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Lunes, 30 de julio de 2007
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Habrá menos edificios antiguos a preservar

En dos semanas el municipio enviará al Concejo un proyecto para reducir la cantidad de inmuebles del área central de valor arquitectónico. Se abre la puerta a demoliciones de viejas casonas. Críticas de expertos.

Por Guillermo Lanfranco
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De prosperar la iniciativa, muchos edificios antiguos de la ciudad podrán ser demolidos. "Tendrán que tener mucho valor para mantenerlos en el inventario", dijo Mirta Levin.

La Municipalidad de Rosario prevé reducir la cantidad de edificios en el área central de la ciudad considerados de valor arquitectónico, que desde el año 2000 forman parte del un inventario destinado a evitar su demolición. La medida se está gestando en la Secretaría de Planeamiento y apunta a "tratar de privilegiar los tramos de edificios o áreas de valor patrimonial y replantear qué hacemos con el resto", indicó la titular del área, Mirta Levin. Respecto al riesgo de que así se habilite la demolición de edificios antiguos que, aun aislados, son parte de la riqueza cultural de la ciudad, Levin dijo que para mantenerlos en el inventario "tendrán que tener mucho valor". La decisión despertó críticas entre especialistas en preservación del patrimonio ciudadano porque "lo que en algún momento fue valioso, no puede dejar de serlo por un cambio de criterio".

Mirta Levin confirmó a Rosario/12 que -como adelantó en la semana el portal Rosario3.com- Planeamiento está trabajando en modificar el inventario de inmuebles de valor patrimonial gestado hace siete años y que identifica cerca de 2.200 edificaciones del área central -Oroño, Pellegrini y el río- que por su valor arquitectónico deben ser conservados total o parcialmente. El inventario es una referencia que tienen en cuenta inversores, constructores y los propios vecinos a la hora de establecer la importancia de un edificio o un tramo de edificios antiguos. Incluso, en el mismo sitio web de la municipalidad se señala que "el inventario y catalogación de los bienes de valor patrimonial, se presenta como una herramienta disponible a los niveles más amplios para contar con una base para establecer estrategias de preservación: campañas de difusión y turismo, normativa de protección, programas de incentivos económicos, elaboración de proyectos urbanos, ordenamiento visual, etc."

Pero ahora el municipio quiere modificar la herramienta, eliminando edificios del inventario. "Hay muchos tramos de inmuebles de valor patrimonial que se han perdido -indicó Levin-, principalmente por el estado de ruina de algunas propiedades que hacen imposible la recuperación. Además existe un criterio a escala internacional que apunta a conservar los tramos de edificios de una misma cuadrada y no las construcciones aisladas, que deben ser muy especiales para salvarse".

En unas dos semanas el catálogo modificado será enviado para consideración y aprobación del Concejo Municipal como parte del paquete de reforma del Código Urbano para el primer anillo -27 de Febrero, Francia y el río- que impulsa la Municipalidad. Como se recordará, este proyecto despertó fuertes cuestionamientos de las empresas constructoras, porque plantea límites de altura para los edificios de departamentos, en función de las alturas de los inmuebles linderos preexistentes, a fin de conservar el perfil de cada barrio. En este sentido, la habilitación de nuevas demoliciones en el Centro al descatalogar inmuebles de valor patrimonial, liberando terrenos para construir edificios de propiedad horizontal, será bienvenido por el lobby de las constructoras, que también presiona como lobby de las demoliciones.

Por lo pronto, el proyecto de reducción drástica de edificios a preservar en el centro de la ciudad, despertó algunas reacciones adversas. El arquitecto Roberto De Gregorio, representante en Rosario del Centro de Documentación de Arte y Arquitectura Latinoamericanos (CEDODAL), cuestionó que "lo que en algún momento se protegió porque tenía valor, no puede dejar de tenerlo por un cambio de criterio. No podemos cambiar de criterio cada tanto, porque el patrimonio construido no es solamente nuestro, sino también un bien cultural que estamos legando a las generaciones futuras. ¿Cómo se puede hablar de demoler algo que hasta el día anterior era un buen patrimonial? No se puede claudicar", dijo De Gregorio.

Por su parte, el concejal Fabio Gentili, integrante de la comisión de Planeamiento del Concejo y autor de varias iniciativas en defensa del patrimonio arquitectónico, aseguró estar "preocupado" por el proyecto del Departamento Ejecutivo porque "corremos el riesgo de habilitar la aniquilación de elementos de la cultura de la ciudad, en muchos casos obras singulares de grandes arquitectos". Ejemplificó que puede darse el caso "de una cuadra donde exista una vivienda que se saque del catálogo y eso puede dar pie para que gracias a la especulación inmobiliaria se quieran tirar otras casas de esa misma cuadra".

También fue crítica la mirada del arquitecto José Jumilla, creador de circuitos culturales sobre la base del patrimonio arquitectónico. "Se hace hincapié en el valor de los tramos de edificios y no de las obras aisladas. Pero muchos tramos ya no están porque tuvieron que ver con una época, ese entorno original se fue perdiendo. Eso no debe llevar a permitir la demolición de edificios aislados, que en muchos casos son los últimos representantes de una época, de un estilo o de un arquitecto en particular. Es como si tuviéramos el último animal representante de una especie en extinción y, como ya no hay otro en su entorno, decidiéramos sacrificarlo". Agregó que "en ningún lugar del mundo un bien cultural como lo es un edificio antiguo se lo demuele porque haya quedado aislado. Al contrario, se lo valoriza y destaca en el entorno".

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