"Las personas que estuvieron en el juicio (oral y público) saben que no habÃa pruebas para condenar a Betito", dijo ayer Viviana, la madre de Carlos "Betito" Godoy, sentenciado a 11 años de prisión por ser considerado partÃcipe primario de la muerte de Roberto "Pimpi" Caminos. A tres dÃas del veredicto por el homicidio del ex barrabrava de Ñuls, la familia de uno de los dos condenados --el otro fue René Ungaro-- salió a quejarse por el fallo judicial. "Cómo le explico yo a mi hija de tres años que su papá no va a venir, cuando el viernes le dije que ella le iba a abrir la puerta de casa", dijo Priscila, la esposa de Godoy. El abogado Fausto Yrure presentará esta semana la apelación ante la Cámara Penal; aunque las mujeres aseguraron estar "desesperanzadas". Tras la sentencia, algunos funcionarios judiciales pidieron custodia, ya que algunos recibieron amenazas, durante las jornadas de audiencias.
La condena alcanzó a dos de los acusados de haber matado a Caminos: a Ungaro le dieron 17 años, por encontrarlo autor de los disparos que dieron muerte a la vÃctima; y Godoy fue sentenciado a 11 años, porque según los jueces, él conducÃa el Fiat Uno blanco donde se trasladaba el asesino, como acompañante.
Sin embargo, la esposa y la madre de Betito aseguran que "ellos no fueron" los asesinos y que con el fallo judicial las "mataron en vida". "Le dejé dos mudas de ropa para el viernes", dijo Priscila "porque estaba segura que salÃa: fue como un baldazo de agua frÃa" la sentencia.
Según el relato de las mujeres, Betito se crió con su mamá, su papá y su hermana Marisol en una vivienda de Pasaje Mozart y Paraguay. Fue a la escuela primaria y cursó toda la secundaria, incluso "los dos últimos años los hizo en un colegio privado de Sarmiento y Garay". Cuando Betito tenÃa 15 años, su papá --que era policÃa-- falleció. "Salà a trabajar para que no les faltara nada a él y a su hermana; tenÃa miedo que se metiera en la droga o cayera en algo, y siempre lo cuidé de eso; y mirá lo que le pasó ahora, sin ser él el culpable de todo esto", dijo Viviana.
Por su parte, Priscila agregó que el joven de 26 años "no creció en una familia malandra, ni la tiene ahora: hace tres años que estamos intentando construir dos piezas y un baño, porque estoy viviendo con mi suegra". La joven no dudó en ningún momento de la inocencia de su pareja.
Por otra parte, aseguran que se ponen en el lugar de la familia de Caminos. "Ellos perdieron un ser querido y nosotros entendemos su indignación, pero tendrÃan que salir a buscar a los verdaderos culpables, porque Betito y René no lo hicieron; el mismo Pimpi dijo varias veces que la policÃa lo querÃa matar. Acá agarraron a tres perejiles para cubrir algo mucho peor. Mirá que justo que se haga justicia con Caminos, cuando hay tanta gente inocente a la que matan y nadie lo paga. No se puede creer en la Justicia", dijo Priscila; a lo que Viviana agregó: "Si mi hijo hubiera pensado en matarlo esa noche, no habrÃa salido a bailar antes. Además, cuando llegó del baile, se quedó tomando mates conmigo y no estaba nervioso, como debe estar cualquier persona que mata a otra".
Las mujeres contaron que después de escuchar su pena, Betito sigue detenido en la AlcaidÃa. "El sábado lo fue a ver un amigo de la familia y él nos mandó una carta diciendo que nos quedemos tranquilas, que todavÃa está la esperanza de la apelación, que tengamos fe".
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