La última fiesta de fin de año tuvo para la familia Vidal Valls otro sentido. "Cerramos un capÃtulo en la historia de nuestras vidas", confiesa AgustÃn Vidal. Es que después de 36 años, los restos de su hermana Marité fueron identificados por la justicia federal. Lo hizo un equipo de trabajo encabezado por la fiscal federal Mabel Colalongo junto a Miguel Nieva del Equipo Argentino de AntropologÃa Forense. MarÃa Teresa Vidal Valls estaba enterrada en el cementerio La Piedad, como NN, en la tumba 135 del solar 75. "Haberla encontrado me movió toda mi vida, me descolocó. Fue una mezcla de alegrÃa por cerrar una etapa de ideas de terror, y a la vez de tristeza por tener la certeza de lo que habÃa pasado", confÃa AgustÃn.
El primer eslabón de la historia fue un parte de inteligencia que recuperó la fiscalÃa: "El 11 de setiembre de 1976 personal de la seccional 11 con colaboración de la Prefectura MarÃtima de la ciudad de Rosario procedieron a sacar de las aguas del rÃo Paraná a la altura de calle Gutiérrez a un cadáver del sexo femenino cubierto con una lona y atado de pies y manos, no siendo posible su identificación por el estado en que se encontraba". Esto rezaba el documento oficial.
Al respecto, el antropólogo Miguel Nieva explicó que "los restos, o mejor dicho parte de los mismos, es decir, fragmentos estaban en el solar 75 y fueron exhumados a mediados del 2010". Luego del análisis antropológico, se enviaron al laboratorio para extraer un perfil genético que se comparó con la base de datos de familiares de desaparecidos. "Este trabajo nos dio elementos para avanzar fuerte en las restantes sepulturas --afirma Nieva--, un trabajo que se concretó después" y en el que fueron exhumadas más de un centenar de tumbas, con un total de casi trescientos restos óseos de distintas personas.
El hermano de Marité, AgustÃn Vidal, confesó: "Mi familia vivió con el miedo de no encontrarla nunca". Marité fue sacada de una de las habitaciones del que era el Hotel Italia, en Maipú al 1000 --en la actual sede de Gobierno de la UNR-- donde vivÃa de manera transitoria junto a parte de su familia el 6 de agosto de 1976. En ese mismo momento, sus captores se robaron también una cartera con valiosas joyas que tenÃa su abuela. Tanto el ex jefe de la policÃa AgustÃn Feced como hombres de la SIDE dijeron no saber nada de la desaparición, mientras que la cara pública del hotel, una mujer llamada Angela Pereyra Iraola, se mostraba con confianza y recibÃa favores en la oficina del jefe de la PolicÃa Federal. La patota llegó en tres autos para buscar a su presa de 21 años, militante de la juventud guevarista del ERP-PRT con responsabilidades en el área de prensa, estudiante de letras y de música que habÃa cursado el secundario en Misericordia y que habÃa sido amenazada por la Triple A en un cartel que apareció con su nombre y el de otras personas colgado en la entonces facultad de FilosofÃa y Letras de la UNR, en Entre RÃos al 700.
Desde allà fue llevada al Centro Operacional Fisherton, en Mendoza al 8500, frente al Mercado de Productores. Allà fue vista por Fernando Brarda, único sobreviviente de ese centro y que el 11 de agosto del 76 se presentó en el Hotel Imperio, donde vivÃan los hombres de la familia, el padre Juan MarÃa Vidal y los hijos AgustÃn y Fernando y rápidamente se entrevistó con ellos.
"A mi hermana Marité la privaron de su música, de su futuro, de su familia, de sus nietos, de sus futuros hijos, de su libertad, de sus sueños, de su alegrÃa y de todo aquello que cualquier ser humano anhela para el futuro. Marité era un extraordinario ser humano en todos los sentidos. No pudieron llevarse su alegrÃa, su magia; su recuerdo que sigue intacto como el ultimo dÃa en que la vi. Como dijo León Felipe: 'Se llevaron todo pero no pudieron llevarse la canción'", expresa AgustÃn.
El ex canciller Rafael Bielsa también está movilizado por la identificación de los restos de Marité. "Desgraciadamente no puedo sentir el alivio que entiendo que otros pudieran sentir, porque siempre la verdad restituye el espÃritu -dice ahora-. Para mÃ, desde el momento en que ella desapareció, era mi mejor amiga, y durante décadas, fue un caso estremecedor, porque nadie habÃa oÃdo hablar de ella, nadie sabÃa nada. Yo escribà una serie de cosas sobre ella con la esperanza de que eso llegara a algún lugar de alguien conocido, y me contaran algo. Precisamente escribà en Página/12 La tercera margen del rÃo. Esta nota trajo hasta mi oficina a Fernando Brarda, que es la primera persona que habló de Marité, que habÃa estado con ella. Y a partir de ahà la historia la conocen todos. No sé que hubiese pasado si ese relato no se publicaba, si Fernando no aparecÃa, y si no nos contaba lo que nos contó. El hecho de la aparición de los restos la verdad, no modifican esa ausencia en mi, esa amputación".
-¿Que significó en su vida Marité Vidal?
-Fue un actriz de los años más importantes de mi vida, la conocà siendo adolescente en su casa de la calle Córdoba 1983, donde pasé mucho tiempo. Marité era nieta de un famoso pediatra y esa casa era una especie de AlejandrÃa, porque los que iban de Oriente a Occidente pasaban por ahÃ, y los de Occidente a Oriente, también. Era una casa de música donde nos reunÃamos con Charly Pagura, con Alberto Callaci. Era casa de poesÃa de literatura, una casa de mucha discusión, de mucha polémica. Esa casa era como un aleph, todos los lugares se reunÃan ahÃ, todos los episodios más importantes del despertar, de la sensibilidad, de la amistad, de compañerismos, de la militancia, del compromiso, para mà todo eso nació ahà y nació con ella".
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