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Jueves, 4 de noviembre de 2010
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Seminara brind贸 su testimonio contra los represores rosarinos

El camino de la verdad y la justicia

El vicerrector de la UNR cont贸 ante los jueces las secuelas que le quedaron en el cuerpo luego de pasar por varias c谩rceles. "No te hagas matar en la tortura", le dijo Scortecchini.

Por Sonia Tessa
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Seminara lleg贸 a Tribunales rodeado de afectos.

Eduardo Seminara lleg贸 rodeado de afectos a los Tribunales Federales de Rosario, donde ayer relat贸 los delitos de los que fue v铆ctima hace 34 a帽os. El vicerrector de la Universidad Nacional de Rosario sali贸 de las oficinas de Rectorado, en Italia y C贸rdoba, con una peque帽a multitud que camin贸 junto a 茅l las cinco cuadras de distancia. Los aplausos lo acompa帽aron al entrar y salir. En julio de 1976, cuando cumpl铆a el servicio militar en Azul, fue secuestrado por el Comando del Segundo Cuerpo de Ej茅rcito, que lo traslad贸 en avioneta hasta Rosario, donde lo llevaron al Servicio de Informaciones, el centro clandestino de detenci贸n que funcionaba en San Lorenzo y Dorrego. Apenas lleg贸, a los golpes, lo obligaron a sacarse la ropa de soldado que vest铆a. "No sos digno de llevar el uniforme de la patria", le dijeron. Seminara era militante de la JUP. Sin dramatizar, detall贸 las torturas que sufri贸, que resultan inimaginables para alguien que no haya padecido la picana el茅ctrica, a quien no le hayan hecho el submarino, a quien no lo hayan quemado con cigarrillos, que no haya sido tomado de las manos y las piernas para ser empujado hacia arriba y lo hayan dejado caer -con el peso muerto de su cuerpo al piso.

Seminara cont贸 las secuelas que le quedaron en el cuerpo: durante muchos a帽os, perdi贸 la sensibilidad de sus manos, tiene problemas circulatorios, sufri贸 una infecci贸n en las piernas que fue atendida de manera semiclandestina por un enfermero, una vez que lo trasladaron a la c谩rcel de Rosario. Ayer brind贸 testimonio por quinta vez contra los represores de la ex causa Feced: "Me siento orgulloso de poder declarar, porque creo que estamos en el camino de la verdad y la justicia".

Seminara rememor贸 que estuvo siete d铆as en la planta baja del Servicio de Informaciones, al lado de la sala de torturas, adonde lo llevaron varias veces. En ese lapso, no tom贸 agua ni comi贸. Ped铆a ir al ba帽o para sorber el agua que sal铆a del inodoro. Durante esa semana, lo fotografiaron para el prontuario. Record贸 tambi茅n que Jos茅 Rub茅n Lofiego y Mario Alfredo Marcote le sacaron la venda de los ojos para que pudiera verlos. Y distingui贸 a un viejo compa帽ero de la Asociaci贸n Cristiana de J贸venes, Jos茅 Carlos Scortecchini, que se acerc贸 a decirle: "No te hagas matar en la tortura". Lo reconoci贸 por la voz. Entonces, entendi贸 por qu茅 los torturadores tambi茅n ten铆an datos sobre su vida privada.

La defensa de Scortecchini present贸 despu茅s un testigo, Alejandro Brid, que quiso desmentir la relaci贸n preexistente entre Seminara y el oficial de polic铆a, pero no hizo m谩s de confirmar lo dicho por el vicerrector de la UNR. Brid confirm贸 que ambos compart铆an un grupo -sin ser amigos en la Asociaci贸n Cristiana. Ayer, Scortecchini presenci贸 la audiencia en la sala, algo que no ocurr铆a desde que empez贸 la ronda de testigos. En cambio, Lofiego y D铆az Bessone s铆 la siguieron desde una habitaci贸n contigua. Ellos dos enfrentan cargos por homicidios, privaci贸n ileg铆tima de la libertad, torturas y asociaci贸n il铆cita.

Desde el SI, Seminara fue trasladado a la c谩rcel de Rosario, en el mismo cami贸n celular que Carlos Corbella, Rub茅n Milberg y Rub茅n Chiartano. Cuando lleg贸 al penal de Zeballos y Ricchieri, no quer铆an aceptarlo por el estado de salud que le hab铆a provocado la tortura. All铆 estaba tambi茅n Pedro "el correntino" Galeano, diezmado por las hemorragias internas provocadas por los tormentos. Dijeron haberlo trasladado al hospital provincial, pero le aplicaron la ley de fuga. "Ese hombre no pod铆a caminar, no pod铆a intentar fugarse. Es un flagrante asesinato de una persona", dijo Seminara ante los jueces.

En setiembre del mismo a帽o lo llevaron a Coronda. En esa c谩rcel, donde las condiciones de detenci贸n tambi茅n eran inhumanas, escuch贸 los "gritos desgarradores" de Daniel Gorosito, cuando era sacado de la prisi贸n para ser fusilado. El extenso testimonio de Seminara abund贸 en detalles de su paso por las c谩rceles. El 17 de noviembre de 1981 obtuvo la libertad condicional, una instancia que lo obligaba a presentarse cada ma帽ana en el Servicio de Informaciones. Reci茅n con la visita del Papa por el conflicto de Malvinas, en mayo de 1982, fue liberado definitivamente. "Recompuse mi vida, estudi茅, form茅 una familia, me cas茅, y hoy soy vicerrector de la UNR", dijo Seminara. Despu茅s de algunas preguntas de la defensa y la fiscal铆a, se retir贸 de la sala, en medio del aplauso del p煤blico. A la salida, mientras se abrazaba con sus compa帽eros, confes贸 que declarar le hab铆a "sacado de encima como diez kilos".

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