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Lunes, 5 de marzo de 2007
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EN EL CENTRO SE USA MUCHO MAS EL CINTURON DE SEGURIDAD

Más allá de cualquier incomodidad

Lo indica un relevamiento que hizo la dirección de Tránsito. Si bien aumentó el cumplimiento, aún falta conciencia.

Por Sonia Tessa
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La titular de Tránsito Municipal, Hebe de Marcogliese. "Hay penalidades, pero lo que se busca es que la gente lo use".

Obligatorio desde 1998, el uso del cinturón de seguridad comenzó a fiscalizarse en el año 2000, con una campaña para instalar un hábito que entonces era nulo. Un relevamiento realizado por la Dirección de Tránsito en diferentes esquinas de la ciudad reveló que el uso promedio de esta medida de protección es del 46 por ciento, con alto acatamiento (del 90 por ciento) en el centro, y mucho menor en los barrios. "Esas diferencias tienen que ver exclusivamente con la presencia de fiscalización", aseguró Hebe Marcogliese, directora de Tránsito, quien afirmó también que el año pasado se impusieron 3.400 actas por no utilizar el cinturón, una cifra que no llega al 5 por ciento del total de actas de infracción, que fueron casi 72.000, sin contar las que se labran por exceso de velocidad. Las multas rondan los 50 pesos.

Desde la semana pasada, en la capital Federal se endurecieron las sanciones por no utilizar esta medida protectiva. En tanto, Rosario comenzó a exigirlo desde hace siete años. "El uso obligatorio del cinturón terminó de cerrarse en 1998, cuando se sancionó el Código de Tránsito, porque si bien antes estaba prevista, no era obligatoria. Los controles comenzaron en el 2000. Primero se hizo una campaña, y luego se comenzaron a labrar las actas", rememoró Marcogliese, quien recordó que la infracción "no amerita la remisión del vehículo justamente porque lo que se pretende es que la persona se ponga el cinturón".

Según la funcionaria, el avance en este sentido fue rápido, aunque se trata de un cambio cultural, con la adquisición de un hábito. "Queremos que la gente utilice el cinturón, no porque le van a labrar una acta, sino porque le va a minimizar las consecuencias de un accidente", indicó la funcionaria. Recordó que los estudios internacionales indican que esa reducción es importante no sólo en altas velocidades, sino también a 40 kilómetros por hora, que es la estipulada para conducir en la ciudad.

Si bien la funcionaria reconoció que harían falta nuevas campañas para incentivar esta conducta, afirmó que no las tienen previstas, y consideró que "se fue encaminando la utilización del cinturón de seguridad". En cambio, en este momento están desarrollando una iniciativa para impulsar la utilización del casco. De hecho, la semana pasada la Dirección de Tránsito lanzó la campaña "Ponételo en la cabeza", destinada a mejorar los índices de utilización de ese elemento de seguridad (ver aparte).

En un sentido, el cinturón y el casco son hermanos. "No evitan los accidentes, pero sí minimizan su impacto", indicó Marcogliese. "El uso del cinturón varía según las zonas, en el centro hemos relevado acatamiento de cerca del 90 por ciento, pero en otras zonas más alejadas disminuye el uso. Eso está vinculado exclusivamente a la presencia de la fiscalización", subrayó la funcionaria. Este relevamiento no está vinculado con las infracciones, sino que se realiza en determinadas esquinas de la ciudad, para tener una muestra de patrones de conducta.

"Aunque 46 por ciento resulta un porcentaje reducido, ya que el porcentaje ideal es del 100 por ciento, se produjo un avance si consideramos que en 2000, cuando comenzaron a realizarse las fiscalizaciones, la utilización era cero por ciento. El avance es muy lento", indicó la funcionaria.

Al mismo tiempo, consideró que la situación de Rosario -ponderada a nivel nacional por sus avanzadas campañas de Tránsito- es "el tuerto en el país de los ciegos". La funcionaria no peca de soberbia. "Somos tuertos. Esto no nos permite jactarnos de nada, aunque sí sé que en muchísimas cosas vamos a la vanguardia", indicó. "La gente empieza a actuar por el temor al acta, pero después, determinadas conductas como ponerse el cinturón de seguridad se empieza a hacer un hábito. Termina entrando por la razón de pensar que protege, que te sentís más seguro", analizó.

Algunos números reafirman sus palabras. En el año 2003, las faltas por no utilizar el cinturón de seguridad representaban el 12 por ciento del total de infracciones que se habían registrado en al ciudad. Es decir, más del doble que el año pasado.

Los especialistas en tránsito afirman que el cinturón es "el elemento que mayor seguridad pasiva aporta a los usuarios en caso de accidente". Esto se explica porque, al producirse una colisión, el cuerpo humano se ve sometido a unas fuerzas de inercia que tienden a impulsarlo hacia delante. La misión del cinturón de seguridad consiste en impedir que el pasajero salga despedido fuera del vehículo y evitar en lo posible que se golpee contra el volante, salpicadero, parabrisas o asiento delantero. En España, las estadísticas indican que la mayoría de los usuarios utilizan el cinturón de seguridad cuando salen de viaje, pero descuidan su uso en vías urbanas y en trayectos cortos.

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