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Domingo, 17 de enero de 2016
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Entrevista con el hijo del fundador del PSP, Enrique Estévez.

"Con vocación y convicción"

Dirigente estudiantil desde hace años y ahora concejal electo del Frente Progresita, Enrique Estévez recuerda los famosos campamentos socialistas de enero, las vacaciones con su padre y también traza un mapa político del Concejo que se viene tras el receso.

Por Claudio Socolsky
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"El Concejo quedó muy heterogéneo, eso nos obligará a trabajar muy juntos", dijo Estévez.

Después de un intenso año electoral, que finalmente lo llevó a integrar los primeros lugares de la lista de candidatos a concejales del Frente Progresista, el concejal electo del Partido Socialista Enrique Estévez accedió a compartir las convenciones de una charla con Rosario/12 que propone develar las particularidades en los que un político se toma unos momentos de descanso, y qué recuerdos tiene de las que vivió en épocas pasadas. Para el edil, que pasó casi sus últimos 15 años participando de los campamentos de la juventud socialista; las vacaciones, incluso las familiares junto a su padre, el histórico dirigente socialista Enrique Estévez Boero, están inseparablemente asociadas a esos encuentros, en los que combinaba viajes con militancia. "Fueron campamentos que realmente me posibilitaron tener unas vacaciones no tradicionales y poco convencionales, y que lógicamente me marcaron, porque tengo el privilegio de hacer lo que hago con mucha vocación y convicción", señala. También hubo lugar para trazar un panorama de la actividad legislativa, en un Concejo ampliado y renovado, donde el bloque oficialista que integra deberá esforzarse para conseguir acuerdos: "La heterogeneidad política que hoy tiene el Concejo nos plantea un desafío para todos, la realidad obliga a trabajar mancomunadamente".

Mientras organizaba las últimas reuniones en el Palacio Vasallo antes de salir de vacaciones, el edil propuso hacer la entrevista, mates de por medio, en algunos de los espacios verdes que rodean al edificio de Córdoba y 1º de Mayo. Pero la calurosa tarde de enero se puso oscura y la lluvia obligó a quedarse en la oficina del bloque socialista que comparte con los concejales Horacio Ghirardi y Verónica Irízar. "De los veranos tengo el recuerdo de los campamentos, que fueron siempre en las primeras semanas de enero, y después de lo que fueron los meses de febrero con el tema universitario, donde nos juntábamos a planificar las elecciones estudiantiles, lo que me impedía estar con la familia en las vacaciones. Pero es algo de lo que no me arrepiento, y que me marcó los veranos, acomodándolos a esa situación", recuerda Estévez.

El concejal reconoce una tercera etapa de vacaciones, las que compartió con su padre, fundador del Movimiento Nacional Reformista y años más tarde del Partido Socialista Popular: "En el punto del país que estuviéramos recorriendo, nos dejaba un par de días o lo acompañábamos, de acuerdo a la cercanía, para participar de los famosos eneros socialistas donde se juntaba la juventud de todo el país".

Estévez puntualiza que "las últimas vacaciones con mi viejo estuvieron signadas con conocer la profundidad de nuestro país. El había planificado en tres o cuatro años seguidos tomarnos la mayor parte de enero para recorrer el todo el norte y todo el sur, no como una vacación tradicional. Recuerdo que en cada ciudad o en cada pueblo que había algún compañero del Partido Socialista parábamos si había alguna reunión, algo que un poco nos enojaba porque también él lo planificaba en el marco de esa recorrida".

El edil consideró que "en algún punto, eso me marcó en el conocimiento de nuestro país y cómo me siento identificado con Argentina. Me acuerdo de un lugar que se llama Santa Victoria Oeste, un pueblito en Salta muy cerca de Bolivia donde era casi imposible acceder, pero él se las ingenió. Fueron vacaciones que tuvieron claramente un tinte político".

En esas recorridas, siempre tocaba pasar un día por los campamentos de la juventud socialista: "Tampoco era tan malo porque también había hijos de otros compañeros. pero a partir del año 99, que justo fue el campamento número 10, en Villa Rumipal, Córdoba, del que participé por primera vez con 15 años. Desde ese campamento hasta los últimos dos, que fui más como visitante sin una responsabilidad concreta, los terminé a los 30 siendo el secretario General de la juventud socialista argentina, es algo medio inseparable de mi recorrido de adolescente y de joven".

Esos campamentos, agrega, tienen una característica especial, de una vacación distinta, de una idea de conocer el país. Fueron campamentos en Tucumán, Salta, Córdoba, en distintos lugares de la provincia de Buenos Aires, en Santa Fe, en Viedma, Misiones. "La idea era recorrer el país, con un precio solidario, y con una serie de actividades que giraban en torno a debates políticos de la actualidad, de economía, con espacios de debates horizontal con nuestros dirigentes en distintas temáticas, con trabajos en talleres, medio ambiente, género, diversidad, sindical. Una planificación y un análisis político de los distintos frentes de militancia de la juventud; el universitario. También es un espacio de debate político, incluso hacia lo interno del partido, es el espacio más colectivo que tenemos".

Estévez recuerda con particular interés el último campamento del que participó su padre, en enero del 2000, un mes antes de fallecer, en Amaicha del Valle, Tucumán. "Fue la última vez que lo vi bien. Después de dar su charla, que me quedó muy grabada, viajó a Chile porque había ganado su amigo, Ricardo Lagos, y después Su salud se complicó", recuerda con nostalgia.

Los compromisos de militancia en el verano obligaron a Estévez a sumarse siempre después a las vacaciones con los amigos que no participaban en política. "Todos me conocieron así, al punto que en la cena semanal que tengo con mis amigos de la escuela varias veces tengo que faltar, pero lo aceptan".

El Concejo que viene. La integración actual del cuerpo, que se agrandó, tiene sin embargo un promedio de edad más bajo, que se apunta como característica. "A priori, la cuestión etaria en sí misma no quiere decir nada. Sí creo que entramos en un Concejo donde claramente hay un recambio generacional, pero también un recambio político, con nuevas expresiones políticas, con concejales que entramos por primera vez. A cualquier institución, en términos generales, eso la cambia, y considero que positivamente", argumenta Estévez.

El bloque oficialista, en minoría, tendrá una difícil tarea por delante. Para Estévez, esto no significará un escollo, y se mostró optimista. "Al margen de las cuestiones ideológicas y de gestión, la salida para los problemas reales que vive la sociedad se dan con un debate serio y en profundidad, y no buscando salir quince minutos en la tapa de un portal. Me parece que hay que dar menos discursos en ese sentido, y trabajar más en el diálogo, con bajo perfil. Creo que discutir por los medios nunca ayuda. En el Concejo están las instancias como para generar esos ámbitos".

Estévez señala que el Frente Progresista tiene por delante un desafío importante: "Somos la única provincia que quedó de un color y con una construcción política progresista que puede demostrar en la realidad que no es frente electoral, si no que es un frente de gobierno que, aún con deficiencias y errores, ha transformado la realidad de la ciudad y la provincia".

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