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Responder a la cuestión de lo singular, que no sólo tiene que ver con la teoría, sino que atraviesa las diferentes circunstancias de los encuentros. En la situación de ocuparnos de los niños, existe la idea que resulta más fácil hablarles y ayudarlos cuando están en dificultades. Francoise Dolto decía "quienes quieren trabajar con niños a menudo creen que es más fácil que ocuparse de adultos. Es mucho más difícil". ¿Por qué señala esto Dolto? Pues porque el niño se encuentra menos tomado por la palabra y lo pulsional en él se manifiesta muy abiertamente, lo que llama a respuesta moralizante, querer que razone, o también hacerlo callar, a veces para responder a la demanda de los padres.
La presencia de los padres es una característica en las entradas, y no pueden no estar presentes, la transferencia, al menos en su vertiente de saber, debe poder instalarse entre el psicoanalista y los padres, para que se posibilite la intervención con el niño. Tratándose de una clínica de un sujeto constituyéndose, la aproximación diagnóstica es siempre una presunción a los fines de situarnos mejor y no para responder a cualquiera de las demandas señaladas. Basta releer con atención las dos notas sobre el niño que escribe Lacan para verificar las diversas posiciones que este puede llegar a tener.
Por último tomaré la propuesta de trabajo, que es siempre singular, y que debe atravesar las diversas demandas para situarse en el niño y lo que puede trabajar para ser sujeto de su análisis.
*Psicoanalista. Dictará el curso "Singularidades de la clínica con niños", en la Facultad de Psicología de la UNR, junto a Andrea Labartete, Víctor Rabito, Miriam Valci, Liliana Sharovsky.
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