Cuando fue asesinada, el 20 de noviembre de 2014, Norma Virginia Bustos ya habÃa declarado tres veces en la causa judicial por el homicidio de su único hijo, Lucas Espina, y pasaba los dÃas buscando testigos para llevarlos a la Justicia. La mujer de 55 años denunció a los presuntos narcos de barrio Tablada, donde vivÃa y donde mataron al muchacho. Ya en 2008 habÃa pedido ayuda a los medios de comunicación para frenar a las bandas de la zona. La madrugada del 27 de enero de 2013, Lucas, de 26 años, fue acribillado con una ametralladora a metros de su casa. Esclarecer el hecho se convirtió en el motivo de vida de Norma. Su padre murió en medio de esa tristeza al dÃa siguiente del crimen de su nieto; y su esposo falleció poco después, a causa de una enfermedad. A Norma, las balas la alcanzaron poco después, mientras trabajaba en su kiosco y luchaba casi en soledad, en el reclamo de justicia. En el Centro de Asistencia Judicial (CAJ), la veÃan a diario y desde allà la acompañaron en el derrotero judicial. Aunque le ofrecieron protección, ella se negaba: no querÃa alejarse del barrio; allà podÃa encontrar más testigos. Desde el primer momento, los vecinos hablaron de una venganza narco. En el antiguo sistema penal, los hermanos Milton y José Damario están siendo juzgados por la muerte de Lucas, en medio de amenazas a testigos claves.
A un año del crimen que conmovió a otras madres que buscan Justicia, la causa que hasta hace poco estuvo a cargo del fiscal Ademar Bianchini no tiene detenidos. Ahora, la investigación fue retomada por Marisol Fabbro, quien tiene medidas en marcha.
Tres tiros desde la ventana del kiosco, alcanzaron para terminar con una vida y un reclamo de justicia. Un muchacho se acercó, le pidió cigarrillos y disparó. Luego se subió a una moto, donde otro lo esperaba, y huyeron. Norma no tenÃa más familia en la ciudad. Hoy nadie hace marchas por su muerte.
"En el momento que mataron a mi hijo, me mataron a mÃ. ¿Qué más me puede pasar?", dijo en una oportunidad al diario La Capital. Esa misma frase repetÃa en los pasillos del Tribunal. Es que Norma no dejó de protestar y se animó a denunciar a los hermanos Damario, vecinos del barrio, que están presos. Milton está vinculado (junto a Luis "Pollo" Bassi) en homicidios como el de Juan Pablo Colasso, en Villa Gobernador Gálvez; y el de Claudio "Pájaro" Cantero, el ex lÃder de la banda Los Monos.
En la causa que investiga la muerte de Lucas, varios testimonios apuntan a que "todos saben" sobre la autorÃa de su crimen. Y en el barrio se comenta que el crimen de Norma no fue casualidad. De la investigación, surge que a Lucas lo mataron mientras tomaba cerveza con otros tres amigos, de los cuales dos resultaron heridos. También se dijo que las balas no eran para él, sino para un chico de nombre Joel, enfrentado desde hacÃa tiempo con los Damario.
La lucha acercó a Norma hasta el CAJ, que hasta hace unos meses quedaba a una cuadra del Tribunal. Allà la asistieron desde el primer momento: abogados, psicóloga y una asistente social fueron su sostén durante buena parte de su lucha. Los problemas económicos crecieron cuando se quedó sola, y desde allà le ayudaron a retomar la producción de pre-pizzas (que antes hacÃa con Lucas), hasta que salió la posibilidad de poner un kiosco en su barrio, que creció en pocos meses. Según recordaron, la mujer nunca refirió haber sufrido amenazas, aunque siempre sospechó que algo podÃa pasarle. "Van a venir por mÃ", decÃa. Pese a la insistencia del CAJ por protegerla, ella se negaba. No querÃa moverse del barrio porque ahà es donde los vecinos le acercaban información y se iban animando a hablar. Su muerte golpeó fuerte al equipo que la ayudó y acompañó en cada paso dentro de los pasillos del Tribunal. Tras ello, desde el CAJ intentaron contactar, sin suerte, a familiares de la mujer que aparentemente residen en Buenos Aires.
El hecho
Las balas que alcanzaron a Norma, en su kiosco de Pavón al 4600, le impactaron en el rostro, el cuello y el tórax, apenas se dio vuelta con el paquete de cigarrillos en la mano, que le solicitó un hombre desde el lado de afuera de la ventana por donde atendÃa a los clientes. En los inicios de la investigación, el fiscal Bianchini dijo no tener elementos que vincularan la muerte de la mujer con el ataque que terminó con la vida de su hijo y el juicio contra los Damario.
Del derrotero de Norma en Tribunales quedaron tres testimonios fechados en enero, marzo y mayo de 2013. La mujer relató que el 27 de enero de 2013, estaba acostada mirando una serie con su esposo, pasada la 1 de madrugada, cuando escuchó una ráfaga de disparos y salió a la calle apenas vestida. Cuando llegó a la esquina vio a su hijo tirado en el suelo, ensangrentado. Según relató tenÃa un orificio de bala en el cráneo, donde -expresó- "entraba un dedo" suyo. En esas declaraciones menciona desde el primer momento a los Damario.
Amenazas
Durante las declaraciones en la investigación por la muerte de Lucas, que está radicada en el antiguo sistema penal -por lo que el juicio es escrito- un testigo se desdijo el mes pasado. Se trata de uno de los sobrevivientes del ataque que terminó con la vida de Lucas. En exposiciones previas, el muchacho señaló a los hermanos Damario como autores del hecho, y brindó detalles minuciosos sobre el crimen; pero cuando fue citado por el juzgado de Sentencia Nº 5, que lleva adelante el juicio escrito, dijo recordar "muy poco; casi nada" sobre el episodio; y acusó a Norma Bustos de presionarlo para acusar a los Damario. DÃas después, el muchacho se presentó ante el fiscal Luis Schiappa Pietra y contó que la noche anterior dos personas se le acercaron en la calle, mientras él se dirigÃa a un kiosco y le dijeron lo que debÃa decir en el Juzgado. Esas amenazas fueron denunciadas al Ministerio Público de la Acusación, y son investigadas por el fiscal David Carizza. Tras ello, el joven ratificó sus dichos anteriores, los que incriminaban a los Damario.
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