Miles de mujeres y hombres se movilizaron ayer para decir "Ni una menos. Vivas nos queremos". La marcha parecÃa interminable: mientras varias columnas habÃan ingresado ya al patio cÃvico del Monumento a la Bandera, todavÃa habÃa gente saliendo de la plaza Montenegro. Se calculan unas 10 mi personas. La convocatoria fue tan multicolor como multitudinaria: además de las pancartas de agrupaciones y colectivos, cada manifestante aportó su creatividad. "Un vestido no es mortaja", era un diseño de cartulina que llevaba sobre sus ropas una señora. "Yo elijo cómo me visto y cómo me desvisto", fue el cartel escrito con fibrón que llevó una joven. Los nombres de las vÃctimas tuvieron su lugar: el pedido de justicia por Vanesa Celma iba con foto de la joven quemada el 29 de junio de 2010. RosalÃa BenÃtez marchó entre las primeras también. La mujer que el 21 de septiembre de 2012 recibió ocho balazos de parte de su ex pareja, Cacho Toledo, fue una de las miles que salieron a decir basta a la violencia machista. HabÃa personas organizadas, y también sueltas. "Soy la heroÃna de la historia, no necesito un salvador", levantó con orgullo su mensaje una adolescente. Cada una caminó para decir lo suyo, con palabras, con su cuerpo, con su presencia. "Decir Ni Una Menos no fue, ¡no es!, un ruego ni un pedido. Es plantarse de cara a lo que no queremos: ni una vÃctima más, y decir que nos queremos vivas, Ãntegras, autónomas, soberanas. Dueñas de nuestros cuerpos y nuestras trayectorias vitales. Dueñas de nuestras elecciones: cómo queremos, cuándo queremos, con quién queremos" decÃa el documento que un puñado de periodistas leyó en el Monumento, con un sonido mucho menos potente del que hubiera requerido el patio cÃvico repleto.
Las integrantes del colectivo Ni Una Menos fueron a la cabeza de la movilización, junto a familiares de vÃctimas y sobrevivientes. "Ha superado las expectativas. Y esperamos que esto se vuelque en un mayor activismo en contra de la violencia hacia las mujeres. Este año hemos tenido muchas mujeres muertas por violencia y por aborto clandestino. Y nuestra aspiración es que haya cada vez menos muertas", expresó Mabel Gabarra, integrante del colectivo. La masividad de la convocatoria la emocionó. "Es increÃble. Hhce 20 años empezamos y éramos diez locas caminando por calle Córdoba. Nos miraban como si fuéramos de otro planeta, y hoy vos te das cuenta de que aún la sociedad que no participa en la marcha está expectante y viendo cómo movilizarse".
A lo largo de la manifestación que salió de San Luis y San MartÃn y llegó al Monumento, los nombres de algunas de las vÃctimas de femicidios se gritaron acompañadas del "Ni una menos, Vivas nos Queremos". Graciela PrÃncipe, Daniela Spárvoli, Paula Perassi, Sandra Cabrera, Florencia Corvalán, fueron algunos de los nombres que se corearon por la calle. También se recordó a Guadalupe Medina, la niña de 13 años asesinada el 25 de mayo a la madrugada. Y si bien en Laprida y San Luis algunos vehÃculos se empeñaron en pasar, e interrumpieron la columna, era más común el gesto solidario, como el de la señora que se acercó a decirle a unas jóvenes: "Las felicito por su lucha". Los centros de estudiantes de las Facultades de la UNR llevaron sus banderas. Muchos sindicatos dieron el presente. Estudiantes de escuelas secundarias, organizaciones sociales, militantes barriales y manifestantes de los más heterogéneos barrios de la ciudad fueron de la partida. "Pinto flores para que nunca mueran", reproducÃan su sténcil por la calle dos chicas de 18 y 19, y un chico de 20 años. Mientras uno pasaba el aerosol, la otra desplegaba una imagen de Frida Kahlo para completar la instalación urbana.
Las Pepas, colectiva feminista, se hizo notar con sus melenas, bufandas y gorros fucsias, mientras el grupo de teatro feminista Locas Margaritas llevó atuendo de brujas. La murga Modestia Aparte marchó con sus máscaras pintadas. "Venimos luchando por esas voces que son calladas", cantaba el Alde, mientras un poco más atrás pasaba una pancarta de Newell's Old Boys. Una chica llevó su perrito con un abrigo, porque el frÃo apretaba, sobre el que habÃa pegado un cartelito "Ni una menos".
En la columna del Partido Socialista marchó el ex gobernador Hermes Binner junto a una de sus hijas mellizas. También el ex ministro de Salud y actual senador por Rosario Miguel Cappiello. Por otro lado marchó la columna del otro sector socialista, Igualdad y Participación, aunque dos de sus referentes, la diputada provincial Silvia Augsburger y Lucrecia Aranda, estaban bien adelante, entre las organizadoras.
La presencia de hombres, adultos, jóvenes y adolescentes fue quizás el dato más llamativo de esta marcha. Los hubo en todas las columnas. "HabÃa muchos varones, grandes y jóvenes, lo cual es muy importante, porque esta es una lucha de todos, no la podemos hacer ni corresponde que la hagamos solamente las mujeres", consideró Viviana Della Siega, otra de las que participó de la organización de la marcha. "Hubo buena convocatoria, y es interesante porque hubo una variedad de organizaciones sociales, estudiantiles, sindicales, polÃticas, de mujeres, lo cual da muestra de que esto está instalado en la sociedad", expresó.
Por su parte, Nora Giacometto, de la ONG Ampliando Derechos, planteó: "Esperemos que se instale en el estado, que eso es lo fundamental". Para ella, "la deuda más urgente del estado es la contención social para lograr que la mujer pueda en algún momento tener una independencia económica que le permita separarse definitivamente del agresor".
Tami, una chica de 20 años que marchó en la columna de Las Safinas Jóvenes, contó su beneplácito porque vio "muchos chicos y chicas que vinieron a participar por interés verdadero, no para sacarse una foto, ponerla en Facebook y juntar 'me gusta'".
Es que en la manifestación hubo lugar para las que llevan años reclamando por polÃticas públicas tanto como para quienes salen a gritar por primera vez que no quieren tutela sobre sus cuerpos.
"El acontecimiento del 3 de junio del año pasado fue también la creación de un espacio de hospitalidad generado por la voluntad polÃtica y transversal de cientos de miles de personas que quisieron decir "¡Basta!". Basta de inequidad. Basta de disciplinarnos por medio de la violencia. Basta de convertir nuestros cuerpos en cosas. Basta de ser consideradas propiedades de otros. Basta de callarnos. Basta de convertirnos en criminales por querer decidir sobre nuestros cuerpos, por querer elegir si queremos tener hijos, cuántos y con quién", fue parte del documento. Y no es casual que, justamente, el pedido de "Libertad para Belén", recogiera aplausos.
La larga lista de reivindicaciones incluyó "educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal, seguro y gratuito para no morir", en una marcha donde fue notable la cantidad de varones y mujeres con los pañuelos verdes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto en el cuello. La libertad de Milagro Sala formó parte del extenso pliego, en el que también hubo lugar, entre otros, para reclamar "basta de esta justicia patriarcal y misógina. Por un real acceso a la justicia. Exigimos que juezas, jueces y fiscales estén formados en perspectiva de género".
La escalinata del Monumento siguió llena de vida un rato largo después del final del acto, cuando el frÃo apretaba pero habÃa voluntad de prolongar el gusto de estar juntos, en la calle.
Otras ciudades
"Ni una menos" se replicó en distintas localidades de la provincia. En Oliveros, recordó a Marlen Franco, violada y asesinada en la madrugada del 15 de mayo en esa ciudad. En Rafaela, la marcha pidió Justicia por Neli Zárate, asesinada el 9 de abril pasado. En tanto, en Reconquista, la encabezó Sandra Zabala, la hermana de Vanesa, travesti que fue brutalmente asesinada el 29 de marzo de 2013. Para Sandra este año hubo un motivo de furia adicional: acaba de enterarse que dos de los asesinos de su hermana quedaron libres, porque caducó la prisión preventiva, y todavÃa no se realizó el juicio oral.
Tribunales
Por la mañana, la jornada comenzó con una concentración de activistas en la puerta de los Tribunales provinciales. Un grupo de mujeres con túnicas rojas se tendieron sobre las escalinatas mientras una compañera levantaba un cartel que decÃa: "Están pisoteando nuestros derechos". El sentido de esa instalación lo explicó Nadia Coronel, del colectivo Mujeres de Negro: "La idea fue hacer una alfombra roja de cuerpos, que molestemos de tal manera que tengan que pisarnos o esquivarnos, que es lo que hace la justicia todo el tiempo".
Allà también estuvo RosalÃa BenÃtez. "Soy una sobreviviente y no quisiera que pase más una mujer algo asÃ. Es muy fuerte, son muchas las mujeres que están muriendo, las que están siendo golpeadas, hay denuncias que no son recibidas, hay que luchar mucho para que alguien te escuche. Vamos a tratar de que sea muy importante esto para que las personas que tienen que hacer algo nos escuchen", dijo la mujer que recibió ocho balazos sobrevivió de milagro. Sobre la justicia, no tuvo dudas. "A mà me abandonaron. Yo pedà auxilio todo el tiempo y nadie me dio bola. La justicia a mà me desamparó, porque si hubiesen hecho algo, no me habrÃa pasado lo que me pasó, como a muchas mujeres hoy en dÃa les está pasando, que denuncian, denuncian, denuncian, pero parece que son papeles firmados y nada más".
A la mañana también estaba la mamá de Fabiana Poggiani, asesinada el 28 de marzo pasado en barrio Las Flores por un vecino. Entre los carteles que habÃan llevado las activistas habÃa uno que pedÃa "Libertad para Yamila Sotelo, condenada por prejuicios de género". Se trata de una chica que cumple prisión domiciliaria acusada de homicidio de su hijo recién nacido, que ella creyó muerto.
Mapa de femicidios
A primera hora de la mañana, la concejala del Frente para la Victoria, Norma López, presentó un mapa de femicidios que puede consultarse en su página www.normalopezsf.com.ar. Allà hicieron un minucioso trabajo de identificación de cada una de las vÃctimas. Este último año (desde el 3 de junio de 2015) fueron 33 en la provincia de Santa Fe. En ese encuentro, López recordó a Ana MarÃa Acevedo, que murió el 17 de mayo de 2007 en el hospital Iturraspe de Santa Fe, ante la negativa del centro de salud de hacerle un aborto para curarla del cáncer de maxilar que sufrÃa. "Se trata de un femicidio con participación del estado", dijo la concejala.
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