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Seis marinos que ven铆an en un barco con destino final a un puerto privado en Arroyo Seco, fueron detenidos ayer en Rosario luego de haber sido imputados por sus propios compa帽eros de buque de haber arrojado a cuatro polizones congole帽os atados de pies y manos y sus bocas vendas en alta mar, a 400 kil贸metros de la costa africana. Se trata del capit谩n rumano Florin Filip, el primer oficial Robert Racovita, y de cuatro marineros filipinos. El quinto marino perdi贸 su vida el 煤ltimo jueves en un episodio que tambi茅n investiga la justicia y que podr铆a haber sido una nueva muerte provocada. Luego de largos d铆as de investigaci贸n, el fiscal federal Mario Gambacorta logr贸 sentar a los responsables ante el juez federal Carlos Vera Barros que orden贸 su detenci贸n e indagatoria.
En los primeros d铆as de julio, el buque RM Power zarp贸 del Congo con destino al puerto de Dreyfus en Arroyo Seco donde arribar铆a el 26 de julio. El barco pertenece a la firma W.E.M. Line SA, de capitales griegos pero con sede en las Islas Marshall. Luego de algunas escalas menores en territorio africanos fueron descubiertos siete polizones que fueron entregados a las autoridades correspondientes. Pero distinto fue el trato dispensado a cuatro nuevos ciudadanos congole帽os que hab铆an accedido ilegalmente a la embarcaci贸n, y que fueron descubiertos a bordo el 7 de julio.
Por orden del capit谩n fueron atados de pies y manos, sus bocas vendadas y luego de ser golpeados arrojados al mar. El primer oficial -un rumano de 1.93 metro de altura y mal car谩cter- habr铆a instado a la tripulaci贸n presente -cinco marineros- a concretar la orden superior. Pero todo se complic贸 el 10 de abril luego de que el capit谩n comunic贸 que seis de sus marinos pretend铆an terminar con la relaci贸n laboral aduciendo desde problemas de salud hasta familiares. Esto llam贸 la atenci贸n del gerente de la empresa naviera, Binios Stravos, quien comenz贸 a exigir explicaciones sobre esta actitud, y termin贸 obteniendo la declaraci贸n del capit谩n. "Es que ellos tiraron la basura al mar y ahora quieren volver a sus casas", seg煤n consta en el informe que Prefectura entreg贸 al fiscal Gambacorta.
La confesi贸n del capit谩n Filip dispar贸 una investigaci贸n interna y despu茅s puso en alerta a la Prefectura y a la justicia federal rosarina. Con este dato el fiscal Gambacorta le pidi贸 al juez federal Carlos Vera Barros el allanamiento de la embarcaci贸n. As铆 encontraron ropa, galletitas, botellas de agua, unas ojotas y excrementos humanos, hallados en un lugar de dif铆cil acceso del barco. Estaba en la zona de h茅lices de movimiento lateral del buque. por donde hay que bajar unos quince metros desde la cubierta, hasta la panza de la nave.
Gambacorta secuestr贸 adem谩s las computadoras que reg铆an el curso de la embarcaci贸n, para establecer detalles del viaje, y otras tantas PC para capturar los mails enviados por la tripulaci贸n para poder probar si hubo relatos escritos de los tripulantes. "Los mails dan cuenta que el due帽o del buque le exigi贸 al capit谩n que revise exhaustivamente todo el buque ante la sospecha de que pudiera haber polizones m谩s al de los siete hallados en los primeros d铆as, apenas zarpados. Pero se ve que no hicieron bien su trabajo porque hubo mas gente escondida", dijo el fiscal a Rosario/12.
La preocupaci贸n no es menor: la ley establece que una vez descubierto un pasajero ilegal, se lo debe atender, alimentar, curar y repatriarlo. "Todo este tr谩mite cuesta unos 30 mil d贸lares, que no todos est谩n dispuestos a pagar", razon贸 una fuente con conocimiento del negocio de altamar. Pero la historia no termina all铆: el 煤ltimo jueves, uno de los marineros filipinos que habr铆a participado del brutal episodio muri贸 tras caer al agua, mientras el buque estaba varado. Adem谩s, un testigo declar贸 ante Gambacorta que otro compa帽ero le relat贸 otro dato brutal: les pegaron con una llave para desmayarlos antes de tirarlo al mar.
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