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La abogada rosarina Ana María Figueroa juro el último viernes como
jueza de la Cámara Federal de Casación Penal. "Llego a este lugar con la expectativa que llevamos los abogados que venimos de largos años de ejercicio de la profesión, en mi caso 37 años, porque tenemos una mirada distinta de quienes han venido realizando su carrera judicial con treinta años en ese lugar. Nosotros desde afuera vemos las fallas del sistema, la morosidad, la necesidad del planteo de distintas cuestiones, y ahora me toca ver como es la visión desde ese otro espacio".
La magistrada integra la Sala II del Máximo Tribunal Penal del país, junto con los jueces Pedro David y Alejandro Slokar, y había sido nombrada por medio del decreto 1896/2011, publicado el pasado 21 de noviembre en el Boletín Oficial. El acto se realizó en los tribunales federales de Comodoro Py 2002.
Este es el segundo tribunal de importancia en todo el país, ubicado por debajo de la Corte Suprema de la Nación, tras la reforma producida, en el año 2008 en la que se crea esta Cámara Federal de Casación Penal. Figueroa explica que "con el fallo de la Corte con el Caso Casal en el 2005, y la profundización de esta jurisprudencia de la Corte Suprema, queda claro que la última instancia de apelación en materia penal del país debe ser la Cámara Federal de Casación Penal. Este es el tribunal de control institucional y de derecho internacional sobre los derechos humanos en materia penal de todo el país".
Casación tiene cuatro salas de tres miembros cada una, más un presidente. De la jura participaron dos ministros de la Corte santafesina, Daniel Erbetta y María Angélica Gastaldi.
Figueroa es Doctora en Ciencias Jurídicas y Sociales; Doctora en Derecho; Profesora Titular Ordinaria de Derecho Constitucional de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario, es una académica y abogada que ha realizado el ejercicio libre de la abogacía en su estudio de Rosario y reconocida por sus trabajos en el ámbito de los derechos humanos, entre ellos los relativos a los crímenes de lesa humanidad y la defensa de los derechos de género.
Resalta que su jura, el 25 de noviembre, coincide con el día Internacional de la NO violencia contra la Mujer, materia a la que se ha dedicado durante el ejercicio de su profesión y con su práctica académica permanente por la no violencia contra las mujeres.
Siempre sostuvo la importancia de la igualdad de género, como lo define en el tránsito desde la desigualdad formal a principios de la constitución del Estado en Argentina, y su evolución por el sistemas de cuotas y cupos, hasta las prácticas que se vienen substanciando en cumplimiento de los tratados internacionales sobre Derechos Humanos sobre la no violencia contra las mujeres y el desarrollo en Derechos Humanos.
Entre otros cargos Figueroa fue la abogada patrocinante de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación en la causa Guerrieri y acompaño junto a su hija Virginia Blando a la sobreviviente de la Fábrica Militar Domingo Matheu, Adriana Arce, quien denunciara en aquel juicio que le habían practicado un aborto sin anestesia alguna.
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