El ingeniero Rafael Luis Galli, se presenta públicamente como el mentor de la muestra de ferromodelismo Mundo Tren. En ese rol ha desplegado su muestra en escuelas y ante estudiantes de distintos niveles tanto en ámbitos privados y públicos, como el Planetario Municipal hasta hace pocos meses. Lo que Galli no cuenta y que la enorme mayorÃa de padres y docentes no saben es que detrás de ese rostro de viejo bueno, de abuelo sensible por los trenes, se esconde la historia de cómplice civil de la última dictadura: "El ingeniero Galli tiene sus manos manchadas con sangre, fue el decano de IngenierÃa, que tiene estudiantes secuestrados y docentes desaparecidos. Quiero contarlo porque no creo que en su curriculum diga 'fui el decano de Videla'. Yo lo sufrà en carne propia: me suspendió de la facultad cuando me faltaban un par de materias para recibirme y tuve que irme del paÃs". La confesión corre por cuenta de Juan Jaureguiberry, quien en el año 1979, sufrió la persecución en esa casa de altos estudios a instancias de quien era un eslabón civil en la represión de los claustros universitarios, y quien firmaba los decretos de suspensión, debajo del nefasto interventor Humberto Riccomi.
-¿Quién es Rafael Luis Galli?
-El ingeniero Galli fue el decano de la facultad de IngenierÃa durante casi todo el perÃodo de la dictadura militar, desde 1976, no recuerdo bien la fecha pero antes hubo una breve intervención de un militar a cargo después del golpe y cuando subieron las autoridades civiles que aceptaron gestionar la universidad, Galli se hizo cargo del decanato.
-¿Cómo lo conoció?
-Era alumno de IngenierÃa Mecánica, entré en el 74 a la facultad, y venÃa del Politécnico, donde habÃamos formado el Centro de Estudiantes en el 72, en la dictadura de Lanusse. En el 75 fui elegido miembro de la Comisión directiva del centro de estudiantes. Cuando ocurre el golpe pasamos de algún modo a la clandestinidad simbólica en la facultad de IngenierÃa. Seguimos gestionando igual, a pesar de que habÃa muchas restricciones: no habÃa Consejo Directivo, no habÃa nada. El decano tenÃa el poder absoluto concentrado para la aplicación directa de un régimen de exclusión de la universidad, de persecución polÃtica y donde estaba prohibida toda actividad polÃtica. Hay una placa con los nombres de las verdaderas victimas. Quiero decir que Galli asume en un momento donde venÃan de ser secuestrados varios profesores del Departamento de FÃsica, como Eduardo Pasquini y Julia Huarque que nunca más aparecieron. En esa época hubo varios allanamientos sobre muchos otros docentes. Recuerdo a Ferraro de Matemáticas y realmente era un clima de intimidación terrible sobre todo en el movimiento estudiantil y docente de la facultad de IngenierÃa.
-¿HabÃa cesantÃas, suspensiones, persecuciones en esa época?
-Hubo un régimen de terror durante un perÃodo con secuestros y desapariciones con las direcciones precisas que evidentemente venÃan de las inscripciones en los padrones de la facultad. Hubo muchos allanamientos y hubo muchos estudiantes que se mudaron y se fueron a vivir a otro lado, porque era gente que estaba muy marcada. Por supuesto que mantuvimos niveles de organización, como en el 78, acompañamos a la Comisión de la OEA durante el Mundial en la que pudimos rescatarlo a Sergio Schilman de adentro de la Jefatura.
-¿Hubo algún blanco elegido especialmente en IngenierÃa?
-Bueno, el departamento de FÃsica fue el lugar principal donde ellos se ensañaron desde el primer momento. HabÃa allà un grupo de docentes muy comprometido, y también en el Departamento de Matemáticas, entre ellos Carlos Meritano, que luego fue fundador de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos. Ya en tiempos de López Rega en la facultad de IngenierÃa habÃa un foco de resistencia grande de docentes, que fueron puntal de la APDH.
-¿Le tocó vivir algún capÃtulo puntual con Galli?
-A finales del año 1979, presentamos un petitorio y juntamos firmas contra el turno castigo. Esta era una de tantas trabas que se habÃan implementado en la universidad, por el cual si rendÃas mal una mesa no la podÃas tirar en la segunda ni en la tercera sino que tenÃas que ir al otro perÃodo. Si te iba mal en diciembre, pasabas a marzo derecho. El objetivo era retrasar a los estudiantes, enmascarado en la idea de calidad. Estaba por recibirme, mientras trabajaba en una fábrica. Pedimos una entrevista, siempre a titulo personal, porque no estaba permitido el centro de estudiantes. El dÃa de la reunión con el decano uno de los alumnos no vino, asi que el secretario académico de apelldio Canoba -un hombre muy vinculado al decano de FilosofÃa de entonces de apellido Luraschi, famoso por recibir a los alumnos con una pistola sobre su escritorio- me preguntó si querÃa pasar. Me llamó por mi nombre, ya que me conocÃa desde el Politécnico donde era instructor de ajedrez, y yo fui jugador. Me hizo pasar a la entrevista y dos meses después me iniciaron un sumario en el Rectorado por suplantación de identidad y falsedad ideológica, como si yo me hubiese hecho pasar por el otro alumno que no habÃa ido.
-¿Qué te implicó el sumario?
-Lo curioso es que el sumariante de apellido Chedes, en un primero momento rechazó instruir el sumario porque entendÃa que no habÃa fundamentos. Pero me enteré después que fue el mismo Rafael Galli quien exigió mi sanción, y usó todo su poder interno en rectorado para exigirlo. Finalmente me sancionaron. Entonces me dan seis meses de suspensión justo cuando me estaba por recibir, tenÃa 44 materias aprobadas. Todo vino acompañado de un serie de amenazas sobre mi persona por gente vinculada a la CNU y al final aparece alguien que me aconseja desaparecer de la facultad, y me fui del paÃs por un perÃodo y después nunca más termine la carrera.
-¿Alguna vez se lo cruzó a Galli?
-Lo encontré a Galli una vez en un cine del centro, sentado delante mÃo, obviamente ya en democracia. Me sentà muy violentado emocionalmente, y cuando salimos lo increpe a los gritos en el hall. Le dije que todos se tenÃan que enterar que ese hombre habÃa sido el decano de la dictadura, que tenÃa las manos manchadas de sangre, porque evidentemente durante su gestión se secuestraron y desaparecieron estudiantes. Sabemos que ellos pasaban información, y que el grupo que se manejaba en el decanato podÃa entrar sin golpear la puerta. Cuando terminé de gritarle, solo me contestó: 'vos no sos nadie'.
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