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Martes, 20 de septiembre de 2011
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La Presidenta y el gobernador de Santa Fe cruzaron ironías y criticas en Rosario

Cristina y Hermes más allá de los protocolos

"Cuando tomamos decisiones no lo hacemos mirando el color político de la provincia", dijo la Presidenta, luego de que Binner señalara el "reparto de dádivas" en vísperas de la visita presidencial. "La ciudadanía evalúa con el voto", le aclaró CFK.

Por Luis Bastús
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"Sería un flaco favor para la sociedad instalar debates inapropiados", le dijo Cristina al gobernador.

Las cortesías que supone el protocolo poco importan cuando la presidenta Cristina Fernández y el gobernador Hermes Binner se sientan a la misma mesa, y más ahora, que ambos disputarán el gobierno en el comicio de octubre. Ayer volvieron a dedicarse chicanas y reprimendas durante el acto de entrega de créditos blandos del Programa del Bicentenario a 54 empresas de diez provincias, en el teatro del Parque de España, luego de haber inaugurado el Instituto de Biología Molecular Rosario, en el Centro Científico y Tecnológico situado en Ocampo y Esmeralda. La visita tuvo el condimento previo del fin de semana, cuando Binner hizo fotografiar camiones cargados con cocinas y colchones frente al predio de Gendarmería y acusó al kirchnerismo de orquestar un "reparto de dádivas" en vísperas de la visita presidencial. La jefa de Estado ayer evitó replicar esa denuncia. "No he venido para eso. Sería un flaco favor para la sociedad instalar debates inapropiados. Luego la ciudadanía evalúa con el voto", apretó. "No se preocupe, gobernador Binner, que cuando tomamos decisiones no lo hacemos mirando el color político de la provincia", apuntó.

El gobernador -que demuestra otro tono discursivo desde que está lanzado en la campaña nacional- había señalado que se la recibía a CFK "como la presidenta de todas las argentinas y argentinos, no como la jefa de un partido o agrupación política, o como la representante del 50 por ciento de un país". La cita aludió a las últimas visitas de CFK: el acto del 20 de Junio y la inauguración de una planta de biodiesel en Puerto San Martín, cuando también fue blanco de las hostilidades de los militantes K.

Binner se declaró "satisfecho de que Santa Fe sea la provincia que más creció en su aporte al presupuesto nacional porque no somos egoístas, porque nuestro federalismo es integrador". Y pidió "un diálogo abierto y constructivo sobre los principales problemas del país", para luego "avanzar hacia un país de adversarios respetuosos y no de enemigos irreconciliables".

El rictus áspero de la Presidenta, mientras tanto, anticipaba que habría réplica. Cuando Binner volvió a su asiento, no hubo saludo de rigor con la jefa de gobierno. Ni se miraron.

Los testigos inmediatos de esa tensión fueron los ministros Débora Giorgi y Lino Barañao, el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, el candidato a diputado Omar Perotti -quien se pegó a Cristina durante toda la visita-, la diputada provincial electa María Eugenia Bielsa, y los diputados nacionales Agustín Rossi y Gustavo Marconato. La otra mitad del palco era socialista: Antonio Bonfatti, Miguel Lifschitz, Mónica Fein, Juan Carlos Zabalza y Élida Rasino, entre otros.

Afuera, numerosos militantes de La Cámpora, Movimiento Evita y varios sindicatos, rugían su apoyo a la líder del Frente para la Victoria con la misma vehemencia con la que verbalizaban hostilidad hacia el gobernador y cualquier rostro socialista que reconocieran en el tropel de funcionarios e invitados que colmó el auditorio antes de que la organización cerrara filas y dejara afuera a varios, periodistas incluidos.

La presidenta le dedicó un dardo directo al candidato del Frente Amplio Progresista cuando abrió números de la promoción de parques industriales en el país. "El 40 por ciento de los 8.916.000 pesos que distribuimos fueron para Santa Fe, es decir, 3.521.000 pesos. Luego sigue Buenos Aires, con 17 por ciento, Córdoba 10 por ciento, y Chaco 7 por ciento. No se preocupe, gobernador Binner, que cuando tomamos decisiones no lo hacemos mirando el color político de la provincia", reconvino. Aplausos de funcionarios K y empresarios, agite de banderas y bombos en la explanada junto al río. Más tarde, Agustín Rossi diría que "la presidenta habló como presidenta, y el gobernador, como candidato".

Como de costumbre, Cristina Fernández abundó en cifras de su gestión. Contrastó la Rosario post crisis de 2003 con "esta Argentina pujante", en la que la inversión del PBI en ciencia y tecnología pasó del 02, al 0,8 del presupuesto, según dijo. Destacó la inversión del 6,47% en educación y del 5% en infraestructura productiva para que "estas inversiones privadas, este crecimiento sea posible: nadie invierte sino cree en lo que ve y en lo que vendrá".

La presidenta instó a "industrializar la ruralidad" como forma de arraigar la población en sus lugares de origen y evitar el éxodo a las ciudades grandes. Comparó el 2003 -80 parques industriales, con 2.245 pymes y 78.000 puestos de trabajo- con el presente: "Hay 280 parques industriales, con 258.800 empleos en 7.745 pymes. Nada es casual, ni en política ni en economía", celebró. Reflejó el repunte del consumo interno y de las exportaciones en varios rubros como la carne aviar (98% y 1065%, respectivamente), lácteos (22% y 245%) y automóviles (349% y 589%). "En un mundo que se derrumba y exige mayores ideas, debemos corregir rumbos cuando equivocamos, para seguir el período de crecimiento más importante en 200 años", propuso.

La mandataria definió este momento como "una oportunidad histórica" con "mayor densidad de instituciones políticas restablecidas" en comparación con la crisis de 2001. "La gente estaba enojada y tenía razón porque la clase política se dejaba subordinar por los que dictaban las políticas desde afuera. No es la economía, sino la política la que determina el rumbo de un país", remarcó.

Cristina exhibió la foto de dos niños, Iván e Irina Fernández, hijos de un científico que en la inauguración del IBR se las obsequió. "Estas cosas son las que recompensan, y no las tonterías que una escucha todos los días -volvió a aludir tácita al planteo de Binner-. Este científico estaba en Alemania, en Gottingham, ciudad de 45 premios Nobel; pero vino en 2006, porque Néstor Kirchner habilitó los fondos para instalar un centro de resonancia magnética, porque estaba obsesionado con el regreso de los investigadores. Y este científico vino antes de la crisis europea, porque quiso que sus hijos crecieran en Argentina. Esa es la gente que nos hace falta. Gracias a ustedes, investigadores, empresarios, por hacer el país, para que haya muchos ivanes e irinas que sigan volviendo".

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