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El hilo de agua rosada que desembocaba en un charco sobre la cuneta del asfalto era evidencia de que la escena del crimen hab铆a sido alterada, presumiblemente por los propios asesinos. El lugar donde cay贸 Roberto "Pimpi" Camino a las 5.35 de la madrugada de ayer fue baldeado, la sangre desapareci贸, al igual que tres de las cinco vainas que se utilizaron para ultimar al ex l铆der de la barra de 脩uls. "Pimpi" fue due帽o de una historia de violencia que acab贸 con su vida al recibir cinco impactos de bala, encontrando una muerte feroz, propia de un hombre que supo construir y liderar una las barras de f煤tbol m谩s beligerantes del pa铆s y que con los mismos h谩bitos se apoder贸 de la zona sur de la ciudad. La causa del crimen est谩 en manos del juez de Instrucci贸n Javier Beltramone, quien investiga los v铆nculos que el fallecido manten铆a con autoridades policiales.
No fue 脩uls el que hizo de "Pimpi" Camino un hombre violento. En mejor caso, fue Camino quien hizo del club un reducto de encendida violencia bajo el gobierno de Eduardo L贸pez. Su ingreso al paraavalancha rojinegro lo hizo a los tiros, en un recordado partido entre 脩uls y Uni贸n en el parque Independencia, y poco a帽os despu茅s de cumplir una condena en Coronda por homicidio de su mujer. Haciendo uso de armas de fuego desplaz贸 a Oscar "Cacho" Lucero del m谩s alto pelda帽o de la tribuna y desde all铆 construir谩 un lugar de poder en el cual intervinieron autoridades policiales y el propio L贸pez.
La polic铆a le supo dar garant铆as a "Pimpi": le liberaba las tribunas para ejercer la intimidaci贸n sobre los hinchas que se opon铆an al gobierno del ex presidente y el propio L贸pez le entreg贸 las llaves de la entidad, ejerciendo los violentos una omnipresencia sorprendente en el parque Independencia y el polideportivo Bella Vista.
Con el cambio de gobierno en 脩uls, y tras la condena a tres a帽os de prisi贸n por el intento de copamiento a las instalaciones de la entidad el 26 de enero de 2009, los hermanos Camino perdieron injerencia en el mundo del delito, incluso con problemas para mantener su ascendencia en zona sur, donde reside la familia. En Grandoli y Lamadrid impon铆an el miedo, y all铆 la polic铆a nunca se met铆a. Estuvo pr贸fugo tres meses por los incidentes que protagoniz贸 a comienzos del a帽o pasado, tiempo en el que el que supo estar a cobijo del Sindicato de la Carne, en el cual m谩s de una vez recibi贸 la llamada pertinente para evadirse del allanamiento que pr贸ximo estaba por detenerlo.
En el 煤ltimo a帽o "Pimpi" dej贸 de cumplir el tratamiento m茅dico prescrito para atender su enfermedad en el sistema inmunol贸gico, el cual se le detect贸 en el 2007 cuando fue internado por recibir un ataque a balazos en pleno centro de la ciudad. Por ello pas贸 buena parte del mes de febrero internado, haciendo apenas tres semanas que le hab铆an dado el alta m茅dica.
Con el asesinato del pibe Walter C谩ceres renaci贸 en la opini贸n p煤blica el fantasma de "Pimpi", aunque para la polic铆a, que ya hab铆a dejado de ser contacto de referencia, ser transform贸 en un problema. La emboscada el micro con hinchas de 脩uls deriv贸 en la remoci贸n de autoridades de la comisar铆a und茅cima, con jurisdicci贸n sobre su domicilio particular, y en la detenci贸n de un efectivo de la fuerza. Gozaba de libertad condicional, que no le fue revocada a pesar de incumplir las restricciones impuestas para disponer de tal beneficio, entre ellas acudir a la comisar铆a cuando jugaba el primer equipo leproso.
El viernes a la madrugada Camino acudi贸 en su auto con "tres amigos" al bar Ezeiza de Servando Bayo al 1400. All铆 se encontraron con una quinta persona, con quien compartieron algunas bebidas. A las 5.18 le son贸 el celular y minutos luego de cortar la comunicaci贸n sali贸 a la calle a fumar un cigarrillo de marihuana. No lleg贸 a darle una pitada: lo ejecutaron de cinco disparos, presumiblemente gatillados por dos personas. Los dos primeros impactos los recibi贸 en las piernas, otros dos en el torso y el quinto cerca del coraz贸n.
Seg煤n las primeras pesquisas, sus compa帽eros salieron a la calle, recogieron el cuerpo, lo subieron a su propio auto y lo llevaron al Hospital Carrasco, el m谩s pr贸ximo al lugar del crimen, donde lo dejaron en manos de los m茅dicos, que ya nada pudieron hacer. Nadie sali贸 en defensa de "Pimpi" durante el ataque. Hubo un entregador y el resto se visti贸 de c贸mplice, de acuerdo a las sospechas.
Cuando la polic铆a lleg贸 al lugar del crimen ya no hab铆a sangre, pero dieron con el due帽o del bar. A煤n nada se sabe de qui茅nes son los que compartieron sus 煤ltimos minutos de vida, ser铆an los mismos que lo dejaron en el Hospital. Ahora se los busca como asi tambi茅n al auto, donde encontr贸 una previsible muerte violenta. Alberto, su hermano, desconoce si el asesinato de Pimpi alcanzar谩 para saldar las deudas que en la madrugada de ayer le fueron a cobrar con cinco balazos.
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