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Sábado, 25 de septiembre de 2010
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El Peronismo Federal recordó al líder sindical José Ignacio Rucci

Discursos de odio al kirchnerismo

El dirigente de los trabajadores rurales, Gerónimo Venegas, llamó a ganarles a "los dos enfermos" que gobiernan el país, y Felipe Solá habló del "martirio K". Hubo menos de 500 personas. Claudia Rucci llamó a "mirar hacia adelante".

Por Guillermo Zysman
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Coca, viuda de Rucci; su hija Claudia, De Narvaez, Solá, Venegas, Puerta y Daniele encabezaron el acto.

Ante una modesta convocatoria que no superó las 500 personas, el Peronismo Federal aprovechó el homenaje a José Ignacio Rucci, a 37 años de su asesinato, para realizar ayer en Rosario uno de sus primeros actos de campaña de cara a las presidenciales de 2011. "Tenemos que ganarles a los dos enfermos que están conduciendo el país", disparó sin eufemismos el titular de Uatre y las 62 Organizaciones, el duhaldista Gerónimo "Momo" Venegas. "Hay que trabajar por la Argentina moderna, para no padecer cuatro años más de martirio K", lanzó luego Felipe Solá quien antes había exigido "dejar de lado las especulaciones y jugársela de una vez", un mensaje que pareció destinado a Carlos Reutemann, ausente sin aviso en el cónclave. Francisco De Narváez hizo un llamado a la unidad del verdadero peronismo para los próximos comicios. "Ellos son kirchneristas", enfatizó, excluyendo al oficialismo del armado. "El dolor no puede ser el motor del futuro, para construir un país mejor tenemos que mirar para adelante, sin rencores, con esperanza", dijo emocionada la diputada Claudia Rucci, hija del ex líder de la CGT.

El gimnasio del club Sportivo América fue el lugar elegido por el PJ disidente para hacer una de sus primeras puestas en escena de cara a 2011. El reutemismo y el obeidismo jugaron de local: gran parte de sus legisladores provinciales, nacionales y locales se sentaron en primera fila. Y hasta movilizaron parte de su aparato, destacándose los ruidosos seguidores del concejal reutemista Diego Giuliano que aspira a la Intendencia. Paradojas de la historia: Jorge Obeid, otrora militante de la JP dio el presente. El sindicalismo no kirchnerista aportó poco.

Tribunas semivacías rodeaban el gran escenario montado con una gigantografía de Rucci de fondo. "A 37 años", decía su leyenda. En la mesa principal se sentaron Claudia Rucci, su madre Coca, el líder del PJ santafesino, Ricardo Spinozzi, De Narváez, Solá, Venegas, Ramón Puerta y el referente local de las 62 Organizaciones, Oscar Daniele.

El acto comenzó con un video de Rucci. Su designación al frente de la CGT en los 70, los intentos desestabilizadores en su contra y el armado del retorno de Juan Domingo Perón de su exilio fueron los tópicos aludidos, matizados por sus discursos gremiales, en un claro intento de apropiación de la simbología peronista. Tanto que al cierre, Hugo del Carril (hijo) entonó la tradicional marcha.

Como anfitrión, el primero en hablar fue Spinozzi. El senador provincial remarcó que no era "casual la elección de Santa Fe para este homenaje ya que en ésta provincia nació Rucci y en esta ciudad creció". Recordó que el ex líder de la CGT vivió en épocas de antinominas "que algunos compatriotas hoy reivindican", tras lo cual llamó a construir una "Argentina de consensos donde el que piense distinto no sea un enemigo sino sólo un adversario".

Venegas fue el más duro. Tras elogiar a Rucci -"un pequeño gran gigante"- no dudó en aseverar que en las presidenciales del año próximo "el peronismo tendrá la última oportunidad. Si no hacemos más peronismo, dejemosnos de joder con el peronismo. Vamos por la justicia social", arengó tras lo cual disparó: "Tenemos que ganarle a los dos enfermos que están conduciendo el país". Lejos de reparar en la investidura presidencial, los presentes lo ovacionaron.

De Narváez arrancó elogiando a Reutemann y luego recordó la victoria en 2009 a Kirchner en la provincia de Buenos Aires, tras lo cual hizo un llamado a la unidad para repetir el éxito en 2011.

Solá destacó como mayor virtud del homenajeado "la ausencia de especulación", para después instar a toda la dirigencia "a jugársela y no especular", en obvia alusión al indeciso Reutemann.

Claudia Rucci cerró el acto leyendo el último discurso escrito por su padre, que no pudo leer por el impacto de las balas. Emocioanda, agradeció el coraje de su madre y pidió "mirar para adelante, sin odios, sin resentimientos, con pasión y amor".

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