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Lunes, 13 de enero de 2014
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María Laura ocupará hoy el cargo que su madre desaparecida tenía en la aduana.

Cuando la justicia repara en serio

El fallo sin precedentes se conoció en noviembre, pero hoy formalmente irá a trabajar María Laura Megna Tasada. Su madre era la agente Adriana Elsa Tasada, desaparecida el 4 de septiembre de 1977. "Estoy sumamente feliz, no tengo miedo", dijo.

Por Lorena Panzerini
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María Laura y su abogado Marcelo Abaca. Ella era una beba cuando la patota se llevó a su mamá.

Luego de que la Justicia Federal ordenara que la hija de una desaparecida ocupe el puesto laboral de su madre, María Laura Megna Tasada comienza a trabajar hoy en la Aduana de Rosario. Dos meses atrás, la de la Justicia rosarina fue una resolución "sin antecedentes", firmada por el juez federal Héctor Zucchi; mientras que la disposición rubricada por el administrador de la AFIP, Ricardo Echegaray, es "el primer acto administrativo que reconoce la situación de desaparición de una empleada púbica, durante la última dictadura militar", destacó el abogado Marcelo Abaca, que patrocinó a la mujer de 37 años en la presentación judicial. "Estoy sumamente feliz, no tengo miedo y creo que este logro no me queda grande", dijo, orgullosa, María Laura, al lograr el derecho que esperaba hace tiempo.

La resolución de la AFIP, a la que tuvo acceso Rosario/12, expresa que "corresponde designar a la abogada María Laura Megna Tasada en la planta de personal permanente de la ex Administración General de Aduanas, en la categoría de cuadro técnico administrativo número 8", por ser profesional. Según adelantó Abaca, la hija de Adriana Tasada ingresaría al sector de Fiscalización de Exportación, en Rosario. "Allí se controlan todas las exportaciones del país", dijo.

Entre los considerandos, el texto señala que Megna Tasada "solicita que se le reconozca el derecho de ser designada como agente de este organismo por aplicación del artículo 24 del Convenio Colectivo de Trabajo 56/92, en razón de ser hija de la ex agente Adriana Elsa Tasada, desaparecida con fecha 4 de septiembre de 1977, dentro del golpe cívico militar gestado el 24 de marzo de 1976". La mujer trabajó en la Aduana entre 1975 y 1977.

Además, destaca que la sentencia del 11 de noviembre pasado, dictada por el juez Federal N 1 de Rosario, "tuvo por acreditado que la causal del cese de actividades en el organismo de la ex agente Tasada fue el secuestro y desaparición producto de la dictadura". Al respecto, Abaca subrayó que "es la primera vez que la Aduana reconoce, en estos últimos 10 años, la desaparición de un empleado en el marco del proceso cívico militar. Es decir, es el primer acto administrativo que reconoce la situación", amplió. Si bien ambos destacaron la decisión judicial como administrativa, lamentaron que la resolución salió primero por la vía judicial, frente a la falta de respuestas al reclamo administrativo, a mediados de 2013.

Los trámites para el ingreso comenzaron el 19 de abril pasado, cuando Abaca presentó el pedido de ingreso de María Laura ﷓de profesión abogada﷓, en el marco del artículo 24 del convenio colectivo de trabajo 56/92. Frente a la falta de respuestas, el 5 de junio ingresó un pronto despacho en el que se intimó a la Aduana para que en 72 horas resolviera la situación. Sin embargo, el reclamo no prosperó.

Agotada la vía administrativa, Abaca ﷓empleado aduanero durante 15 años﷓ preparó un recurso de amparo que fue presentado a la justicia Federal en agosto. Era la primera vez que un hijo de desaparecidos con presunción de fallecimiento recurría a esa vía para lograr el reconocimiento.

La joven era una beba cuando las fuerzas armadas ingresaron en 1977 en una casa de Villa Gobernador Gálvez, donde la familia estaba escondida de la persecución política. Su padre, Hugo Megna, era empleado en una fábrica; y su mamá trabajaba en la Aduana de Rosario. El grupo comando secuestró al joven matrimonio de militantes del PJ y prometió volver por la beba al otro día. Aunque lo cumplieron, su abuela la recuperó poco después.

Después de 36 años desde aquel cruel suceso, María Laura reclamó su derecho a ingresar a la Aduana, como hija de una empleada desaparecida y declarada fallecida. Según indicó Abaca, en el momento de la presentación judicial, el convenio colectivo aduanero apunta a que los hijos de empleados fallecidos de la Aduana deberán ser tomados para ocupar el puesto que dejaron sus padres. Sin embargo, cuatro meses después de haber iniciado el trámite administrativo, María Laura no obtuvo respuestas del organismo, y fue a la Justicia.

El fallo de Zucchi, de noviembre pasado, fue considerado "novedoso". Es que la Justicia Federal de Rosario hizo lugar a la acción de amparo de María Laura y el magistrado ordenó a la ex Dirección General de Aduanas su "inmediata designación en la planta permanente" del organismo. En el expediente que se resolvió en el marco de la ley 16.986, el magistrado decidió "hacer lugar a la acción de amparo interpuesta".

A seis meses del inicio del trámite, Abaca destacó que "la Justicia estuvo a la altura de las circunstancias y resolvió la presentación en los tiempos legales". También subrayó que "la Aduana, al no haber apelado esta resolución judicial, entendió que lo propuesto era lo que correspondía".

En diálogo con este diario, María Laura se manifestó "feliz" de empezar hoy a trabajar en el puesto que dejó su madre al ser secuestrada, durante la última dictadura militar. "No tengo miedo, estoy sumamente tranquila porque sé lo que puedo dar, aunque también tendré que capacitarme; pero creo que no me quedó grande el lugar", se enorgulleció la abogada.

Al mismo tiempo, recordó que "hubo un reconocimiento a medias de AFIP, en las que se admitió el estado de desaparición de mi mamá", pero -aseguró﷓ hasta el viernes no lo habían rectificado en el legajo de la ex agente. "Me llamaron para comenzar con ese trámite", dijo ansiosa.

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