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Centenares de peces muertos aparecieron ayer en la desembocadura del arroyo Ludueña: la extraña aparición de sábalos sin vida en el arroyo despertó la preocupación de los vecinos, que creen que el agua podría estar contaminada. Sin embargo desde la Municipalidad se inclinaron la hipótesis de asfixia.
La idea de que el agua estuviese contaminada fue la primera en circular entre los testigos, quienes relacionaron rápidamente la extraña situación con las inundaciones. "Estamos muy asombrados porque a veces, suele haber algún que otro pez muerto pero esto, jamás", comentó un vecino.
El subsecretario de Medio Ambiente de la Municipalidad, César Mackler, evaluó que "si los peces muertos están estancados en una zona de cursado cerrado, donde el agua no fluye, es seguro que han muerto por asfixia". Según su explicación, los peces toman el oxígeno disuelto en el agua que proviene del aire por lo que cuando hay muchos peces en un mismo lugar, consumen rápidamente ese oxígeno y terminan muriendo al no poder respirar.
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