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Sábado, 14 de noviembre de 2009
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Se abriría una oficina permanente de la Región Centro

Cómo hacer negocios en Malasia

El estado malayo está interesado en comprar carnes a frigoríficos santafesinos aunque con una serie de requisitos religiosos de cómo deben ser faenados los animales. Un laboratorio estatal quiere comprar medicamentos que elabora la provincia.

Por Leo Ricciardino
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El ministro de la Producción Juan José Bertero dijo que "hay que mostrar continuidad".

Desde Kuala Lumpur


"Si hay alguna certeza que nos llevamos de aquí es que para hacer negocios con estos países hay que mostrar continuidad", dijo ayer a Rosario/12 el ministro de la Producción de Santa Fe Juan José Bertero y en esa dirección no descartó que en el futuro se pueda llegar a "abrir una oficina permanente de la Región Centro en Malasia". Claro que para esto también requerirían ciertas garantías de parte del Estado malayo respecto de políticas arancelarias y acuerdos bilaterales que dejen a Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos en las mismas condiciones que pueden llegar a tener exportadores de Nueva Zelanda y Australia, básicamente en carnes y lácteos. Pero para el mercado de carnes, el mundo musulmán exige el método de faena Jalal, una serie de requisitos técnicos y religiosos acerca de cómo deben ser faenados los animales. En la región centro hay hasta ahora sólo seis frigoríficos con certificación Jalal, pero Malasia ha endurecido sus políticas y está pidiendo frigoríficos exclusivamente Jalal, lo que representa toda una complicación. En otro orden, el ministro de Salud Miguel Cappiello avanzó en el entendimiento con un laboratorio estatal malayo que quiere comprar medicamentos que elabora el laboratorio del estado santafesino. También, otro laboratorio indio le quiere vender a Santa Fe la droga base para elaborar otros medicamentos.

Luego de una reunión clave del ministro Bertero y empresarios del sector cárnico, lácteo y de citrus con el ministro de Agricultura y Ganadería de Malasia el panorama para el comercio de la Región Centro con el sudeste asiático se fue aclarando. Pero no del todo, porque las normas malayas representan toda una complicación cuando las leyes ordinarias se mezclan con las leyes musulmanas. Y para las carnes, los requisitos religiosos de los métodos de faena son muy estrictos y Malasia va camino a endurecerlos. Y es que este país parece querer convertirse en el centro de la certificación Jalal de gran parte del mundo musulman. Esto es, que las carnes que aquí se compren y luego se vendan a otros países de la región lleven el sello malayo de estricto cumplimiento de faena Jalal.

"Es difícil porque las reglamentaciones no son del todo claras. En nuestro caso, tenemos en la Región Centro unos seis frigoríficos con certificación Jalal, pero ahora nos están pidiendo establecimientos exlusivamente dedicados a este tipo de faena que tiene requerimientos técnicos y religiosos", explicó Bertero. La solución podría estar en la asociación de establecimientos en un emprendimiento conjunto para satisfacer las demandas de un mercado tan particular.

De todas maneras, el empresario Jorge Torelli del frigorífico Mattievich y de la Cámara de Frigoríficos (Cafrisa), pudo avanzar en la apertura de un "nicho" que había venido a buscar conociendo la competencia que hay con Australia por un lado, y las exigencias técnico religiosas por el otro. Lo que puede llegar a vender esta empresa a través de Malasia en otros mercados de esta región es harina de carne. Un preparado que aprovecha huesos y distintas partes del animal y que se utiliza para alimentos balanceados.

Para el caso de los medicamentos las cosas son más sencillas. Por lo menos es la sensación que le quedó al ministro Cappiello después de reunirse con los responsables de un laboratorio del gobierno malayo que se mostró muy interesado en adquirir varios productos que elabora el laboratorio de la provincia de Santa Fe. "Para mí fue una sorpresa enterarme que en este país una de las mayores preocupaciones de la salud y por su nivel de mortalidad, es la diabetes. Luego viene el colesterol y recién después los tumores y los accidentes de tránsito", dijo el ministro a este diario. Ante ese panorama, el estado santafesino que venía a ofrecer tratamientos anticonceptivos y paracetamol se encontró con otra demanda: metformina y givenclamida para la diabetes, enalapril para la presión, y simvastatina para el colesterol.

"Sería una muy buena posibilidad para nosotros porque cualquier dinero que se ganara sería reinvertido en el propio laboratorio para aumentar calidad y niveles de producción para seguir proveyendo a nuestros hospitales y a los de gran parte del país porque también loe vendemos a la Nación para el Plan Remediar", dijo Cappiello.

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