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Domingo, 7 de febrero de 2016
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Alertan sobre emprendimiento náutico en la reserva natural de Baigorria.

El paraíso en la otra esquina

Ecologistas y la Asociación Náutica aseguran que existen proyectos de emprendimientos privados a construirse en una de las áreas protegidas de la Reserva. Se trata de una zona de 300 metros costeros de un valor inmobiliario altísimo que es objeto de disputa.

Por Julia Comba
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"Entendemos que hay un proyecto de guardería", señalaron los grupos ecologistas.

La historia de los conflictos que involucran a la Reserva Natural de Granadero Baigorria tiene más de 20 años y cientos de páginas escritas. Un nuevo capítulo comienza ahora a partir de la denuncia que difunden militantes ecologistas nucleados en la Campaña Nacional en Defensa de la Reserva, quienes aseguran la existencia de un proyecto para construir un emprendimiento náutico privado en los 300 metros costeros que se extienden desde la bajada Estrada hasta la Ciudad Deportiva del Club Rosario Central.

Según explicó el arquitecto Jorge Scrimaglio, integrante de la Campaña, se está realizando un relleno de escombros en el terraplén con vistas a una futura construcción. "Esto comenzó hace tres años. Hacen una parte y ante las denuncias detienen las obras. Ahora volvieron a comenzar. Quieren llevar adelante un proyecto privado llamado Marinas del Sol", explicó el ecologista que lleva más de 30 años defendiendo esa área protegida y quien en 1999 fue víctima de amenazas y atentados, entre los que se cuentan los incendios de su automóvil y de su casa.

Desde el municipio de Granadero Baigorria desestimaron la denuncia y manifestaron que no harán declaraciones sobre el tema. Voces ligadas al municipio indicaron que las obras de relleno se realizaron para hacer frente a la crecida del río Paraná, ganar espacio público y facilitar la conectividad con los pescadores que habitan en esa zona.

Por su parte, la Asociación Náutica, entidad que hoy funciona en los 150 metros costeros del norte de la reserva, apoyó las versiones de los ecologistas. "Entendemos que hay un proyecto de guardería y de explotación de turismo. Como club no tenemos problemas de que esto crezca si es como usufructo de reserva ecológica y no de expansión inmobiliaria. Pero sabemos que hay un gran proyecto general inmobiliario y que la reserva estaría incluida en él", manifestaron desde la Comisión Directiva.

Los miembros del club no aseguraron que el supuesto emprendimiento lleve el nombre de Marinas del Sol, pero sí indicaron que hay empresarios locales con intenciones de invertir en esa zona. "Baigorria es chico y nos conocemos todos", señalaron.

Una historia de conflictos

La Reserva fue creada en 1979 por una resolución municipal que asignó a la Asociación Náutica la tutela de seis hectáreas costeras del barrio Paraíso así como la preservación del paisaje y la promoción de actividades deportivas. Fue inscripta en el Sistema Nacional de Areas Protegidas de la República Argentina y reconocida como "Paisaje terrestre protegido" por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Las superficie incluye costa y barrancas en estado no modificado, donde se levantan especies autóctonas como el ombú molle, sombra de toro, espinillo, entre otros, y una enorme colonia de aves que utilizan la alta barranca como refugio.

La cesión otorgada en el '79 fue un permiso irrevocable que luego se extendió hasta el 2030. Sin embargo, actualmente la Asociación Náutica solo tutela de 150 metros. Las seis manzanas iniciales están fragmentada en tres sectores: el sector Norte, donde funciona la Asociación Náutica y cuyo acceso está restringido a los socios; el sector central donde se ubica el balneario administrado por el municipio con un ingreso pago y el área Sur, desde la bajada Estrada hasta la Ciudad Deportiva del Club Rosario Central, tierra donde se riegan algunos ranchos de pescadores y donde los ecologistas denuncian que se levantaría el emprendimiento náutico privado.

La estructuración actual es fruto de varios conflictos. Los 300 metros del área Sur, donde habitan los pescadores, pasaron a estar bajo administración municipal luego de un largo enfrentamiento judicial que se desarrolló durante la década del '90. La Justicia terminó por dividir la gestión de la Reserva a la mitad: 300 metros a cargo del municipio y 300 metros -los cuales incluían la playa- a cargo la Asociación.

Otra página de este enfrentamiento comenzó en 2014, cuando el Concejo Deliberante de Baigorria quitó a la Asociación la concesión de la playa por irregularidades en la rendición de cuentas derivadas de la venta de entradas y por el mal estado de la costa. La Asociación inició entonces un juicio contencioso administrativo que se mantiene hasta hoy.

Según los integrantes de la Comisión Directiva actual, la responsabilidad de la supuesta malversación debería caer sobre los dirigentes anteriores y no sobre el club. "Si hubo alguien que hizo mal las cosas, que se le haga un juicio penal a la ex comisión y que no nos saquen la playa. La municipalidad nos come el terreno de a pedacitos y no podemos defendernos. Ahora se están desarrollando negocios privados en tierras que fueron enredadas desde lo jurídico", manifestaron en relación al sector Sur de la Reserva, cuya tutela perdieron tras el juicio de los '90.

De forma simultánea, el grupo de ecologistas ha venido denunciando tanto a la municipalidad como a la Asociación Náutica por contrariar la ordenanza que reconoce el carácter natural de la reserva, llevando adelante obras como la instalación de alambrados y la restricción del ingresos a los diferentes sectores. Esto dio motivo a una acción judicial civil que se concretó en un fallo dictado en octubre de 1995, ratificada luego en dos oportunidades. Allí se establecía "el retiro de los alambrados o de cualquier otro elemento que impida el libre acceso a la ribera y playa del área", disposición que nunca fue cumplida.

Scrimaglio, miembro de la Comisión Directiva fundadora, es uno de los históricos defensores de la Reserva que continúan bregando por la aplicación completa de aquel fallo y por el cumplimiento de los estatutos de 1979. "Todos los gobiernos municipales quisieron hacer allí algo que produjera dinero. Veían los boating de Alberdi o La Florida y desde entonces no buscaron otra cosa más que eso", insiste Scrimaglio al que, hace muchos años, también le pidieron que diseñara un proyecto para esa zona.

Los enfrentamientos se multiplican y los intereses económicos crecen. Es que el área comprendida por la Reserva es hoy un verdadero paraíso arbolado a orillas del Paraná y a escasos minutos del centro de Rosario.

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