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Lunes, 9 de noviembre de 2015
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Entrevista con el próximo ministro de Seguridad en el gobierno de Miguel Lifschitz.

El hombre del fierro más caliente

Maximiliano Pullaro dice que pondrá énfasis en "recomponer la verticalidad" en la policía para intentar combatir irregularidades, desde la connivencia con el crimen hasta el hábito de fraguar una licencia médica para no trabajar.

Por Pablo Fornero
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Pullaro cree que el camino es estimular al "buen policía" para intentar refundar la fuerza.

Al "buen policía" le habla Maximiliano Pullaro. Una y otra vez, como yeite, o estribillo pegadizo, le apunta a quiénes deberán "construir la nueva policía de la provincia". De esa manera, infiere -y reconoce- que hay "connivencia" de la fuerza para con el delito. Dice que hay "muchos" agentes que utilizan carpetas médicas "de manera irregular para no brindar el servicio de policía" y asegura que falta "coordinación" entre las fuerzas de seguridad provinciales y nacionales.

-¿Cuál será la impronta de su gestión?, preguntó Rosario/12.

-Vamos a trabajar mucho para recomponer la verticalidad en las fuerzas de seguridad de la provincia, vamos a darle prioridad a los buenos policías, que son las personas que garantizan la prevención social, vamos a trabajar con ellos para construir la nueva policía de la provincia, con los tipos que un día domingo salen a patrullar, con los tipos que un día de calor, de frío, salen a trabajar, entendiendo que hay que mejorar las condiciones laborales de la policía, capacitarla e ir a fondo sobre los malos policías.

-¿Qué lugar ocupa la policía de la provincia en la red de bandas delictivas asociadas al narcotráfico?

-En muchos casos de narcotráfico vemos policías involucrados con el delito, lo que no quiere decir que sea la policía santafesina la que está involucrada con el delito. Hay algunos uniformados que tienen connivencia y vamos a trabajar fuerte para separarlos de la fuerza.

-¿Correrlos para no regresar?

-Correrlos, echarlos de la policía, exonerarlos y jerarquizar a los buenos policías, porque necesitamos a los buenos policías para construir la nueva institución. Pero si me hablás de ejes de mi gestión, el principal será la construcción de una política pública de seguridad. Los dirigentes que nos formamos en democracia siempre creímos que estábamos para gestionar la producción, la cultura, el trabajo, la educación, la salud pública, y que la seguridad era un problema de las fuerzas de seguridad. Y que con mayores recursos, si les dábamos más móviles, más hombres, resolvíamos el problema de la inseguridad cuando teníamos problemas serios en diferentes comunidades. Hoy tenemos que construir una política pública de seguridad que se base en la construcción de datos propios, que nos permita saber dónde estamos parados, a través de encuestas de victimización o del procesamiento de datos que nos da el Ministerio Público de la Acusación y la policía, y en la construcción de este mapa del delito planificar el trabajo preventivo que debe llevar adelante la policía, que la misma lo va ejecutar y nosotros vamos a monitorear esos objetivos.

-¿Por qué faltan esos datos hoy?

-Bueno, se llevó adelante una reforma policial durante muchísimo tiempo, que se trabajó mucho sobre la coyuntura. Nosotros queremos trabajar fundamentalmente sobre mediano y largo plazo. Para eso hay que planificar una política pública, nosotros vamos a trabajar fuerte en eso, para eso hacen falta que estén sentadas las tres partes del Estado, el Poder Judicial, el Legislativo con los principales bloques parlamentarios representados y el Ejecutivo.

-En Rosario trabajan unos 7 mil policías, ¿van a descubrir a través del censo que realmente no cumple funciones esa cantidad?

-Nosotros sabemos que hay muchos policías que utilizan las carpetas médicas de manera irregular para no brindar el servicio de policía. Tenemos detectado que el principal problema son las carpetas médicas de corto plazo, cuando una persona brinda el servicio de 24 horas y tal vez se va de franco por 72, y en lugar de venir a trabajar consigue un certificado médico. Pero también están las carpetas de mediano y largo plazo que a veces tardan años en resolverse. Por otro lado, tenemos los pases a disponibilidad, que también terminan en un limbo jurídico que hace que personas estén años cobrando el 70 por ciento de su salario sin que se resuelva esta situación. Y eso golpea al buen policía, al policía que está trabajando, que sale a poner el pecho en la calle, y saber que un compañero, escondiéndose, le roba al Estado. Eso lo debe desmotivar mucho. Pero también en el censo queremos saber las funciones de cada uno de los policías, ¿son de calle, de tropa o son funcionarios administrativos?, ¿es correcta la distribución entre administrativos y funcionarios de calle o tropa? Como eje fundamental necesitamos fortalecer la presencia preventiva del policía en la calle. A eso apunta este censo.

-¿Hoy en día no ocurre?

-Queremos saber, cuando decimos que queremos construir una política pública, queremos tener nuestros propios datos y no los que nos brinda la propia policía o en el caso de la construcción de un mapa del delito, la Justicia. Remarco siempre esto, el mensaje es al buen policía, al que labura, lo hacemos para jerarquizarlos y que hoy están lamentablemente perjudicados por una cantidad enorme de policías que se esconden.

-¿Descree de esos datos que aporta la policía?

-Ni creo ni dejo de creer. Como soy politólogo, licenciado en administración pública, quiero tener mis propios datos, para planificar una política pública correcta.

-¿Por qué se perdió verticalidad, por qué la política perdió liderazgo sobre la fuerza?

-Puntualmente no sé cuándo lo tuvo. Dos cosas, está muy resquebrajada la disciplina y la sanción a la policía, que la vamos a recomponer. Por otro lado, la política, trabajando fuerte para tener un control, creyó que le podía dar órdenes a la policía. Y a la policía solo le debe dar órdenes un policía superior. La política tiene que ser la que planifique y monitoree el trabajo de la policía en el territorio, pero el secretario de Seguridad Pública le tiene que dar la orden al jefe de Policía y éste bajar los objetivos que pone la política para que sean cumplimentados en la sociedad. Pero no la política permanentemente estar mirando si un policía acciona correcta o incorrectamente. Hay que gestionarlo a través de los mecanismos institucionales.

-Se desconoce cuál será el próximo presidente ¿pero se buscará mantener la misma cantidad gendarmes o aumentarla en todo caso?

-El día 23 de noviembre, cuando sepamos quién es el próximo presidente de los argentinos, vamos a pedir una reunión al ministro de Justicia y al ministro de Seguridad, próximos, para planificar juntos la gestión de la seguridad pública en la provincia. Por supuesto que queremos que haya gendarmes, no gendarmes, fuerzas de seguridad federales en la ciudad de Rosario, en la ciudad de Santa Fe y en las principales ciudades de la provincia, pero que eso sea el fruto de un trabajo planificado. Para nosotros es importante la tarea preventiva, pero también es importante que controlen las rutas nacionales que vienen a nuestra provincia y fundamentalmente que controlen el río Paraná. Y también que sea una tarea a largo plazo, no que vengan y ya estén pensando cuando se van.

-¿No se trabaja bien hoy con las fuerzas federales?

-Falta la coordinación. Una política pública de seguridad no puede trabajarse sobre la coyuntura, más allá de que siempre a uno lo presiona de tal manera que lo amerita resolver y corregir. Pero la política pública tiene que ser a largo plazo y por eso queremos sentar las tres patas del Estado.

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