El desprecio por la vida de los hijos de los militantes populares es una de las constantes en las causas que forman parte del juicio por delitos de lesa humanidad en San Nicolás. Al asesinato de Fernando y MarÃa Eugenia Amestoy, de tres y cinco años, por emanación de gases lacrimógenos, ayer se sumaron otras muestras durante la lectura de los requerimientos de elevación a juicio de la otra causa, caratulada Alvira, donde se juzga la desaparición de seis militantes montoneros entre abril y mayo de 1977. En esa causa se detalla la privación ilegÃtima de la libertad de Carlos Fernando Alvira, de nueve meses, hijo de los desaparecidos MarÃa Cristina Alvira y Horacio MartÃnez, y también de VÃctor y MartÃn Almada, de un año y ocho meses y siete meses. Estos dos bebés fueron secuestrados junto a su madre, MarÃa Regina Spotti, el 21 de abril de 1977, de su casa del kilómetro 4 de la ruta 188, en San Nicolás. Cuando irrumpió la patota, el esposo de la vÃctima, VÃctor Almada, volvÃa a su hogar, y alcanzó a esconderse, aunque pudo observar cómo un grupo de entre 8 y 9 hombres vestidos de civil se llevaban a su familia. Tanto Fernando Alvira como VÃctor y MartÃn Almada fueron restituidos después de algunos dÃas a los abuelos, con intervención directa del principal imputado de la causa, Manuel Saint Amant, que era jefe del área 132 del Primer Cuerpo de Ejército. En el caso de Fernando Alvira, también participó el que era capellán del Batallón de Ingenieros, el sacerdote Miguel Regueiro, quien ofició de "mediador" para obligar a los abuelos maternos a firmar un documento que calificaba a sus hijas como delincuentes que habÃan abandonado al nene, bajo amenazas de impedirles que se lo llevaran. Regueiro estaba imputado en la causa, pero murió el año pasado. Lo mismo ocurrió con Diego Ricardes, otro imputado en la causa Alvira. De este modo, sólo Saint Amant responderá ante la justicia por estos crÃmenes.
Puntual, comenzó ayer la segunda jornada del juicio oral y público por delitos de lesa humanidad cometidos en San Nicolás. Con la presencia de Manuel Gonþalves, se completó durante la mañana la lectura de los requerimientos de elevación a juicio por la causa de la masacre de la calle Juan B. Justo 676, donde el 19 de noviembre de 1976 mataron a MarÃa del Carmen Fettolini, Omar Amestoy, los niños Fernando (3 años) y MarÃa Eugenia (5), asà como a Ana del Carmen Granada, y en la que Manuel -que tenÃa cinco meses- fue el único sobreviviente porque su madre lo envolvió en colchones y lo escondió dentro de un placard. Frente a los imputados Saint Amant, Antonio Bossié y Jorge Muñoz, se leyó el requerimiento de la FiscalÃa.
Luego comenzaron a leerse las requisitorias por la causa Alvira, que investiga la desaparición entre fines de abril y principios de mayo de 1977 de los militantes de la Juventud Peronista Raquel y MarÃa Cristina Alvira, Horacio MartÃnez, MarÃa Rosa Baronio, Eduardo Reale y MarÃa Regina Spotti, asà como la privación ilegÃtima de la libertad de Fernando Alvira, y de los hijos de Spotti, VÃctor y MartÃn Almada.
"Todos los casos investigados en estas actuaciones ocurrieron en San Nicolás, momentos en los que el imputado Saint Amant se desempeñaba como Jefe del Area 132 del Ejército", dice el requerimiento de la querella que representa a VÃctor Almada, el marido de MarÃa Regina Spotti.
En cuanto a la desaparición de Spotti, también se juzgará la sustracción de los enseres, objetos de valor y materiales de trabajo que habÃa en la casa, y fueron sustraÃdos por el grupo represivo. Regina Spotti fue escuchada por última vez con vida por José MarÃa Budassi mientras estaban detenidos ilegalmente en la Brigada de Investigaciones de San Nicolás.
Otra de las vÃctimas de la causa Alvira es MarÃa Rosa Baronio, secuestrada el 4 de mayo de 1977, cuando caminaba por calle BolÃvar de esa ciudad. Luego, allanaron su casa. Allà secuestraon a Eduardo Luis Reale, pareja de la joven. Los represores se llevaron todos los muebles, aunque después los devolvieron. La pareja estuvo secuestrada en un centro clandestino de detención que estarÃa ubicado cerca del Barrio Somisa.
Las otras tres vÃctimas, MarÃa Cristina Alvira, Raquel Alvira y Horacio ArÃstides MartÃnez fueron secuestrados el 5 de mayo, alrededor de las 11.30, de su casa ubicada en Alvear 1519, del barrio Santa Rosa. Allà entró un grupo de entre 10 y 15 personas, entre los que habÃa personal de la PolicÃa de Santa Fe y personal militar del Batallón de Ingenieros de Combate 101. En el operativo participaron al menos un patrullero de la policÃa y un camión del ejército, mas dos vehÃculos particulares. El hijo de MarÃa Cristina y Horacio, Fernando, de 9 meses, quedó al cuidado de un vecino, por orden de Saint Amant, presente en el operativo. DÃas después, le indicaron a ese vecino que debÃa entregar al niño en el Batallón 101, indicación que cumplió el 9 de mayo. El bebé permaneció en un orfelinato religioso y luego fue entregado a sus abuelos, previa firma del documento incriminador. "Mi mamá lloraba porque los amenazaban con no devolver el bebé, y mi papá tuvo que firmar", rememoró el primer dÃa del juicio Adriana, la hermana de Raquel y MarÃa Cristina.
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