Claudia y Roberto Casado estuvieron ayer en la audiencia del juicio oral y público por los delitos de lesa humanidad sufridos por su padre, Manuel Ricardo Casado, el 25 de marzo de 1976, un dÃa después del golpe cÃvico militar. Roberto se sentó en la sala y se puso sobre el pecho una foto de su papá, con una inscripción: "Hasta la victoria, siempre". Se la habÃan regalado minutos antes los militantes de la agrupación H.I.J.O.S. Es que Casado murió el 13 de junio pasado, en pleno juicio, después de esperar justicia durante 37 años. Uno de los tres acusados, el coronel retirado Rubén Cervera, que fue jefe del Batallón de Arsenales y también intendente de facto de San Lorenzo, pidió ampliar su indagatoria. Fue para desmentir un documento presentado por él mismo en su legajo para cuestionar una denegación de ascenso en el Ejército. Negó haber dicho que tenÃa a su cargo grupos de tareas con una frase antológica: "PodrÃa ser que yo me adjudicara un mérito que no tuve", dijo, refiriéndose a la "lucha contra la subversión". Más allá de la anécdota, el documento que Cervera trató de rectificar tiene 30 años, y allà él se jacta de haber participado en la represión ilegal como una manera de obtener el ascenso a general.
Entre el público estaban Claudia y Roberto Casado. "Es una emoción muy grande estar representando a mi padre, lo que él querÃa, lo que esperó durante tantos años", dijo Roberto, que fue tirado al patio, envuelto en un colchón, cuando tenÃa siete dÃas de vida, en la tarde del secuestro. Casado era secretario general del Sindicato Municipal de San Lorenzo, y fue privado ilegalmente de su libertad en una calle céntrica de esa ciudad por un grupo a las órdenes del jefe del Batallón de Arsenales, Rubén Cervera y el subjefe, Horacio Maderna; además del civil Pedro RodrÃguez, que fue quien lo señaló en la llamada esquina de los bancos. RodrÃguez era asesor jurÃdico del municipio nombrado durante el gobierno constitucional de Luis Vivas, pero fue ratificado posteriormente por la dictadura. De hecho, dos hermanas de la vÃctima relataron que fue RodrÃguez quien señaló a su hermano para que lo aprehendieran los militares.
Para los hijos de Casado, el de ayer fue también un dÃa de "impotencia y dolor". Es que el antiguo militante gremial --que tiene nueve hijos-- "se puso mal a partir de que declaró". Sin embargo, estuvieron confiados: "Creemos en la Justicia, que va a actuar".
En la audiencia se esperaba el comienzo de los alegatos del fiscal y de las defensa de los tres imputados. El juicio se quedó sin parte querellante, por la muerte de Casado, aunque el abogado que la habÃa asumido, Gustavo Feldman, estuvo ayer entre el público, siguiendo la audiencia.
La decisión del acusado Cervera de ampliar su declaración indagatoria demoró el inicio de los alegatos. El represor negó que hubiera una parrilla para aplicar picana eléctrica en el Batallón de Arsenales. Y aseguró que su propio escrito de hace treinta años tenÃa una "redacción confusa" para negar su participación en el terrorismo de estado. Pero el documento figura en su legajo.
Cervera aseguró que el Batallón de Arsenales tenÃa a su cargo la "mantención" de vehÃculos y enseres de las distintas unidades del II Cuerpo de Ejército y aseguró que jamás se arrogó haber dirigido grupos de tareas sino "la logÃstica de las fuerzas de tareas". El viernes próximo serán los alegatos.
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