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El conflicto entre los trabajadores municipales y el gobierno de Miguel Lifschitz se profundizó ayer, durante la jornada de protesta de los empleados cuando el intendente amenazó con descontar el día no trabajado. "Tengo ganas de descontarlo pero prefiero no tensar la soga", sostuvo el jefe comunal, quien se tomará "unos días" para definir una eventual quita en las remuneraciones. De inmediato, Néstor Ferraza, el titular del sindicato que nuclea a los trabajadores del municipio advirtió que si la amenaza de Lifschitz se concreta "va a traer consecuencias fuera del diálogo y no vamos a poder avanzar. Esto va a traer la molestia de la gente". El dirigente gremial anticipó además que habrá nuevas medidas de fuerza "en veinte días" si el Departamento Ejecutivo no da respuestas concretas a sus pedidos de recomposición de la escala salarial. Hoy pararán los empleados municipales del resto de la provincia, tras fracasar ayer la reunión paritaria convocada en la ciudad de Santa Fe.
El paro de ayer tuvo alto acatamiento. En el centro, los vendedores ambulantes aprovecharon la falta de controles y emplazaron sus paños en la peatonal. Hubo ciertos trastornos en el tránsito por la ausencia de inspectores. En los hospitales sólo hubo guardias mínimas.
Lifschitz salió temprano a cuestionar la medida de fuerza. Dijo que fue lanzada "por las dudas, porque en realidad no hay ningún motivo concreto". Según el intendente "la excusa que se está poniendo es que no se está reuniendo la paritaria, cosa que iba a ocurrir hoy (por ayer), si no ocurría este paro, en la ciudad de Santa Fe".
"Nos sorprende -continuó- que se haya sostenido en Rosario esta medida de fuerza, incluso ha sido levantada en el resto de la provincia por eso nos llama poderosamente la atención, dado que lo que piden es por una medida provincial porque lo que se está pidiendo es que se reúna la paritaria provincial", manifestó en declaraciones radiales.
El intendente fue más allá y no descartó "que pueda haber algún otro tipo de motivación y espero que sea nada más que una medida aislada y se retome el camino del diálogo que hemos mantenido en todos estos años y no le ha ido mal en ese sentido a los trabajadores municipales".
En ese sentido el titular del Ejecutivo local reconoció que "la demanda salarial es permanente en el país que vivimos pero nos parece que hay que respetar los caminos propios de este tipo de acuerdo, que son justamente el funcionamiento de los órganos paritarios".
En cuanto a la relación entre las partes, el intendente recordó que el año pasado "el municipio de Rosario hizo un gran esfuerzo para mejorar los salarios de los trabajadores municipales, que en promedio han subido unos puntitos por arriba de lo que ha sido el ritmo inflacionario".
Consultado sobre el posible descuento de la jornada no trabajada, el intendente señaló: "El año pasado hubo algunas medidas de fuerza que tomamos la decisión de no descontar el presentismo pero ahora lo vamos a evaluar". A modo de confesión, Lifschitz afirmó: "Tengo ganas de descontarlo pero prefiero no tensar la soga".
Al respecto Ferraza retrucó: "El intendente está en todo su derecho de hacerlo, pero el reclamo que estamos haciendo también es nuestro derecho y es justo. Si eso se concreta va a traer consecuencias fuera del diálogo y no vamos a poder avanzar. Esto va a traer la molestia de la gente".
Luego, el dirigente gremial advirtió que "si no hay respuesta (al pedido de recomposición salarial) yo calculo que de acá a veinte días vamos a tener más paros y van a ser en forma progresiva. Hoy el paro fue de 24 horas, después será de 48 horas, después de 72. De todas maneras vamos a seguir manteniendo reuniones, lo que pasa es que estamos lejos de lo pretendido. Es una escala salarial de seis etapas y todavía no nos hemos puesto de acuerdo en la primera etapa".
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