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Lunes, 22 de agosto de 2016
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La figura penal que le corresponde al dueño de una transportadora de caudales

Juicio por desbaratamiento de empresa

Se lo acusa a Miguel Milano de haber creado una empresa como "socio oculto" y luego vaciarla para evitar a los acreedores.

Por Lorena Panzerini
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En tribunales se ventilará que el empresario contrajo una deuda cercana al millón y medio.

Acusado de ser "socio oculto" de una empresa creada y luego vaciada para evitar el pago a acreedores, Miguel Angel Milano, dueño de la empresa de vigilancia privada Security Group (que incluye El Centinela) y de la transportadora de caudales Maco Litoral, está cerca de ir a juicio. Según precisó a este diario el fiscal Sebastián Narvaja, de la oficina de Delitos Económicos y Complejos del Ministerio Público de la Acusación, el hombre está imputado por el delito de "desbaratamiento de empresa" y sería formalmente acusado el mes que viene, por "soltarle la mano a la empresa que creó sin figurar como accionista". Pese a que Milano intentó despegarse y negó ser parte de la firma "de cartón" Truck Security, uno de los que figuraba como socio declaró y confirmó que Milano "controlaba las finanzas" de esa firma. Con el serían juzgadas otras cinco personas de su entorno. El delito de desbaratamiento de empresa contempla una pena que puede ir de los dos a los sies años de prisión.

La deuda con la empresa cordobesa Asifac S.A. (que brinda servicios de seguridad) y con el estudio contable de servicios de auditoria F Consultores, asciende a más de 1,5 millones de pesos, que fueron embargados de los bienes de Milano, sindicado por haber dejado de aportar dolosamente (con intención) los activos de Truck Security S.R.L.. Con él arrastró a su contadora, que aparecía como apoderada de la empresa, Dominga G.; al hermano de ésta que figuraba con el 51% de las acciones; a otro allegado que aparece con el 49% de la sociedad. También la esposa y una prima de éste último.

La causa se inició con la denuncia de uno de los profesionales del estudio contable F Consultores, quien planteó que la empresa Truck Security (que brinda seguridad a mercadería en tránsito) contrató a esa prestadora de servicios para realizar trabajos de administración y auditoría. Casi al mismo tiempo, Milano contactó a la empresa Asifac, de Córdoba, para tercerizar un servicio de seguridad en la vecina provincia, con la tarea de vigilar el transporte de un correo privado. "Los dos primeros años se cumplió con el pago a los acreedores, pero durante los últimos meses de 2013 y los primeros de 2014, comenzaron los incumplimientos con estos acreedores", dijo Narvaja. Lo que hacía Milano era dilatar los pagos, pero siempre prometía que iba a solucionar la situación, hasta que la deuda llegó a un millón y medio de pesos. En ese tiempo, se dedicó a provocar el vaciamiento de Truck Security, donde era "socio oculto", para transformarla en una "cáscara vacía", afirmó el fiscal.

Para la Fiscalía, la maniobra es clara. Milano afectó la solvencia y actividad empresarial de Truck Security mediante instrucciones y decisiones propias. "El manejaba todo. Incluso los reclamos de los acreedores eran hacia él porque fue quien entabló las negociaciones", dijo el fiscal luego de que la semana pasada dos personas que figuraban como testaferros de Milano, en la firma Truck Security confirmaran lo que venían demostrando las pruebas en la causa: que Milano controlaba las finanzas. "Al que figuraba como gerente, los acreedores no lo conocían", dijo Narvaja. Según la fiscalía, esta empresa contrató al estudio y a la firma cordobesa, que ahora son querellantes en el legajo judicial, pero luego Milano atrasó los pagos para ganar tiempo y dejar sin solvencia a Truck, y no cumplir con la deuda.

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