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Martes, 2 de noviembre de 2010
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Scortecchini y su hija

El acusado José Antonio Scortecchini amplió ayer su indagatoria para reiterar que no revistaba en la policía provincial desde marzo de 1976 hasta julio de 1977, y responder específicamente a Alfredo Vivono, quien se refirió a su hija, Julieta Scortecchini. Para refutar al testigo, Scortecchini leyó un párrafo de la nota firmada por José Maggi en Rosario/12, que recogió esa declaración. La nota recordaba un diálogo entre la hija de Vivono, Julieta, y la de Scortecchini, del mismo nombre. Ellas eran compañeras de escuela y amigas, cuando el integrante de la patota fue encarcelado, en 2004. Entonces, su hija de 14 años lloró desconsolada.

Ayer, Scortecchini afirmó que las acusaciones contra su persona -a las que calificó de "falsas" le habían hecho "daño" a su familia, pero subrayó que creía en su inocencia. Se quejó por la alusión de Vivono, y refutó al testigo. Afirmó que Julieta Vivono le había dado apoyo a su hija, diciendo que no le importaba lo que hubiera hecho Alfredo en los 70, mientras refería una mala relación con él.

Scortecchini admitió que su hija dejó el Superior de Comercio, la escuela a la que concurría, pero rechazó que haya sido expulsada. Dijo que se fue por su propia voluntad, ya que era "discriminada por algunos profesores inescrupulosos, que le preguntaban delante de todos los alumnos si ella era la hija del represor". Rememoró también que su hija intentó suicidarse y tuvo problemas de adicciones, al punto que se encuentra internada en una clínica para tratar esas adicciones. "No debería haberla mencionada el señor Vivono", reiteró Scortecchini. "Fue una puesta en escena la que hizo, quisiera estar en la cabeza de Vivono y de todos los que me imputan", dijo el acusado, quien subrayó su inocencia y deslizó -como al pasar que Vivono era profesor de teatro.

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