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Martes, 4 de octubre de 2016
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Le redujeron la condena

Violento premiado

Indignadas. Así salieron de Tribunales Jesica Balmaceda, víctima del primer juicio oral por violencia machista, y las mujeres de la ONG Ampliando Derechos, cuando escucharon que la Cámara Penal redujo en un mes la condena del agresor Néstor Fabián Anchaval. En mayo, el acusado había sido condenado a 3 años de prisión efectiva, pero en julio se cumplieron los ocho meses de su detención y quedó en libertad. Ayer, la Alzada consideró que la condena debe ser de 2 años y 11 meses, porque no se pudo probar que Anchaval haya estado notificado de una prohibición de acercamiento a la víctima, y le quitó esa figura a la calificación legal. Los jueces Georgina Depetris, Carlos Carbone y Daniel Acosta lo encontraron autor de los delitos de amenazas, violación de domicilio y daño; pero revocaron en relación al delito de desobediencia. Desde la Fiscalía, plantearon la necesidad de un control de esas notificaciones, por parte de los Juzgados de Familia que las emiten.

El mes pasado, los camaristas confirmaron el cese de prisión para el acusado de ejercer violencia machista contra Jesica. Ayer, resolvieron la cuestión de fondo y confirmaron parcialmente la condena interpuesta, aunque el imputado ya tiene cumplidos los plazos de detención.

Jesica fue la primera víctima de violencia machista en llegar a juicio oral, en el nuevo sistema penal. Su calvario comenzó en 2010; y para antes del 2014 ya había denunciado 35 veces al acusado. Con la entrada en vigencia del nuevo sistema penal, pudo llevarlo a juicio, aunque solo por los hechos posteriores a febrero de 2014, de los cuales dos (las acusaciones de desobediencia) fueron desestimados por los magistrados de primera y segunda instancia.

El 6 de julio, el mismo juez que lo condenó, Carlos Leiva, lo dejó en libertad. Veinte días después, la frase "te tengo" (que Jesica ya había encontrado en la puerta de su casa en 2015, después de que Anchaval intentara entrar) apareció escrita del lado de afuera de la puerta de su actual casa. Según denunció, esta vez "mandó a alguien".

Por esos días, sus hijos dijeron haber visto a Anchaval en una moto dando vueltas por el barrio, y al menos una vecina fue testigo del temor que causó en los cuatro niños. Al mismo tiempo, la mujer denunció que un Corsa gris con vidrios polarizados la seguía. El 3 de agosto, ese auto la interceptó, un hombre se bajó, la tomó del brazo y la obligó a subirse. En el interior había otros tres. Le hicieron agachar la cabeza y ella empezó a apretar el botón de pánico que lleva colgado al cuello. A las pocas cuadras, la empujaron a una zanja.

Esos hechos, post condena, están en investigación y forman parte de un expediente diferente. El defensor público Gabriel Ganón representa a Jesica en estos casos y sospechan que hay personal policial implicado en los hechos de hostigamiento, por los "contactos" de Anchaval.

En el fallo de ayer, los camaristas expresaron que "no puede afirmarse con certeza que Anchaval conociera la existencia de la orden" de restricción hacia la víctima. Ello llevó a que le reduzcan un mes su condena. La situación podría abrir una discusión en torno a la forma de notificación a los agresores, que son llevadas por las mismas víctimas a la comisaría, para que desde allí la policía las entregue.

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