Este viernes 20 de diciembre -el mismo dÃa en que el Tribunal Oral en lo Criminal Federal NE 1 de Rosario daba a conocer su mezquino veredicto en la llamada Causa Guerrieri II- Lucrecia MartÃnez, Madre de Plaza 25 de Mayo, decidió partir hacia arrabales mejores.
Lucrecia -mamá de Mariano MartÃnez, desaparecido el 27 de enero de 1977- fue parte del movimiento de derechos humanos de nuestra ciudad desde sus comienzos. Formó parte de Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones PolÃticas, y luego de Madres de Plaza 25 de Mayo. Su propia casa -junto a los domicilios de Esperanza Labrador y Fidel Toniolli- fue lugar de reunión en los primeros dÃas del terror planificado, antes de la mÃtica sede de los organismos en la cortada Ricardone. De la mano de Lucrecia, Esperanza, Darwinia Gallicchio, Irma Molina, Nelma Jalil, Norma Vermeullen y un puñado más de mujeres, comenzaba a gestarse el grupo que conformarÃa Madres de Plaza 25 de Mayo de Rosario.
"En el Comando atendÃan todos los dÃas. Nos hacÃan ir a preguntar, para probar. Ahà me encontré con Angel Alba, con Mari Prat, con Inés Patachini. Los vi varias veces, y entonces pensé: será viejo el proverbio pero la unión hace la fuerza. No podemos estar unos por acá y otros por allá", supo recordar Lucrecia hace poco tiempo.
Pajarita cantora en un tiempo de espinas, dueña de una risa contagiosa y de una mirada profunda y triste, Lucrecia decidió emprender su último vuelo. Retumba en el silencio el verso de Huidobro: "en mi memoria un ruiseñor se queja/ ruiseñor de las batallas/ que canta sobre todas las balas..."
*Fundador junto a Pablo Aguirre de la revista Alapalabra, publicación de Madres de la Plaza 25 de mayo.
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