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El canal Ibarlucea (en negro sobre la fotografía satelital), desemboca en el Arroyo Ludueña (destacado en blanco). La canalización del primero, que se demoró unos tres años, hubiese determinado la posibilidad de llevar un caudal mucho mayor hacia el Ludueña que hubiese colapsado en la zona de entubamiento (a la altura del borde inferior derecho de la fotografía). Esa situación, explican los ingenieros, hubiese determinado que el canal menor desbordara mucho menos, para beneficio de los vecinos de Cristalería y Nuevo Alberdi. Pero a la vez, hubiera comprometido a Empalme Graneros que en esta ocasión, no tuvo ni un centímetro de agua en sus calles.
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