"¿Asà que vos no me tenés miedo?", le gritó José Máximo Ibánez a Julia Ortiz, antes de dispararle siete veces, en el patio de su casa de barrio La Lagunita. El acusado sometÃa a su esposa a un "ambiente de violencia de género", según indicó el fiscal Florentino Malaponte al pedir la prisión perpetua por el delito de "homicidio triplemente calificado por femicidio, por el vÃnculo y ensañamiento" con la vÃctima, a quien "provocó un sufrimiento innecesario" disparándole de abajo hacia arriba, hasta matarla. Según señala la acusación del juicio que inició ayer, el imputado "querÃa tener el poder" de la casa. Ya en 2007, Julia tramitó una prohibición de acercamiento luego de que Ibáñez la desfigurara de un maderazo. El nunca la cumplió. Los jueces Juan Carlos Vienna, Raquel Cosgaya y Alejandro Negroni lo juzgan desde ayer.
La tarde del crimen fue el 30 de agosto de 2014, en una casa del Pasaje 1876 al 6500. Julia habÃa ido a almorzar con sus hijos a la casa de su familia, pero Ibáñez no tenÃa relación con ellos, por lo que se quedó en la casa. Al llegar, la mujer con su hijo de ocho años y otra mayor de edad, se puso a hacer la tarea con el nene en el patio, cuando comenzó a discutir con el acusado. "El se habÃa bañado y cuando salió a colgar la toalla empezó a insultar a mi mamá; le dijo que era una puta de mierda (sic). Me dieron asco los insultos que le decÃa delante de mi hermanito, que entró corriendo y llorando a la casa. Ahà mi mamá dijo que iba a llamar a la policÃa porque él la tenÃa cansada de los golpes y malos tratos. Entonces él fue a buscar el revólver de una cajita que tenÃa en la pieza, bajo llave, se lo puso detrás de la espalda y le tiró a las piernas a mi mamá. El gritó y yo le dije que corra a lo de la tÃa para avisarle. Yo le empecé a gritar a Ibáñez, lo insulté y le dije que la deje tranquila, pero solo me miró; la cosa era con ella. Cuando salà corriendo al pasillo para pedir ayuda escuché cinco o seis disparos más", dijo Natalia, hija de Julia, en una relación anterior.
La testigo también describió el ambiente de violencia en el que vivÃan, dijo que el hombre no trabajaba porque decÃa tener un problema de salud, que su madre salÃa a limpiar para mantener a sus hijos (mellizos de 17 años y el nene de 8, del matrimonio con Ibáñez), pero que a él no le gustaba que ella trabajara. "Mi mamá dormÃa hacÃa tiempo en la cama de mi hermanito o en la mÃa, porque le tenÃa miedo. Una vez yo estaba dormida y él pasó y me golpeó en la frente; cuando le grité me dijo 'pensé que era tu mamá'", relató la chica.
La defensa del hombre alegó que éste padece "delirio celotÃpico" (idea delirante de que la pareja es infiel) y que no comprendió la criminalidad del acto. El acusado declaró que estaban juntos hacÃa 14 años y que "hasta 2010 todo estuvo bien". Según dijo, cuando él entró a trabajar en una constructora donde estaba el hermano de la vÃctima y advirtió que su esposa "salÃa con el capataz". También la acusó de estar con varios hombres: "Yo la respeté, pero ella a mà no", dijo. Para el fiscal, su relato fue contradictorio con lo que declaró en la audiencia imputativa, hace dos años, tras haberse entregado en la comisarÃa 19º.
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