Con lluvia torrencial empezó ayer la jornada del juicio oral contra Ramón Genaro DÃaz Bessone en la sala del Tribunal Federal Oral número 2, esta semana presidido por Otmar Paulucci. La secretaria Silvina Andalaf siguió leyendo las requisitorias de elevación a juicio presentadas por el Ministerio Público Fiscal respecto de la privación ilegÃtima de la libertad, tormentos y homicidios de Estrella González, Héctor Vitantonio, Antonio Angel López y Oscar Manzur, asà como la privación de la libertad y tormentos de Laura Torresetti, que fueron elevados a juicio oral después de la parte que contiene el mayor número de vÃctimas. La secretaria del Tribunal leyó la descripción de los hechos durante más de una hora, asà como las acusaciones al máximo responsable del Comando del Segundo Cuerpo de Ejército hasta octubre de 1976, DÃaz Bessone, y a José Rubén Lofiego, oficial principal de la policÃa provincial. A las 12 se decidió un intermedio de 15 minutos, que se extendió durante casi una hora. Al retomar la audiencia, lo único que se hizo fue informar que el conjuez José MarÃa Escobar Cello debÃa retirarse para participar de un proceso en la ciudad de Santa Fe, de modo que este juicio se retomará el lunes próximo.
Ayer se cumplió un año del comienzo del primer juicio por delitos de lesa humanidad en Rosario, contra Oscar Pascual Guerrieri y otros cuatro represores, que terminó el 15 de abril pasado con la condena a prisión perpetua de cumplimiento efectivo en cárcel común para todos los acusados. Los mismos jueces, Paulucci, Beatriz Barabani y Jorge Benegas, como integrantes de otro Tribunal, son los encargados de juzgar ahora a DÃaz Bessone, Lofiego, Mario Alfredo Marcote, José Antonio Scortecchini, Ramón Rito Vergara y Ricardo Chomicky.
Durante la mañana de ayer se relataron los delitos de lesa humanidad cometidos contra Estrella González y su pareja, Héctor Vitantonio. Fueron secuestrados en la madrugada del 23 de septiembre de 1976 de su casa de Moreno 1064, departamento 6, donde la patota dejó sola a Patricia, la hija de ambos, una beba nacida apenas 10 dÃas antes, el 13. Los dos fueron torturados y asesinados. El 5 de octubre de 1976, sus cadáveres fueron dejados -junto al de Ruth, hermana de Estrella en la avenida de Circunvalación, en un hecho fraguado como enfrentamiento por las fuerzas de seguridad. Estrella tenÃa 27 años y Héctor, 23. Su sobrina, Josefina González, La Tana, estaba ayer entre el público para escuchar la lectura.
En cambio, Antonio Angel López fue asesinado en la madrugada de 27 de septiembre de 1976, cuando iba en moto por la zona sur con Miriam Moro (su caso ya fue leÃdo en las primeras jornadas del juicio). Según las pruebas recogidas en la etapa de instrucción, López fue asesinado de un balazo en la nuca en el mismo lugar, y su cadáver fue dejado dos dÃas después -junto al de Miriam en un camino rural cercano a Casilda. TenÃa 30 años.
El cuarto caso leÃdo ayer correspondió a Oscar Rubén Manzur, de 27 años. Su esposa, Marta Bertolino y su hija, Alejandra, presenciaron la lectura. Oscar y Marta, embarazada, fueron secuestrados en la madrugada del 10 de agosto de 1976, de un departamento de España al 300, donde vivÃa la familia Girolami, de la que también llevaron a algunos miembros. Todos estuvieron secuestrados en el Servicio de Informaciones. Marta -querellante de este juicio relata que escuchó cómo torturaban a su compañero durante dos dÃas seguidos, y también lo hacÃan con ella delante de él. En un momento lo oyó decir: "Me muero", y ya no volvió a sentir su voz. Varios testigos relataron los gritos desgarradores de Manzur durante dos dÃas seguidos. Su hija nació en cautiverio, en la maternidad Martin, en septiembre de 1976.
El último y último caso que se leyó ayer en el requerimiento es el de Laura Torresetti, una de las testigos de la causa. Fue privada ilegÃtimamente de su libertad el 13 de mayo de 1976, por las fuerzas del Comando del Segundo Cuerpo de Ejército. Fue torturada fÃsica y psicológicamente en el Servicio de Informaciones. Allà pudo ver por debajo de la venda a Lofiego, vestido de remera y pantalón negro. "El Ciego" era quien dirigÃa las sesiones de tortura y Laura pudo oÃr cómo los otros miembros de la patota decÃan con sorna "el gordo se quiere divertir", en relación a la tortura. El mismo Lofiego participó en la violación de la detenida, posterior a la tortura.
La requisitoria establece también que DÃaz Bessone fue el máximo responsable del Comando del Segundo Cuerpo de Ejército hasta el 12 de octubre de 1976, cuando fue ascendido a ministro del Ejecutivo nacional. Fue quien dio la orden -verbal de iniciar las operaciones tras el golpe de Estado, según relató AgustÃn Feced en la causa que se inició con la democracia en los tribunales provinciales. Por otra parte, Lofiego era el encargado de dirigir las sesiones de tortura, y vigilar que no fueran mortales. También era quien redactaba los partes de esas sesiones para el Comando del Segundo Cuerpo de Ejército.
Afuera, en la galerÃa del Tribunal, mientras la lluvia no daba tregua, Graciela Borda Osella sacaba fotos a los compañeros y compañeras que hacÃan el aguante, como se llama a la vigilia en la vereda de Oroño. Entre ellos, a la sanjuanina Diana Tello, que llegó a Rosario para ver a Les Luthiers pero, en recuerdo de sus antiguos compañeros santafesinos, fue a escuchar el juicio. El marido de Diana está desaparecido. Graciela quiso fotografiarla, sube las fotos cada dÃa a la red social Facebook. Su intención es mostrar la alegrÃa durante los juicios, para que quede como documento del fin de la impunidad. Diana acuerda, mientras sonrÃe para la foto. "Nuestra lucha ha sido alegre. Los compañeros eran pibes como cualquiera. Nos reÃamos, Ãbamos a las peñas, hacÃamos cosas de gente joven además de nuestras tareas militantes", apunta sobre todo aquello que truncó el terrorismo de estado.
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