La policÃa detuvo ayer a tres hombres jóvenes en otros tantos allanamientos realizados en el sur y el suroeste rosarino, ligados a los hermanos Santoro, imputados por el crimen de varios hombres y mujeres mayores, ocurridos en los últimos meses. Se trata de MatÃas M., y Carlos C. de 24 años y de José Antonio M. de 33, quienes fueron detenidos por orden del juzgado de instrucción de la quinta nominación. Según fuentes judiciales "la banda tiene no menos de ocho muertes sobre sus espaldas ocurridas en los últimos dos años y medio".
El secretario de ese juzgado Oscar Trueno (que investiga el crimen de Concepción Lavore de 73 años ocurrido en febrero pasado) ordenó allanar dos precarias viviendas de Uruguay al 3900, y otra en Cucha Cucha y Gutiérrez.
Fue justamente MartÃn Santoro el que se quebró ante los investigadores y entregó a esta parte de la banda. Los policÃas de la Agrupación de Unidades Especiales secuestraron en el lugar una importante cantidad de electrodomésticos, como plasmas, televisores, heladeras. A los tres se les imputa la participación en los crÃmenes.
Según fuentes judiciales "la banda tiene no menos de ocho muertes sobre sus espaldas ocurridas en los últimos dos años y medio, aunque a medida que se profundice la investigación no descartamos que se pueda duplicar la cifra".
Mientras en barrio Parque la vida de Roberto Santoro, el verdulero que desde hace más de 30 años tiene su comercio en Riobamba y Francia, cambió drásticamente. Casi ningún vecino va a comprar a su comercio, y se ganó de sus viejos vecinos el desprecio, en algunos y la lástima en otros. El miércoles pasado una vecina le reprodujo a Santoro algunas de las grabaciones de las escuchas telefónicas sobre los teléfonos de sus hijos, y allà se quebró. "LÃnchenme, mátenme, yo soy el culpable de estos hijos", repetÃa con su voz quebrada el padre de los tres asesinos, sobre quienes pesa la sospecha de más de una docena de crÃmenes brutales con fines de robo.
Atrás habÃan quedado los dichos del primer dÃa en los que habÃa asegurado frente las cámaras de televisión que sus tres hijos y Natalia (la cuarta detenida) "eran cuatro perejiles".
En tanto otra vecina de barrio Parque, poblado por gran cantidad de mujeres mayores y solas, se presentó para tratar de reconocer si entre lo incautado habÃa algún elemento del robo que habÃa sufrido hacÃa tiempo. Y si bien no encontró ningún elemento de valor que le hubieran sustraÃdo, reconoció una máscara de un gorila, con pelos inclusive, que de acuerdo a los dichos de un policÃa era la que usaron los Santoro en varios de sus asaltos seguidos de muerte.
Pero quienes no pueden conciliar el sueño en la barriada son la pareja de abuelos que viven a solo una cuadra de la verdulerÃa de los Santoro: ellos podrÃan haber sido las próximas vÃctimas de los hermanos y CÃa. Justamente la inminencia del hecho precipitó la detención del trÃo el último sábado, en el marco de un cinematográfico despliegue de efectivos de civil, jóvenes en su gran mayorÃa, que se desperdigaron en el barrio tratando de detectar cualquier movimiento.
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