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La caída de la actividad económica, sumada a la apertura de importaciones y el aumento tarifario, que obligó a varias empresas metalúrgicas importantes a suspender y adelantar las vacaciones del personal, con pronóstico reservado hacia el futuro, está castigando a las pequeñas y medianas que suman Presentaciones de Procedimientos de Crisis (PPC), y en otros casos lamentablemente bajan definitivamente las persianas. El panorama preocupa a la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), porque en los últimos dos meses estas pequeñas empresas, que emplean entre 10 y 20 trabajadores en promedio, y que no cuentan con el respaldo suficiente para encontrar alternativas para sostenerse, están realizando presentaciones. Más significativo es el dato aportado por la UOM local para medir la crisis que atraviesa el sector: Solamente la semana pasada, empresas y gremios firmaron cuatro procedimientos en la sede local del Ministerio de Trabajo provincial.
En el primer semestre del año, la Dirección Provincial de Relaciones Laborales del Ministerio de Trabajo provincial tramitó en Rosario 80 Procedimientos Preventivos de Crisis (PPC), algunos de ellos que fueron prorrogados del año anterior, una situación que afectó a 9087 trabajadores. El informe, revelado en julio por Rosario/12, precisaba que en igual período, el año pasado se habían tramitado 24 PPC. La actividad metalúrgica lideraba el triste ranking de trabajadores afectados en el sector, con el agravante de que en los últimos dos meses sumó diez nuevos procedimientos. Se trata de industrias pequeñas y medianas que están al límite de la supervivencia por la caída en las ventas.
"Cuando la empresa chiquita, que es la que genera empleo, nos viene a golpear la puerta es porque mañana se murió", graficaron crudamente desde el gremio metalúrgico, antes de citar el caso de Servicios Hidraúlicos SA, una fábrica dedicada a realizar montajes en otras plantas, que cerró definitivmente sus puertas la semana pasada. La empresa había suspendido por 15 días a los 22 trabajadores que ocupaba, sin haber presentado el PPC y sin notificar al gremio, que pidió la intervención del Ministerio.
A la reunión se presentó el dueño acompañado por los trabajadores para avisar que cerraba, argumentando que ya no podía sostenerla. Además, planteó que iba a pagar la indemnización con las herramientas, equivalentes al 20 por ciento de la reparación. Después de una improvisada asamblea en los pasillos de la delegación local de la cartera laboral, los trabajadores les pidieron a los representantes del gremio que firmaran cobrar la reparación con las herramientas porque era eso o quedarse con las manos vacías.
Blanca palidez. El escenario de las industrias de la línea blanca, que emplea en la ciudad a unos seis mil trabajadores, es disímil, aunque el horizonte más allá de fin de año es incierto para la mayoría. La empresa Gafa, de la multinacional Electrolux, luego de suspender por 90 días a los mil operarios que emplea, abonándoles el 90 por ciento del sueldo, retomó su producción hace unos días.
El dato fue citado hace dos semanas por el titular de la Comisión de Presupuesto del Concejo, Martín Rosúa (UCR), entre otros argumentos que esgrimió para votar en contra --junto a sus correligionarios Daniela León y Jorge Boasso, y el bloque completo del PRO-- de un proyecto de declaración en la que el cuerpo expresaba su preocupación por el ingreso de productos importados, inciativa que finalmente consiguió aprobarse luego de un debate de dos horas en el recinto.
Desde la UOM apuntaron que en realidad la planta está operando para reponer el stock con la expectativa de que por una cuestión estacional (fabrican heladeras y freezers) pueden colocar la producción. Hasta el año pasado, Gafa contrataba personal para esta época por el aumento de su producción, algo que no está ocurriendo por estos días, mientras no se detiene el ingreso de heladeras y exhibidoras desde otros países, como fue confirmado el pasado viernes en el Centro Comercial e Industrial de Rafaela durante la presentación del cuarto informe del Observatorio de Importaciones que integran equipos técnicos del Ministerio de la Producción provincial y la Federación de Industriales de Santa Fe (Fisfe).
Saber qué va a pasar cuando ceda la coyuntura, es una de las mayores preocupaciones para los trabajadores y su representación gremial. Lo que sí tienen claro es que no hay muchas esperanzas de que se puedan generar nuevos puestos laborales el año próximo.
Muy diferente es el caso de la local Bambi, con 500 trabajadores en su planta, pero con mucha menos espalda para soportar un escenario recesivo. La empresa arrancó la semana pasada un nuevo PPC, tras suspender a sus operarios por 90 días. Pero en esta oportunidad, acordaron un convenio para no suspender nuevamente a los trabajadores, firmando una alternativa que le permite a las empresas un ahorro en las cargas y contribuciones, permitiéndoles un respiro financiero para intentar continuar con la producción.
El gremio argumentó que la negociación apuntó a conseguirles a los trabajadores una estabilidad en el empleo por un año, que es lo que dura el convenio rubricado la semana pasada en el Ministerio de Trabajo provincial, mientras cruzan los dedos para que cambien los vientos y se revierta el pronunciado descenso de la actividad económica.
Otra de las industrias afectadas por la apertura de las importaciones es la de las carroceras, que emplean directamente en Rosario y la región a mil personas e indirectamente a otras tres mil. Las empresas presentaron un PPC hasta fin de año, esperando que haya alguna resolución del gobierno nacional para evitar el ingreso de colectivos enteros desde Brasil. Entre los empresarios del sector no hay muchas expectativas ya que posiblemente en diciembre renueven el PPC por un año más.
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