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Jueves, 5 de mayo de 2016
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Entrevista con Graciela Giraldi, miembro de EOL Rosario y AMP

"Es el niño el que sabe"

La autora de ¿Cómo interpretar al niño y al adolescente hoy? cuestiona al "mercado de la salud mental que clasifica y etiqueta al padecimiento" de los niños y degrada la función del síntoma a una disfunción, trastorno o déficit.

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Giraldi recordó que "no hay seres hablantes sin síntomas".

La psicoanalista Graciela Giraldi es miembro de la Escuela de la Orientación Lacaniana Sección Rosario y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis. A propósito de la publicación de su nuevo libro ¿Cómo interpretar al niño y al adolescente hoy? (Homo Sapiens Ediciones), fue entrevistada por Rosario/12. "Me gusta escribir, soy medio autista y en mi soledad mis garabatos me acompañan", señaló. "Lacan --agregó-- nos legó una orientación estructural sobre el síntoma infantil".

--¿Qué síntomas presentan los niños en la actualidad?

--Los síntomas, para el psicoanálisis, son expresiones del malestar subjetivo que van cambiando de ropaje en la serie de las civilizaciones. En nuestro mundo globalizado, los síntomas de los niños toman la forma de epidemias. El mercado de la Salud Mental clasifica y etiqueta al padecimiento de los niños en trastornos de la conducta (ADHD), de la alimentación (anorexia y bulimia), nombra déficits mentales a los autismos y psicosis, y cataloga como alteraciones del cuerpo a los ataques de pánico y los fenómenos psicosomáticos. Por lo tanto, se degrada la función del síntoma a una disfunción, un trastorno y un déficit en la perspectiva de que se hacen mediciones sobre el padecimiento del niño en base a un parámetro y a lo que debería ser. Se intenta así controlar a la infancia, acallando al síntoma no sólo con la pastilla mágica sino con psicoterapias reeducativas de la conducta y del pensamiento. El síntoma, lejos de ser un déficit, es señal de que algo le pasa a tal niño, es signo de un sufrimiento subjetivo que algo nos quiere decir. Pero, especialmente el síntoma cumple la función de sostenernos en el mundo. La prueba es que no hay seres hablantes sin síntomas. La palabra, los dichos de nuestros seres queridos nos dejaron marcas y el síntoma se inscribe como un acontecimiento del cuerpo y del pensamiento. Cuando se nos consulta por un niño, él por medio de su síntoma nos dice que algo no le va bien en su existencia, en sus pensamientos, o con su cuerpo. Por ello se lo invita a hablar. Es el niño el que sabe, a diferencia de la clínica médica donde el saber sobre las enfermedades lo tiene el médico. El Campo Freudiano, le ganó una batalla judicial al Instituto Nacional de Investigación Médica en Francia (Iserm) que en el año 2005 planificaba examinar en guarderías y escuelas primarias los comportamientos de los niños, para predecir en los traviesos y desobedientes que pudieran llegar a convertirse en delincuentes o criminales en su vida adulta. ¡Un delirio que pretendía robotizar la niñez!

--¿Qué incidencia tienen los objetos de la tecnología, como celulares y pantallas, que tanto atraen a los niños, en su relación escolar y subjetivamente?

--La incidencia de la tecnología en ellos es que obtienen rápida satisfacción de los objetos sin esfuerzos, sin espera ni compromisos. Y el riesgo es que el niño y el joven se case con el objeto, como el alcohólico con la botella y que se conforme con el saber electrónico sin necesidad de buscarlo en sus maestros ni en el intercambio con sus pares. Sabemos que la máquina sola no enlaza a los demás. Es importante que los maestros enseñen a los niños que ellos pueden elegir qué uso hacer de la tecnología.

--¿Y los padres, mamá y papá que rol juegan en los tratamientos de niños? ¿Colaboran o son resistentes a los tratamientos?

--Depende, hay padres que son derivados al psicoanalista por el pediatra del hijo o su maestra y que al comienzo desconfían del psicoanálisis, pero que luego se comprometen y colaboran en el tratamiento de su hijo. Y en otros casos, encontramos padres que hacen una buena entrada pero ante los cambios que va teniendo el niño en su cura, en vías de aliviarse de su padecimiento por haberse corrido del lugar de objeto de satisfacción de su familia, los padres en vez de alegrarse porque el niño ya cuenta con alas para volar, bruscamente ponen fin al tratamiento del niño sin su consentimiento.

--Como psicoanalista, miembro de la EOL, de orientación lacaniana, ¿Cómo enfocan estos problemas de los niños en sus distintas variedades?

--La práctica del psicoanálisis con niños en la orientación Lacaniana no es una especialidad, se apoya en el principio de la unicidad del psicoanálisis, si bien hay particularidades porque al niño lo traen sus padres, y los incluimos en entrevistas; en cambio los pacientes adultos vienen solos y hablan de sus padres y de sus hermanos. Lacan nos legó una orientación estructural sobre el síntoma infantil al decir que: o bien el niño con su síntoma representa la verdad de la pareja de los padres, el modo de relacionarse ellos como hombre y como mujer, o bien, el niño es objeto-síntoma de la subjetividad de la madre. Este tipo de síntoma es más complicado de movilizar en la cura, pues el niño encarna ese lugar de objeto para la madre como en el autismo y la psicosis infantil.

--No es el primer libro que publica, ¿cuál es su experiencia y las consecuencias de los libros que ha publicado?

--Me gusta escribir, soy medio autista y en mi soledad mis garabatos me acompañan. ¿Las consecuencias de mis libros? No sé, creo que son mis piezas sueltas que se van reciclando con el paso del tiempo, restos fecundos de mi propio análisis, y de lo que me marcó de mi trabajo con otros.

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