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Viernes, 29 de enero de 2010
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Fantasías animadas

Jóvenes soldados que luchan incansables en la guerra y que en realidad son mujeres travestidas; adolescentes que cambian de sexo; guerrilleros que combaten por la liberación del planeta y que por las noches se transforman en hermosas cantantes pop; compañeros de armas que profesan su amor entre batalla y batalla; aunque Ud. no lo crea, éstos son los argumentos de las series infantiles más populares de la última década. Es que para lxs niñxs, todo es posible.

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Ramna se transforma en una infartante peliroja cuando se moja con agua fria.

La temática queer es prácticamente inexistente en los dibujos animados para niños, casi inimaginable cuando hablamos de producciones occidentales. Ahora bien, en Japón la historia es muy diferente. El animé (animación japonesa) es un fenómeno cultural que, gracias al estilo inconfundible de sus personajes y a sus exquisitas aventuras, se ha convertido en un éxito a nivel global. En todo el mundo las animaciones se categorizan por géneros demográficos, esto es: adultos, niños, hombres, mujeres, etcétera. Los japoneses le agregan al animé el género temático que tiene que ver con el estilo de la historia o sus personajes: Harem es el animé en el cual muchas chicas se enamoran del mismo muchacho. Harem reverso es lo mismo, pero con los roles invertidos, Shöjo y Shonen, para adolescentes mujeres y varones, Hentai es el animé pornográfico y la lista es interminable. Dentro de ésta encontramos el Shöjo-ai, romance homosexual entre chicas o mujeres; y el Shonen-ai, amor entre varones. Estas categorías no suelen ser rígidas y se mezclan en una gran ensalada japonesa de temas. Es así que en los Kodomo (del japonés “niño”, destinados al público infantil) se presentan situaciones y personajes queer de una manera naturalizada. Todo esto emitido en la Argentina a la hora de la leche.

LO FEMENINO ES MAS LINDO

Lady Oscar. una drag King animada.

Quizá lo más característico del animé sea la morfología de los personajes: esos ojos enormes que desbordan la cara y los cuerpos estilizados. Cuando se quiere dar a entender que un hombre es increíblemente bello se lo representa lo más parecido posible a una mujer: labios pintados, ojos delineados y movimientos amanerados. Esto es un sello en la animación japonesa. En la serie Los Caballeros de Zodíaco, el Caballero de Plata Misfit parece más una top model alemana que un sanguinario guerrero. Lo mismo ocurre con el Caballero Dorado de Piscis, quien muerde con sus labios unas rosas mortales que escupe para envenenar a sus oponentes. Tal estilo genera muchos malos entendidos.

La mayoría de las series que se consumen en Latinoamérica son dobladas al español latino en México. Dos personajes: Zhor de la serie Robotech y Aguila de Las Guerreras Mágicas fueron doblados como mujeres durante algunos capítulos, hasta que alguien se dio cuenta del error.

ENTRE MACHOS ES MEJOR

La serie Los Caballeros del Zodíaco narra las aventuras de cinco adolescentes que tienen como misión proteger a Saori Kido, una joven de 13 años que es la reencarnación de la diosa Atenas. Todo lo que en las historias de caballería occidental se oculta, en este animé se pone de manifiesto. Los sentimientos de hermandad, lealtad, compasión, muchas veces se transforman en amor. Y no hay amor más noble que el que se profesan los guerreros (dicen ellos). Shiryu, el Caballero del Dragón, siente una sugerente devoción por Seiya, el Caballero de Pegaso, a punto tal de sacarse los ojos por su compañero de armas. Lo mismo ocurre con Hyoga, Caballero del Cisne, quien le devuelve la vida con un beso a Shun, el Caballero de Andrómeda, quien luce una armadura rosa con pechos de mujer.

TRAVESTIS, DRAGS Y OTRAS YERBAS

Los hermanos Kou trasvestidos para el combate.

Los personajes que se travisten y que cambian de sexo también habitan en las tierras de fantasía de las animaciones para niños. La Princesa Caballero y Lady Oscar, emitidas en los ’70, son dos ejemplos que permanecen en la memoria de los que pasan los 30.

La Princesa Caballero cuenta la vida de Zafiro, una princesita que antes de nacer recibe dos corazones: uno azul (masculino) y uno rojo (femenino). La historia de esta niña se complica, ya que para que el trono no sea usurpado, su padre, el Rey, la hace pasar por un varón. Zafiro crece creyendo que es hombre. Cuando es adolescente, un ángel es enviado por Dios para que devuelva el corazón que tiene de más. Para agregar más confusión, nuestra heroína se enamora del príncipe Franz, pero no puede revelarle su verdadero sexo por cuestiones de seguridad. Al final de la serie, la princesa “asume” su sexo genital y terminan juntos. Muchos fanáticos afirman que Zafiro es un chico gay y que la historia es acerca de un outting con intervención divina. Creado en 1967 por Ozamu Tezuka (el mismo del entrañable Astroboy), es considerado el primer animé Shöjo (dibujitos destinados a una audiencia femenina). De este género deriva el Shöjo-ai y los temas que trata tienen sus raíces en la literatura lésbica japonesa de comienzos del siglo XX. Los primeros animé de este tipo comenzaron a aparecer recién a comienzos de los ‘70 de la mano de artistas como Riyoko Ikeda, quien trascendió fronteras como autora de Lady Oscar. Este animé creado en 1979 narra las aventuras de Oscar François de Jarjayesuna, una chica criada como hombre para suceder a su padre como líder de la Guardia Real, en la época de la Revolución Francesa. De todas las relaciones conflictivas que establece, la más importante es la que mantiene con su protegida Rosalie Lamorlière. Esto le agrega el tinte lésbico a la historia. El amor que siente Rosalie es por la mujer que está debajo del uniforme.

Más acá en el tiempo, en la serie Robotech encontramos a Yellow Dancer, una cantante pop que decide unirse a un grupo revolucionario para combatir a los alienígenas que dominan la Tierra. Ante la negativa de los guerrilleros, Yellow Dancer revela su identidad con un sugerente strip–tease: es hombre y su nombre es Lancer. Una vez aceptado mantiene su travestismo, que es usado por los rebeldes para acceder a las ciudades más importantes.

En Sailor Moon la cosa se complica. Esta serie, creada en 1992 por Naoko Takeuchi, fue un éxito descomunal en nuestro país. En la última parte de la saga aparecen los hermanos Kou: tres jóvenes que forman una banda para teenagers llamada Three Lights. Estos ídolos pop tienen una doble vida: son los enemigos de Serena (la líder de las Sailors) y sus amigas. Ahora bien, en el momento de las batallas, estos adolescentes se transforman en las Sailors Star, tres mujeres despampanantes enfundadas en cuero con aires sadomasoquistas. La tensión sexual no tarda en aparecer, ya que Seiya, el mayor de los Kou, está enamorado de Serena. Como hombre te quiero, como mujer te odio.

EL MAS ESCANDALOSO

Ramna 1/2 es un animé humorístico que narra las “desventuras” de un chico llamado Ramna Saotome que sufre una peculiar maldición. Durante un entrenamiento de artes marciales en China, Ranma cae a la “Fosa de la chica ahogada”, un estanque maldito, por lo que al mojarse con agua fría se convierte en una exuberante jovencita de pelo rojo como el fuego, aunque su personalidad y su mente no se modifican. Rumiko Takahashi, su autora, ha afirmado en entrevistas que quería producir una historia que fuera popular entre los niños más pequeños. Y lo es. Los que consumen Ramna están en una edad en la que se sonrojan y ríen nerviosos cuando escuchan teta, culo o pito. Y en esto se basa el humor de la serie. En las situaciones menos recomendadas es cuando Ramna se convierte. Otros personajes agregan condimento: Akane, su prometida; el viejo Happosai, que desea que el protagonista lo trate con más respeto y manosearlo cuando es mujer; y Kuno, que ama tanto a Akane como a Ramna en su forma femenina.

Debido al concepto de un chico que se transforma en chica, este animé causó polémica en muchos países. En Estados Unidos fue prohibido y en la mayor parte de Latinoamérica se censuraron las escenas de desnudos femeninos. En la Argentina fue emitido por Canal 7 y por Cartoon Network, en ambos canales los desnudos se cortaron.

Si bien en la mayoría de estas historias el eje central de la trama no se basa en una temática queer, la homosexualidad es presentada con respeto, no satirizada y formando parte de la vida cotidiana. Y esto es lo bueno. Muchos de estos personajes ponen de manifiesto que para luchar por la libertad no es necesario ser un superhombre, y que a las chicas muchas veces no les queda otra que pelear en igualdad de condiciones que los “machos”, sin por eso resignar su feminidad. En la Argentina, estas producciones causaron más problemas a los padres por todo el merchandising que por su contenido. Quizás en este caso fue mejor que no oyeran de esa corriente pedagógica que dice que “hay que acompañar a los niños en el proceso de ver televisión”.l

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