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Viernes, 2 de marzo de 2007
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LA CUESTION SOCIAL, EJE DEL DISCURSO DE LIFSCHITZ EN EL CONCEJO MUNICIPAL

Líneas de acción "contra la pobreza"

El intendente apeló a la necesidad de sumar el esfuerzo de municipio, provincia y Nación para abordar el problema de la exclusión social "sin demagogias y sin crear falsas ilusiones". Entre las urgencias señaló una "agresiva" política de viviendas populares y urbanización de los asentamientos irregulares.

Por Alicia Simeoni
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Lifschitz ya no está pensando en si volverá a postularse como candidato a intendente. Aseguró estar motivado para ese desafío "porque Rosario es una gran ciudad".

El intendente Miguel Lifschitz realizó ayer un balance de gestión y analizó las líneas de acción que considera necesarias para que en los próximos años se puedan modificar las condiciones de vida del sector de la ciudad ubicado en la pobreza y la exclusión. Desde un abordaje interdisciplinario dedicó gran parte de su intervención a las políticas públicas universales que permitan una ciudad y una sociedad moderna, democrática y sin excluidos; en cada ítem Lifschitz mostró los logros municipales y señaló las fallas, ausencias o insuficientes acciones provinciales. Salud, vivienda, educación, trabajo y seguridad fueron plataformas desde las que marcó las expectativas en el próximo gobierno provincial y en la construcción de una forma de trabajo "sin demagogias" y con verdadera articulación. Lifschitz ya no está pensando en si volverá a postularse como candidato a intendente y si bien dice que su nominación debe ser decisión del partido del que forma parte -el socialismo y el espacio del Frente Progresista Cívico y Social- aseguró estar motivado para ese desafío "porque Rosario es una gran ciudad". Deslizó fuertes críticas al gobierno de Jorge Obeid por la falta de inversión de los fondos nacionales y provinciales para la vivienda pública, sugirió que para la provincia sería una buena inversión del superávit encarar una fuerte política de viviendas populares, pidió por la cogestión en educación, por mayor participación en las decisiones relacionadas con la seguridad y reclamó al gobierno santafesino que se comprometa con la promoción y capacitación para el logro de empleos dignos.

El discurso de Lifschitz insistió en el reclamo por la autonomía municipal y miró todo el tiempo hacia un nuevo gobierno provincial para articular acciones en las áreas antes mencionadas. El intendente fue aplaudido con fuerza por toda la barra -gabinete, funcionarios- y concejales que están contenidos en el Fente Progresista y no arrancó ni una sonrisa, en especial del Frente para la Victoria que criticó su intervención.

La intervención del intendente pareció estar pensando en cómo acordar políticas con un nuevo gobierno provincial. Lifschitz ubicó repetidamente a Rosario como una ciudad que se diferencia de otras por el clima de convivencia política, de diálogo y de consenso que se impulsó y en varias oportunidades habló del modelo de la ciudad que se debe seguir profundizando.

El intendente dedicó muchas líneas de su extenso discurso al abordaje de la cuestión social y de la necesidad de sumar el esfuerzo de los tres sectores del Estado para abordar el problema de la pobreza y de la exclusión. También a la renovación urbanística de la ciudad.

"La realidad nos está indicando con crudeza que debemos redoblar el esfuerzo, la imaginación y la responsabilidad en la tarea de enfrentar la pobreza y la exclusión", dijo y señaló que solamente "con un enorme y sostenido impulso" y con una "política de Estado integral" que aborde de manera múltiple el problema en salud, educación, cultura, deportes hábitat, trabajo, seguridad y promoción de los derechos "puede permitirnos obtener resultados importantes".

Al desgranar cada uno de los puntos se encargó de formular las críticas a la provincia, como cuando dijo que se espera con enorme "expectativa" que el próximo gobierno santafesino asuma el desafío de trabajar junto a los gobiernos locales y al nacional para resolver "sin demagogias y sin crear falsas ilusiones" el que consideró como el problema más acuciante de Rosario y de otras ciudades santafesinas, el de una vivienda y de un hábitat digno para gran parte de la población. Por eso habló de llevar adelante una "agresiva" política de viviendas populares y urbanización de los asentamientos irregulares. Se refirió a la necesidad de adaptar el modelo del Rosario Hábitat para proveer de 25.000 soluciones habitacionales en los próximos 5 años.

Allí vino el primer gran reproche a la provincia cuando dijo que otra sería la situación si se pudiera contar con las 5.000 unidades anuales del Plan Federal de Viviendas "que el gobierno nacional le asignó a Rosario y que inexplicablemente el gobierno provincial orientó hacia otros sectores sociales". Entonces sugirió que sería una excelente inversión del superávit provincial previsto para este año, el dedicarlo justamente al tema de viviendas.

Sin decirlo, Lifschitz permitió inferir que el hospital que la provincia planea en el predio del Batallón 121 no tiene una especial significación para la ciudad porque repasó las inversiones realizadas en 11 centros de atención primaria, en la construcción de otros 9, en las remodelaciones de los hospitales Alberdi, Carrasco, Roque Sáenz Peña, Vilela y la habilitación de la nueva Maternidad Martin para concluir que se cuenta con una infraestructura que "bien articulada con el sistema dependiente de la provincia nos permitirá cubrir sin dificultades las demandas de la ciudad y la región, en especial de los sectores que no cuentan con ningún tipo de cobertura de salud".

Otro golpe a la provincia. Cuando el intendente habló de la necesidad de profundizar las políticas de prevención en salud -adicciones, tabaquismo, alimentación saludable, alcoholismo, VIH y el programa de salud sexual y reproductiva- señaló que esas políticas "deben completarse con el desarrollo de institutos a la escala provincial que hoy no existen" en cuanto al tratamiento de las patologías mencionadas.

Lifschitz delineó líneas futuras para el gobierno de la ciudad, entre ellas la aspiración de que el municipio participe de un "sistema de cogestión" entre provincia, municipio y comunidad para alcanzar una educación "de calidad y para todos". Entonces, la que hay ahora no es de calidad ni llega a todos por eso afirmó que la educación es otra lucha estratégica contra la pobreza y la exclusión y que "las cifras de deserción y de repitencia de nuestro sistema son alarmantes y no se condicen en absoluto con los datos optimistas de la economía. Si no somos capaces como sociedad de encontrar una respuesta satisfactoria para esta paradoja que se expresa en una creciente brecha educativa entre los niños y los jóvenes que tienen acceso a una educación de calidad, en muchos casos paga, y los miles que van quedando al margen de toda posibilidad de inserción social por falta de una base educativa mínima, no tenemos ninguna chance de construir una sociedad moderna y sin excluidos".

Señaló, entonces, el aporte municipal importante en estos años a través del Fondo de Asistencia Educativa.

Cuando llegó al deporte como otras de las clave para el abordaje de la cuestión social, Lifschitz dijo que las políticas públicas en esta área no fueron planteadas todavía en el país "desde la perspectiva de la inclusión social" y levantó las acciones del municipio aunque dijo que todavía son insuficientes si se piensa en garantizarle a cada niño y a cada joven de la ciudad "el derecho a la práctica deportiva y a la educación física como una parte insustituible de un proceso de educación integral".

Trabajo y seguridad fueron dos de los ítems que Lifschitz recorrió en su discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Concejo Municipal. Puntualizó los grupos de acciones municipales dirigidos a la problemática laboral: capacitación para el empleo desde las secretarías de Promoción Social y de la Producción con el que señaló que se beneficiaron 10.000 desempleados en el último año, en especial jóvenes y mujeres, y que en un porcentaje que supera el 50 por ciento obtuvieron empleos de distinto tipo.

Transitó después por la descripción del desarrollo de la economía solidaria y el apoyo a la creación y crecimiento de las microempresas. Aquí Lifschitz diferenció las acciones del Ministerio de Trabajo de la Nación "que contribuyen en el logro de los objetivos" pero otra vez el tema fue propicio para señalar las ausencias de la provincia: "Creemos que resulta imprescindible que el tema del trabajo sea asumido también como una prioridad desde el ámbito provincial". Después se refirió a la Secretaría de Trabajo, a su "escaso presupuesto y estructura" y a que no tiene "programas ni iniciativas para la promoción del empleo digno, de empleo para jóvenes y de formación y capacitación laboral que no se condice con una provincia que exhibe los mejores números de crecimiento en la economía. Trabajo digno para todos no es una consigna del pasado ni una utopía irrealizable. Es una bandera que en la Argentina debemos izar sin miedo y con la convicción de que estamos logrando resultados y podemos ir por más".

Además reclamó para el municipio una participación más activa en el diseño de las políticas de seguridad y dijo que "sólo el gobierno local está en condiciones de articular" las políticas específicas con el resto de las acciones de carácter urbano y social y de vincular "la acción del Estado con la participación de la sociedad civil para la construcción de una sociedad más segura". También habló de una policía con "fuerte relación local, altamente profesionalizada y estrechamente vinculada con la comunidad de cada barrio y de cada zona de la ciudad" y marcó que las políticas de largo plazo no se agotan en la tarea policial: "Si no se resuelve el déficit carcelario y no se crean institutos especializados para el tratamiento de la situación de menores en conflicto con la ley, si no se profundiza la acción conjunta de la justicia y de los organismos de seguridad provinciales y nacionales para combatir las redes del delito hasta llegar a sus máximos responsables, difícilmente se logren éxitos apreciables en esta tarea".

El intendente transitó por otros temas urbanos, la recuperación del espacio público, la obra pública y el sistema de concesiones implementado por el municipio en especial en la ribera central y norte, en la actualización y renovación de las normativas urbanísticas, entre ellas la preparación de un proyecto de ordenanzas para reglamentar el uso de alturas. Lifschitz habló de solicitar la transferencia de terrenos del Organo Nacional de Bienes del Estado (ONABE), de recuperar algunos espacios para el uso público en el espacio costero. En el marco de una "ciudad que se renueva", Lifschitz hizo mención al tren de alta velocidad entre Rosario y Buenos Aires y que se gestiona que en algunos tramos el ingreso se desarrolle bajo nivel, de manera de no obstaculizar el tránsito de la ciudad.

Tal vez todos los temas abordados por el intendente puedan confluir en el nuevo reclamo por la autonomía municipal y en las que -dijo- son "las esperanzas de que en el 2008 se pueda encarar la reforma de la Constitución que incluya el tema de la autonomía de los municipios". Allí anunció la convocatoria a la Facultad de Derecho para con un grupo de especialistas elaborar una propuesta de carta orgánica municipal que sirve de base para iniciar un proceso de debate con las instituciones y la ciudadanía.

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