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Domingo, 19 de noviembre de 2006
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SERIOS DESTROZOS EN EL CENTRO COMUNITARIO DEL PADRE JOAQUIN NUÑEZ

Dios no se apiadó de barrio Bella Vista

Es un núcleo asistencial de gran presencia en el oeste, por lo que las pérdidas son más lamentables. El padre Núñez reveló que una mujer de villa Banana murió cuando le dijeron que no había más chapas: "La tuvimos que velar sobre una tabla con cuatro velas".

Por José Maggi
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Una de las aulas del Centro Comunitario con el techo perforado por el granizo del miércoles. "Aquí se alfabetiza, por lo que el Ministerio de Educación debería aportar algo", dice el sacerdote.

"El Centro Comunitario es la muestra más patética de toda la destrucción: el granizo nos ha destrozado totalmente el techo bajo el que se cocinan 6000 raciones diarias entre almuerzo, desayuno y merienda. Se nos vino abajo toda la galería y arrasó también el techo de las aulas en donde se alfabetiza, por lo que el Ministerio de Educación debería aportar algo". Con esta frase el padre Joaquín Núñez comienza la charla con Rosario/12 y desnuda su impotencia ante la devastación del último miércoles. También cuestionó la lentitud de las respuestas en manos del Estado. Aunque, en rigor, cuando este diario terminaba su recorrida por el Cento Comunitario del padre Joaquín Núñez, una delegación de la Secretaría de Desarrollo Social de la Nación arribaba al barrio Bella Vista Oeste para comenzar a tomar nota de los daños sufridos en el lugar.

Pero hay otras confesiones, más ligadas a indignación ante quienes miran sin ver la tragedia. "Es muy curioso que mientras algunos canales de televisión y diarios pasaron por el lugar, nada mostraron. ¿Qué pasa entonces, hay alguna orden para no mostrar lo que pasó? ¿Alguna decisión de los dueños de medios o del Gobierno para que no se sepa que esto fue una catástrofe? Porque esto es similar a lo que pasó con las inundaciones en Santa Fe. Obviamente que hablo del sector marginal de nuestra población, de los excluídos, y entre ellos de los aborígenes, que sobre que eran pobres y miserables, ahora están peor". Para prueba de sus dichos relata las condición en que murió una mujer de Villa Banana que fue al Distrito Oeste a buscar chapas, "pero cuando llegó su turno, le dijeron que no había. La pobre mujer se desmayó y murió. La tuvimos que velar en uno los comedores comunitarios sobre una tabla con cuatro velas porque no había luz, y ni un miserable cajón pudimos lograr que le dieran. Se la llevaron al cementerio así nomás", narró Núñez.

-¿Qué daños sufrió su barrio?

-En esta comunidad, la que vive en los alrededores del centro comunitario, el 90 por ciento tiene sus ranchitos rotos. Y están peregrinando desesperados de un lado a otro, viendo dónde pueden retirar algo de chapas. Pero van a buscar a un lado y cuando llegan ya no alcanza para todos. Según pudimos saber, de Bella Vista Oeste se hizo cargo el municipio de entregar ayuda, como chapas y tirantes. Y si bien la situación superó a todos, porque un gobierno no está preparado para esto, creo que hay que tener más agilidad y un poco de cintura y meterse en la villa. Hace tres días que estoy pidiendo que baje alguna trabajadora social para que anote para ir a buscar de manera ordenada la ayuda, y todavía no ha pasado nadie. Solo anduvieron algunos anotando nombres, pero cuando la gente fue al Distrito Oeste a buscar las cosas, le dijeron que eso no correspondía. Encima, cuando empezaron a repartir las chapas se armó un lio bárbaro, se pelearon porque no alcanzaban. Por eso, repito, acá hay que tener una gran inteligencia y habilidad y una practicidad muy rápida para poder llegar con la respuesta de las necesidades, más allá de competencia, más allá de partidos, más allá de jurisdicción, porque esto es un desastre; tenemos cinco muertos. Y justamente a mi me tocó enterrar a dos. A una de ellas la velamos en el comedor Los Niños Felices, en el barrio La Boca en Villa Banana. Era una mujer que fue al Distrito Oeste a buscar sus chapas y le dijeron que no le correspondían, asi que se desmayó y después se murió. Estuvo cuatro horas hasta que vino el medico forense. Así, la cargaron sobre unas tablas y la velaron en Amenábar y Pascual Rosas, en un comedor que coordino, donde fui a rezar por ella y donde no había luz, así que la velamos sobre una mesa con cuatro velitas. Este es el cuadro de desesperación que debe soportar nuestra gente, pero eso no aparece en los medios. Es más hubo un canal que grabó las imágenes, el viernes a la mañana, pero nada pasaron. Después en la Capilla de la Consolación, donde tenemos otro comedor, que también terminó hecho bolsa, estuvimos velando un chico de 14 años que murió electrocutado. Así que el cuadro es muy grave, por eso me pregunto porqué no trasciende a los medios.

-¿Por qué puede suceder eso?

-No se si los dueños de los medios dicen que no o si los funcionarios piden que no se anuncie todo lo que existe. Pero la miseria, la muerte, el hambre, el dolor y el desastre se tienen que conocer para poder tener una respuesta. Yo sé que hay algunos se molestan y es natural porque la gente con el piquete impide el recorrido de los autos, y los escucho decir 'encima que estamos con esta desgracia cortan la ruta'. Pero la gente corta la calle para que se ocupen de ellos.

-¿Cómo funcionó la respuesta del Estado en sus tres niveles, nacional, provincial y municipal?

-Creo que hubo buenas intenciones, pero muchos se quedaron en las intenciones, y no se llegó con la rapidez; es más, no se está llegando aun. Nosotros hace tres días que estamos esperando que vengan. Creo que esto nos pone a prueba a todos los organismos, a las distintas reparticiones del Estado, y no podemos por cubrir a alguien decir que están haciendo bien las cosas.

En verdad lo ocurrido en el lugar fue dramático, según lo relató Elsa la cocinera del centro comunitario. "Estabamos unas 60 personas en las aulas porque había un acto, cuando empezaron a caer las piedras que rompían el techo de la galería (de fibrocemento acanalado similar al que se utiliza en construcciones industriales y de un importante grosor), por lo que nos metimos en las aulas. La gente se refugiaba debajo de las mesas y de las sillas pero igual tuvimos 14 heridos. A una mujer le tuvieron que dar 35 puntos de sutura en uno de su brazos", relató Elsa.

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