aseguran, alrededor de 50 trabajadores podrían quedar en la calle. Sugestivo argumento: desde hace seis años el grupo empresarial sabía que el plazo expiraba en menos de 20 días. El intendente Miguel Lifschitz confirmó ayer que el Ejecutivo analiza extender la habilitación, pese a que la ley de expropiación del terreno fue sancionada por la Legislatura hace ya siete años. A cambio, la comuna pretende que el inquilino ceda para el uso público parte de las instalaciones del lujoso restó: el ascensor y el aire acondicionado.
La municipalidad había anunciado que el 30 de mayo iba a dejar de funcionar el Rock & Feller's y que de inmediato el personal de la Secretaría de Cultura comenzaría a trabajar en el armado del Museo de la Memoria en lo que fue la sede del Comando del II Cuerpo de Ejército en Rosario durante la última dictadura militar.
La idea del municipio era inaugurar el Museo en agosto. Sin embargo, es casi un hecho que para esa fecha seguirá funcionando el bar temático ya que el gobierno municipal accedería al pedido "informal" que hizo el grupo empresarial que explota el local para ocupar el terreno hasta fin de año. El argumento esgrimido es cuanto menos extemporáneo: plantean que de cerrar en tres semanas, medio centenar de trabajadores quedará en la calle ya que no está acordado el nuevo lugar de funcionamiento del bar, cuando tanto los empresarios como el Ejecutivo sabían desde mayo de 2003 que el contrato de alquiler expira en 18 días.
El propio Lifschitz admitió ayer que estaba en estudio una nueva prórroga. "Lo estamos analizando", sostuvo el intendente para después agregar que el objetivo es "hacer una transición ordenada".
En la misma línea, consultado por Rosario/12, el secretario de Cultura, Fernando Farina remarcó que de avalarse el pedido empresarial "deberá ser beneficioso para la ciudad, por ejemplo habría que pensar en algún tipo de compensación que no está todavía definida".
Según pudo saber este diario, la intendencia tiene prácticamente decidido conceder la prórroga a los inquilinos. Si bien la expropiación ya fue saldada al propietario del terreno, en la municipalidad no abundan los recursos para garantizar el traslado del Museo.
"Estamos trabajando fuerte en la elaboración del proyecto definitivo, esperamos inaugurarlo cuánto antes", se limitó a señalar Farina para depués comentar que en la estrategia confluyen funcionarios de "la Secretaría de Planeamiento y otras dependencias, con contenidos multimedia, intervenciones sencillas, respetando la estructura arquitectónica original del lugar".
Curiosamente el director del Museo, Rubén Chababo dijo no estar al tanto de las postergaciones que baraja la plana mayor del municipio. "No es un tema que lo esté manejando yo, calculo que en los próximos días me llamarán y empezaremos a definir las fechas", dijo algo sorprendido.
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