Alberto Pelliza contest贸 con monos铆labos, asegur贸 que no recuerda su apellido y ni siquiera c贸mo se lee. El presidente del Tribunal Oral Federal n煤mero 1, Roberto L贸pez Arango, lo confront贸: "Cuando le dije Pelliza, usted me prest贸 atenci贸n, o sea que reconoce su apellido", le dijo en un momento del largo interrogatorio que le hizo junto a las dos vocales del TOF, Lilia Carnero y Noem铆 Berros. "Da la impresi贸n de que usted comprende lo que pasa", agreg贸 L贸pez Arango m谩s tarde. Pelliza es uno de los doce imputados en la causa conocida como Guerrieri II que comenz贸 el viernes pasado en el Tribunal Oral Federal N煤mero 1. Como el resto, est谩 acusado de privaci贸n ilegal de la libertad, torturas y homicidios agravados contra decenas de v铆ctimas. Ayer solicit贸 --a trav茅s de su defensora oficial, Mar铆a Jimena Sendra-- ser separado del juicio oral y p煤blico por razones de salud, a ra铆z de un Accidente Cerebro Vascular sufrido en 1982 que le provoca "un retardo para responder a 贸rdenes sencillas e imposibilidad de responder a 贸rdenes complejas, as铆 como la dificultad de recordar ciertos hechos". El argumento es utilizado repetidamente en estos procesos. En algunos casos, como el del represor Javier De La Torre, se comprob贸 la simulaci贸n.
El imputado s贸lo present贸 el certificado de un m茅dico particular, y por eso tanto el fiscal Gonzalo Stara como las querellas se opusieron al apartamiento, hasta que se realice un peritaje con intervenci贸n de las partes. "Con el certificado presentado por el imputado, se actualiza el estado de salud de 2008. 驴Reci茅n ahora se ven en la necesidad de hacerlo? Parece que no demandaba tanta urgencia como aqu铆 se pretende", argument贸 el abogado querellante Alvaro Baella; mientras el fiscal Gonzalo Stara agreg贸: "Es llamativo que dicho padecimiento no haya sido tratado durante todos estos a帽os. Pelliza s贸lo realiz贸 una consulta con un oftalm贸logo y algunas con un dentista en ese lapso". La representante de otra querella, Gabriela Durruty, consider贸: "Hasta tanto no se realice al menos una pericial con posibilidad de control, entendemos que debe ser rechazado el pedido".
Los jueces que est谩n a cargo del debate --los tres vienen de Paran谩-- decidieron hacer pasar a Pelliza, que sigue la audiencia por televisi贸n, en una sala contigua. El interrogatorio fue jugoso. El hombre entr贸 acompa帽ado de su esposa --la defensora dijo que "no puede estar solo en situaciones de stress"-- y camin贸 balance谩ndose hasta la silla. All铆, dijo no recordar ni siquiera su nombre, que ley贸 del documento de identidad. Con frases entrecortadas e inaudibles, le preguntaba a la mujer --sentada en un costado-- cuestiones b谩sicas. "Usted dijo que no pod铆a leer pero reci茅n ley贸 su documento", observ贸 Berros.
--驴Qu茅 hace todo el d铆a? --pregunt贸 Carnero.
--Riego plantas --contest贸 el imputado, con la voz m谩s baja que pudo.
--驴Ayuda a su esposa con los quehaceres del hogar? --insisti贸 la jueza.
--En lo que puedo s铆.
--驴Qu茅 puede? --repregunt贸 L贸pez Arango.
--En lo que me dice...
--驴Lava los platos? --insisti贸 el presidente del Tribunal.
--S铆.
--驴Barre?
--No.
--驴Mira televisi贸n? --inquiri贸 Berros.
--Muy poco.
--驴Qu茅 ve en televisi贸n? 驴Qu茅 le gusta ver? --quiso saber la magistrada.
--No s茅. Lo que usted est谩 diciendo, cuando yo pueda salir de ah铆, no voy a acordarme --insisti贸 el imputado, en un s煤bito rapto de lucidez que le permiti贸 articular una frase para insistir en que sus respuestas no ten铆an validez.
La otra pregunta de los jueces fue si reconoc铆a a los otros imputados. "Tendr铆an que present谩rmelos", respondi贸 Pelliza. Cuando le pidieron que los observara, el hombre no dud贸: se dio vuelta y mir贸 a los once imputados, no tuvo confusi贸n alguna sobre el lugar que ocupaban en la sala de audiencias sus compa帽eros del grupo de tareas que depend铆a del Batall贸n de Inteligencia 121 del Ej茅rcito.
Con una rapidez inusual en los juicios por cr铆menes de lesa humanidad que se realizaron hasta ahora en Rosario, el Tribunal resolvi贸 mantener a Pelliza en el debate hasta tanto se haga la pericia m茅dica que permita develar si est谩 en condiciones de someterse a juicio. M谩s tarde, se complet贸 la ronda de indagatorias. Juan Daniel Amelong --que es abogado-- solicit贸 ejercer su defensa t茅cnica a la par del defensor oficial Silvio Galarza Azzoni, que tiene asignado. Los mismos jueces, en Paran谩, se lo permitieron en otro proceso. El represor --condenado a prisi贸n perpetua en la primera parte de este juicio-- tambi茅n solicit贸 contar con una notebook. Todos sus antiguos compa帽eros se sumaron a la solicitud. Tambi茅n Ariel L贸pez hizo un pedido: no estar presente en el juicio porque debe cuidar a su hijo discapacitado. Por la misma raz贸n hab铆a solicitado prisi贸n domiciliaria, que fue otorgada por L贸pez Arango y Carnero, pero revocada en julio pasado por la C谩mara de Casaci贸n Penal. Ma帽ana, el TOF informar谩 las resoluciones de todos los pedidos, y la semana pr贸xima comenzar谩n a declarar los testigos.
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