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El cuerpo de Olga Esther Moreno, de alrededor de 50 años, fue hallado sin vida en la vera del río Paraná, a la altura de la rotonda de calle Francia, frente al complejo Puerto Norte, ayer por la mañana. La mujer tenía los pies sobre el agua del Paraná y el resto del cuerpo estaba sobre la maleza, con hematomas en cuello y manos. Más tarde, el informe preliminar de autopsia arrojó que "hubo un sangrado interno", que podría ser por golpes. Durante el rastrillaje que hizo por la mañana de ayer la Unidad Fiscal de Homicidios del Ministerio Público de la Acusación, se encontró una cartera en la parte superior de la barranca, sobre el enrejado que prohíbe el paso. En su interior, los investigadores no hallaron documentación ni dinero, solo algunas cosas de poco valor, como un par de lentes rotos. Por eso, recién en horas de la tarde se identificara a la víctima. Al cierre de esta edición, no estaba clara la causa del deceso. El fiscal Miguel Moreno fue cauto y no descartó ninguna hipótesis, pese a que en horas del mediodía el hijo de la fallecida presentó una denuncia por la desaparición de su madre, y una nota que dejó la mujer le dio fuerza a la hipótesis de un suicidio, frente a una presunta depresión que ésta atravesaba. Sin embargo, ese dato es "circunstancial" para el fiscal, que profundizará la investigación antes de arrojar una hipótesis certera.
Luego del hallazgo de las 7 de la mañana, y mientras se esperaban los resultados preliminares de la autopsia para determinar la identidad de la víctima y la causal de la muerte, pasado el mediodía llegó a la Fiscalía el dato de que un joven había denunciado la desaparición de su madre, quien aparentemente dejó una nota que refería "ojalá tengan más suerte que mamá y papá". El muchacho señaló que la mujer cursaba una profunda depresión tras la muerte de su esposo, que no dataría de más de seis meses, y que estaba bajo tratamiento psiquiátrico con antidepresivos.
Según fuentes judiciales, la mujer tenía signos similares a los de un estrangulamiento y no presentaba huesos rotos por lo que se descartaría que haya caído por la barranca. Sí, en la parte de las pantorrillas había marcas de tierra, sobre el pantalón negro, que darían cuenta de que se deslizó por el suelo hasta el río. Más tarde, la autopsia reveló "sangrado interno" y allí la hipótesis del suicidio perdió fuerza; aunque la fiscalía no descartó nada.
Según relataron los investigadores, el lugar donde se halló el cuerpo es de difícil acceso. De hecho, la Policía de Investigaciones y el fiscal Adrián Spelta llegaron allí en lancha. Ese punto, abona la teoría de que podría haber sido arrojado allí. Pero esos eran los datos que se manejaban antes de la denuncia del joven, acerca de la desaparición de su madre y también previo a los datos aportados por medicina forense al fiscal Moreno.
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